jueves, 24 de febrero de 2011

Cuaderno de vida (Dolores Aleixandre)

Asombroso: en un gimnasio de un instituto a las afueras de Huesca y durante el puente de la Inmaculada, sentados y en silencio durante una hora, 120 jóvenes entre 20 y 30 años venidos de todo el país piensan, releen y toman notas cada cual en su cuaderno. Sin móvil, sin cascos, sin iPod: un simple cuaderno y un boli. ¿Que quién está detrás de este milagro? La JOC, en su 46 Consejo General, que se celebra cada 3 años y cuyo tema era: Otra manera de mirar y de sentir. Una nueva manera de vivir (acaban de publicar un librito que es una joya: Testigos de un Evangelio obrero, San Pablo, no se lo pierdan).

He tenido la suerte de pasar un día con ellos y desde entonces no paro de darle vueltas a lo del “cuaderno de vida” (CV, no confundir con curriculum vitae) porque me parece un instrumento mágico y a la vez sencillísimo para interiorizar la vida cuando se corre el peligro de vivirla en plan centrifugadora.
Además le encuentro muchísima raigambre bíblica: Moisés, sin ir más lejos, cuando subía al Sinaí, llevaba su cuaderno de vida para apuntar lo que el Señor le decía, con el mérito añadido de que en su tiempo no había cuadernos fashion tipo Agatha Ruiz de la Prada y tenía que cargar con dos tablas de piedra que debían pesar lo suyo. De David cuenta una leyenda que tenía a la cabecera de su cama una cítara y un pergamino: cuando la brisa de la noche hacía vibrar las cuerdas de la cítara, David se levantaba y se ponía a escribir en su CV. Y ahí está el resultado: nada menos que el libro de los Salmos.
A Jeremías la autoridad competente, que era el rey Joaquín, decidió prohibir y retirar la edición del rollo que usaba el profeta como CV y, rodeado de su corte de pelotas, lo fue cortando en tiritas y echando al fuego del brasero de picón que era el equivalente al suelo irradiante de la época (Jer 36). Todo en medio de la aprobación de sus cortesanos que, aunque les encantaba lo que escribía Jeremías, no se atrevían a torcer el gesto por temor de quedarse sin las prebendas reales que disfrutaban y que podían perder si hacían la menor crítica a su poderoso donante. Menos mal que el Señor, con notable sentido del humor, le mandó a Jeremías que volviera a comprarse otro CV pero con más páginas, porque le iba a dictar muchas más cosas de las que estaban escritas en el que le habían quemado (es como cuando prohíben ahora un libro y por el “efecto mariposa” circula por Internet, lo traducen a otras muchas lenguas y se hacen más ediciones, ¿les suena de algo?).
María en Nazaret, como no sabía escribir, iba guardando todo lo de su hijo en el CV de su corazón. En cuanto al susodicho, cuando le pusieron delante a la mujer sorprendida en adulterio, le pillaron desprevenido y sin CV, así que a falta de otra cosa, se inclinó y se puso a escribir en el polvo del suelo los sentimientos de ternura que le provocaban tantas vidas de mujeres deshechas y machacadas y, de paso, desahogaba su ira contra aquellos tipos tan rápidos para agarrar piedras, censuras o excomuniones, según les diera el punto. Así que, una vez recompuesto de sus emociones, se enderezó y dijo lo que dijo, que todavía lo seguimos recordando. Y, aunque lo que escribió se lo llevó el viento, nos han quedado sus palabras en el CV del Evangelio.
Un par de ideas para encontrar también nosotros algún sucedáneo del CV que nos ayude a interiorizar la vida: si estás mucho en casa es más fácil, pero para la agitada vida callejera y habida cuenta de que las iglesias suelen estar cerradas, o abiertas pero con un funeral, yo he descubierto las bibliotecas públicas. Me he sacado el carnet de tres que me pillan más o menos de camino en trayectos que frecuento: si tengo tiempo, entro, busco un rincón tranquilo y sigo mis rutinas para contactar con mi propio corazón y con Aquel que lo habita. También los bancos de los extremos de los andenes de metro pueden venir bien: te sientas con cara de estar esperando a alguien (¡y vaya si lo esperas!) y sólo con contemplar los rostros de la gente que baja y sube a los vagones con la mirada de Jesús, ya estás teniendo un rato de oración precioso. Todo es ponerse.



(Publicado en Alandar n. 275, febrero de 2011)

miércoles, 23 de febrero de 2011

Y no dejaron de adorar a los ídolos...

Lectio divina de Apocalipsis 9, 1-21


La quinta trompeta
La plaga de las langostas


1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella caída del cielo a la tierra. Y le fue dada la llave del pozo del abismo, 2 y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscurecieron el sol y el aire por el humo del pozo. 3 Del humo salieron langostas hacia la tierra, y les fue dado poder como el poder que tienen los escorpiones de la tierra. 4 Se les dijo que no hicieran daño a la hierba ni a nada verde ni a ningún árbol, sino solo a las personas que no llevan el sello de Dios en la frente. 5 Y les fue dado poder no para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. Y su tormento es como el tormento de escorpión cuando pica a un hombre. 6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán; desearán morir, y la muerte huirá de ellos. 7 Y el aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; llevan en la cabeza una especie de coronas que parecen de oro y sus rostros eran como rostros humanos.
8 Y tenían cabellos como cabellos de mujer y sus dientes eran como de león. 9 Y, tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como el ruido de carros con muchos caballos que corren al combate. 10 Tienen colas como de escorpiones, y aguijones y en sus colas reside su poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11 Tienen como rey sobre ellos al ángel del abismo; en hebreo su nombre es Abaddón, y en griego, Apolíon.
12 El primer ¡ay! ha pasado; mira que vienen todavía dos después de esto.


La sexta trompeta.
La caballería infernal


13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios. 14 Y le decía al sexto ángel, al que tenía la trompeta: “Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río, el Eufrates”. 15 Quedaron sueltos los cuatro ángeles que estaban preparados para aquella hora y día y mes y año, para matar a la tercera parte de los hombres.16 Y el número de las tropas de caballería era doscientos millones; yo oí su número. 17 En la visión vi así a los caballos y a sus jinetes: tenían corazas de fuego, jacinto y azufre; las cabezas de los caballos eran como cabezas de león, y de sus bocas sale fuego, humo y azufre. 18 Por estas tres plagas que salían de su boca, fuego, humo y azufre, murió la tercera parte de los hombres. 19 Pues el poder de los caballos está en su boca y también en sus colas, ya que sus colas parecen serpientes con cabezas, y con ellas hacen daño. 20 El resto de los hombres, los que no murieron por estas plagas, tampoco se arrepintieron de las obras de sus manos, no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro y plata, bronce, piedra y madera, que no ven ni oyen ni andan. 21 No se arrepintieron tampoco de sus homicidios ni de sus hechicerías ni de su fornicación ni de sus robos.


CUANDO LEAS


Recuerda que los capítulos 6-9 forman un todo. A medida que el Cordero abre los sellos del Libro (caps. 6-8,1) y resuenan las trompetas (cap. 8,2-9), se desarrolla la visión de los acontecimientos que anuncian y preparan el desastre del Imperio Romano, prototipo de los enemigos de Dios. Hay una nueva liturgia celeste caracterizada por siete toques de trompeta, capítulos 8-9; cap. 11, 15-18. Con la apertura del séptimo sello, comienza el desarrollo de un nuevo simbolismo numérico de catástrofes anunciadas por 7 trompetas, y el surgimiento de una primera Bestia que guerreará con dos Testigos. En el cp. 8 leíamos el efecto negativo del toque de las cuatro primeras trompetas: se despliegan una serie de plagas, una evocación de las plagas de Egipto.


En el capítulo que hoy oramos el autor del Apocalipsis muestra una imaginación desbordante. Toma la descripción del profeta Joel (Jl 1-2) de una plaga de langosta y la reinventa resaltando la deformidad terrorífica: del pozo sale humo, del humo saltamontes, los saltamontes semejan caballos deformes con colas como escorpiones…


El autor compone el texto con alusiones bíblicas: el astro caído es un ángel (Is 14,12: Lc 10,18), humareda como la de Sodoma (Gn 19,28; Is 34, 9-10); los saltamontes actúan de forma selectiva (dañan a los incrédulos; pero se les prohíbe hacer daño a los ciento cuarenta y cuatro mil (Ex 10, 12-15), las calamidades son tan terribles que la vida se convierte en nausea, es más grave que la muerte (Job 3,21), el rey de este ejército maligno es “Perdición” o “Destrucción” (“Exterminador”)… Se trata de la eclosión del mal como una vorágine in crescendo, la tremenda potencia del mal en la historia.


Los cuatro ángeles, las fuerzas naturales desencadenan su fuerza destructiva. El gran río Eufrates de unos 2800 km de largo; es el más largo de Asia occidental y marca la frontera oriental de la tierra prometida (Gn 15,18). La sexta trompeta intensifica la plaga de la quinta trompeta al dar a los ejércitos el poder no sólo de causar dolor, sino de matar. Fuego sugiere el color rojo, jacinto azul oscuro y azufre amarillo. Las corazas pudieran haber sido multicolores: rojo, azul, amarillo; o, de un solo color.


A pesar de la matanza los hombres no se convierten (Sal 115, 4-7): homicidios, hechicerías, inmoralidad, robos. Los términos describen corrupción y adoración de tipo demoníaco y violación de los diez mandamientos. Hechicerías (gr. farmakeín) significa brujería y tal vez se refiere a drogas para adivinación, o curación por medio de actividades demoníacas.


Todo se orienta hacia la conversión vertical: adorar al único Dios y tenerlo sólo a Él como Señor y horizontal: no practicar la injusticia, robo, homicidio y la opresión al prójimo.


CUANDO MEDITES


• ¿Cómo leemos este texto hoy día? ¿Nos dejamos llevar de las calamidades, de los agobios, o vamos más allá? Reflexión sobre la potencia del mal en nuestra historia. Mal que tiene un origen: es el destructor.
• Nos dice el comentario de “La Casa de la Biblia”: “No proviene de Dios, sino que es algo consustancialmente demoníaco; tan enorme es su fuerza que no puede provenir de un hombre, sino de una instancia más potente y antihumana… el Gran Dragón… Diablo” (pg. 713).
• Todo sucede bajo el control de Dios y el tiempo de la calamidad será limitado. Por ello el relato no pretende acrecentar la desesperación de la comunidad cristiana, sí invitar a una profunda conversión…



CUANDO ORES


Pide al Señor que te conceda el deseo de conversión profunda, para contribuir con tu vida, tu acción, tu palabra a que su proyecto sobre el mundo se haga realidad. Desea recibir el Espíritu de discernimiento que te oriente para encontrar el camino en la oscuridad del mal. Da gracias por tantas personas que se comprometen en este proyecto en el mundo. Por tantos que saben dar incluso la vida por aquello en lo que creen, por los que están dispuestos a una verdadera conversión. Alaba a Dios porque su salvación es para todos, porque su venida es la salvación de todo mortal y eso es Buena Noticia.


(Quique Climent, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)

viernes, 18 de febrero de 2011

Un exceso de amor

En torno a Mateo 5,38-48

- Meditando

¿Cómo vive Jesús la ley de su pueblo, la ley de Moisés?

Hoy, el Evangelio nos pone delante la actitud de Jesús frente a dos mandamientos: la ley del talión y el mandamiento del amor al prójimo.
Los dos mandamientos son superados y plenificados por el exceso: un exceso de bondad, de generosidad, de desprendimiento del yo.

El "no hacer frente al que te agravia", o "no resistir al mal" necesita una buena dosis de negación de los propios impulsos agresivos para la autodefensa, e incluso de la negación del instinto de conservación. Pero nosotros no somos seres meramente reactivos, condicionados por nuestros instintos y nuestros impulsos automáticos ante provocaciones o estímulos externos. Somos personas libres y tocadas por la gracia, de modo que podemos superar las inercias reactivas de siempre con la fuerza decisiva de la gracia que nos hace obrar desde la compasión, o desde el perdón.

El "a quien te pide, dale", y "a quien te pida prestado, no se lo reclames", "al que te pida que lo acompañes una milla, vete con él dos..." reclama de nosotros estar muy llenos por dentro para poder ofrecer con derroche, sin medida, y multiplicar con generosidad lo que ofrecemos. En general, somos celosos de nuestro tiempo (por no decir que "no tenemos tiempo") y de nuestras cosas... hasta el punto de que preferimos que se nos estropeen por falta de uso antes de repartirlas a quien las necesita, o prestarlas a quien se puede servir de ellas.


El amar a los enemigos y orar por quienes nos calumnian supone el soporte interior de una espiritualidad bien trabajada, una psicología madura, una humanidad dilatada..., y, de nuevo, la gracia vertida en nosotros.


¿Se necesita ser una persona extraordinaria para vivir "la nueva ley del exceso de amor" de Jesús?
Se necesita sólo ser lo que somos: ser hijas e hijos de Dios Padre-Madre, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Se necesita sólo vivir conforme a nuestra naturaleza de hijos de un Dios que es cariñoso con todas sus criaturas. Ser cariñosos con todos es una tarea nada sencilla. Incluso diría que el cariño, la ternura, el cuidado, no es algo que solemos prodigar todos los días con "los nuestros", los de casa, con aquellos a los que se supone que amamos. Por no hablar del cuidado y el cariño hacia nosotros mismos.


Nuestros ritmos de vida, a menudo, son un obstáculo para la ternura, sobre todo hacia los más débiles y necesitados. La prisa, la hiperactividad, la "productividad" (que no fecundidad), hace que no podamos acompasar nuestros pasos al ritmo del último.


Sin embargo, el secreto de la transformación de una persona, un pueblo o una sociedad es el exceso de amor, posibilitado por la gracia.
Así era y así actuó Jesús.
Así actuaron los santos.
La perfección de Dios no consiste en una cualidad imposible e inasequible para nosotros, sino en su misma misericordia derramada en nosotros para que nosotros podamos vivir, desde ella, todas nuestras relaciones.

- Orando

Señor Jesús, siempre digo que el sermón del monte es la descripción perfecta de cómo tú eres:

el que no hace frente al agravio,
el que no devuelve el insulto,
el que da mucho más de lo que se le pide,
el que ama a sus enemigos,
el que ora por ellos,
el que bendice a quienes le maldicen y calumnian,
Aquel que ama.
Una de las cosas más hermosas que un discípulo dijo de ti es que eres "Aquel que nos ama".
¡Que esas palabras puedan también, algún día, decirse de mí: "la que nos ama"!
¡Que vaya viviendo cada día con más verdad mi identidad de "compasiva hija de Dios"!


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Tú conoces mi corazón rácano, Jesús.
Tú sabes cómo funciona mi memoria,
y la cuenta que lleva de los fallos que le hacen...
Límpiame de todo recuerdo de aquello que me hicieron.


Regálame, Señor, una memoria sana.
Ayúdame a olvidar y no permitas
que mi rencor me deje llevar cuenta de nada.

Líbrame Tú de la vanidad exigente
que me hace regañarme y no aceptarme.


Susúrrame que los fallos son oportunidades para crecer.
Me exijo, y exijo demasiado a los demás.
Dame, Señor, un corazón tolerante para mí y para los otros.
Enséñame a perdonar a tu manera: sin fin.


Jesús, pongo ante Ti los nombres
de todos aquellos que me hicieron algún daño.
Quiero perdonarlos contigo,
y quedarme con el corazón limpio de memorias dolientes.


Dame amnesia, Señor, que olvide todo,
vacía mi mente de todos los rencores,
que no me quede ni un detalle de dolor,
que acepte todo lo que me dolió como parte de mi historia,
como semilla de lo que hoy soy,
de lo que Tú y la vida habéis hecho conmigo.


Me perdono contigo por mis fallos, mis desaciertos,
mis prisas, mis malos humores, mi falta de risa.
Siento, Señor, que eres perdón y que me envuelves.

(Oración de Mari Patxi Ayerra)

lunes, 14 de febrero de 2011

San Valentín

Día de San Valentín. Convencionalmente, el día de los enamorados.
Lo primero (y más obvio) que se me ocurre es que no se puede vivir sin amor.
El amor es la fuerza que mueve todo el universo hacia el bien, hacia lo mejor de nuestra humanidad, hacia la alegría, hacia el servicio, hacia la construcción de un presente y un futuro con oportunidades para todos, con pan para todos.
El amor es fuente de salud. No hay más que darse cuenta de cómo el amor nos cambia la cara. Nos hace como niños. Y hace que nada nos parezca difícil.
El amor hace de un día gris el más luminoso de los días.
Da alas y hace que camines sin cansarte y corras sin fatigarte. Hace que trabajes con denuedo y no lo sientas. Convierte en diminutos los mayores sacrificios. Hace liviana la carga más pesada. El amor es la esencia de lo humano.
Por eso los sabios de todos los tiempos y de todas las culturas dicen que "vale más dos que uno", y que "no es bueno que la persona esté sola". Luego, la sabiduría popular ha añadido que "más vale solos que mal acompañados". Pero eso es otra cosa. La experiencia de la vida tiene muchas caras, y es verdad que cuando la compañía es ingrata, malsana y egoísta, mejor solos...
Pero lo mejor, con mucho, para el ser humano, es enamorarse con un amor de verdad. Con el amor que describe San Pablo en la carta a los Corintios.
En estos días he tenido la suerte de escuchar, de labios de uno de sus dos protagonistas, una historia de amor para contarla. ¿Por qué no la habrán escrito, publicado, contado a los cuatro vientos? Es realmente hermosa.

Él tenía dieciocho años. Y en esa tierna edad se planteó una cuestión metafísica: “¿Amo a mis padres gratuitamente o los amo porque los necesito?” Quiso probarse a sí mismo y decidió marcharse de casa durante cuatro meses, a ver si podía "sobrevivir" sin sus padres. Se puso en la calle, sin miedo a la aventura (o con miedo, pero daba igual) y se puso a recorrer rincones de España, de norte a sur. Porque él era del norte. Cuatro meses, cuatro mil kilómetros. Diez mil pesetas en una cartilla que le dio su padre, muy a su pesar (porque él quería probar la gratuidad), de las cuales sólo gastó mil.
En esos meses trabajó de cualquier cosa a cambio de su ración diaria de pan (eso es pobreza, abandono y confianza, pensé yo...). Y en esos meses llegó a un campo de trabajo en Ampurias. Allí estaba ella. La guitarra de unas amigas fue la excusa para conquistarla, para estarle cerca, para “tontear”, dice él.
Tras los veinte días de su turno en el campo de trabajo, se despidieron, pero él pasó a verla a su pueblo castellano manchego unas semanas después, con su tienda de campaña. Mala presentación en su primera visita al pueblo de sus futuros suegros. Plantó su tienda en el lugar más silencioso del entorno: junto al cementerio. Los paisanos iban a ver a ese joven tan raro que dormía junto a los muertos...
"Nadie daba nada por esta relación", me dice. Pero el noviazgo duró ocho años, alimentado de cartas, muchas cartas. Una carta diaria de ida y vuelta... Miles de cartas, durante ocho años. "Tres fines de semana trabajaba y ahorraba para gastármelo al cuarto, yendo a verla. En alguna ocasión hice el viaje de seis horas de ida y sus correspondientes de vuelta para verla sólo un rato. Así, ocho años. Y ahora, hace más de veinte años que es mi mujer."

Mientras escuchaba el entusiasmo con que me lo contaba, y veía cómo se le iluminaban los ojos y se le encendía el rostro, me pareció que a quien ama bien, realmente nada le es imposible. Y me pregunté si alguna vez yo he amado así, con esa paciencia, con esa esperanza, con esa constancia, de ese modo tan creativo, capaz de hacer nuevas todas las cosas.

jueves, 3 de febrero de 2011

El séptimo sello

Lectio divina de Apocalipsis, 8, 1-13

El séptimo sello
1 Cuando el Cordero abrió el séptimo sello , se hizo silencio en el cielo como por media hora. 2 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. 3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.
Las trompetas
6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. 7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. 8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. 10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. 12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche. 13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!


CUANDO LEAS


Los capítulos 6-9 forman un todo. A medida que el Cordero abre los sellos del Libro (caps. 6-8, 1) y resuenan las trompetas (cap. 8, 2-9), se desarrolla la visión de los acontecimientos que anuncian y preparan el desastre del Imperio Romano, prototipo de los enemigos de Dios.
El número siete aparece reiteradamente en la Sagrada Escritura como expresión de totalidad y perfección, como símbolo y signo de lo que es completo y abundante. Leímos en su momento las cartas a las siete Iglesias y escuchamos referencias al “que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas” (Ap 3,1) - los siete espíritus de Dios hacían referencia a la plenitud del Espíritu Santo y las siete estrellas a los siete ángeles -. Hoy leemos que los “siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas” (Ap 8, 6).


El Cordero abre el séptimo sello... El Cordero es uno de los símbolos principales de la cristología joánica, cf. Ap 5, 6; Ap 5, 12, etc. Funde en un una sola realidad la imagen del “Siervo” de Isaías 53, que carga con el pecado de los hombres y se ofrece como “cordero expiatorio” (Lv 14) y el rito del cordero pascual (Ex 12 1 ss), símbolo de la redención de Israel (cf. Hch 8, 31-35; 1Co 5,7; 1 P 1 18-20).
El libro de los siete sellos no lo interpreta, ni lo puede interpretar o siquiera abrir, cualquiera, sólo el Cordero (Ap 5:1-8), como diciéndole a la comunidad que sólo Él debe ser su criterio de discernimiento. (Vanni, 1982: 137-139)
…Y se hace silencio en el cielo. Como en la tradición profética, un silencio solemne precede y anuncia la “venida” de Yahveh. En Ha 2, 20 leemos: “Yahveh está en su santo Templo: ¡silencio ante Él, tierra entera!”. En So 1, 7: “!Silencio ante el Señor Yahveh, porque el día de Yahveh está cerca!”. En Za 2,17: “!Silencio, toda carne, delante de Yahveh, porque Él se despierta de su santa Morada!”.
La ejecución de los decretos consignados en el libro abierto se va a desarrollar ahora según una nueva liturgia celeste caracterizada por siete toques de trompeta, capítulos 8-9; cap. 11, 15-18. Con la apertura del séptimo sello, comienza el desarrollo de un nuevo simbolismo numérico de catástrofes anunciadas por 7 trompetas, y el surgimiento de una primera Bestia que guerreará con dos Testigos.
En el texto de hoy leemos el efecto negativo del toque de las cuatro primeras trompetas: se despliegan una serie de plagas, que son símbolo de aquellas con que los profetas amenazaban al Israel infiel: fieras salvajes, guerra, hambre y peste, cf. Lv 26, 21-26; Dt 32, 34; Ez 5, 17; 14, 13-21; 6, 11-12, etc…Los males que tienen lugar con motivo del toque de las trompetas parecen ser además una evocación de las plagas de Egipto.


CUANDO MEDITES


• El mensaje de todo el libro del Apocalipsis puede actualizarse a la época de cualquier creyente cristiano. ¿Qué te dice a ti el texto de hoy?
• Considera la imagen de las oraciones de los santos como humo de alabanza e incienso que sube hacia Dios.
• “¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra!”, dice el texto. ¿Vives la vida con miedo o con esperanza? ¿Te sientes amenazado? ¿Confías en el triunfo del Señor?
• Medita sobre este texto de 1 Pedro 1:7: "Para que sometida a prueba vuestra fe - mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego - sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo".


CUANDO ORES

• Da gracias a Dios por su Palabra. Por poderte acercar a ella cada día. Por entrar en diálogo contigo. Porque el Señor te asegura su ayuda y su presencia salvadora.
• Acoge con gozo la misericordia de Dios y déjate transformar por su Espíritu Santo.
• Abandónate en sus manos y pídele fuerzas para afrontar los momentos difíciles de tu vida. Confía, confía…
• Recuerda que somos creados para “alabar, hacer reverencia y servir a Dios Nuestro Señor, y de esta manera salvar nuestra ánima” (Ejercicios Espirituales, nº 23).

(Fernando Gálligo, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)