martes, 29 de mayo de 2012

La acción

Mi siamesa suscribe hoy una frase de Arturo Pérez Reverte que afirma lo siguiente: "La vida es muy traicionera, y cada uno se las ingenia como puede para mantener a raya el horror, la tristeza y la soledad. Yo lo hago con mis libros". Y ella cambia el adjetivo "traicionera" por "decepcionante".

Para mí, la vida no es decepcionante. No lo es en absoluto. La vida es una potencialidad por estrenar, por estallar. Su posibilidad y potencialidad se actualizan en ocasiones. Y eso hace concebir la esperanza de que tu visión puede ser real. Conozco a personas que me invitan a soñar... "¡Atrévete a soñar!"... Las escucho sin responder. Es evidente que no me conocen. Sueño, pienso, ideo, proyecto... mucho. Cosas que no existen, con la certeza de que llegarán a existir. Con la convicción profunda de que los sueños no son para soñarlos. Solo soñar no sirve para nada. Los sueños son para concebirlos y parirlos. La vida no es sueño. La vida es un proyecto que se contruye todos los días, todas las horas... A paso muy lento, o más rápido. Pero la vida es acción y fecundidad.

Son decepcionantes algunas personas, algunas instituciones... alguna vez, una misma resulta decepcionante. Es decepcionante la inconsciencia e indolencia con que dejamos transcurrir las horas. Y es decepcionante esa fragilidad mórbida de no querer con toda el alma lo que se quiere, de quererlo y no quererlo, de quererlo y no hacer nada para conseguirlo...



lunes, 28 de mayo de 2012

¿Entendemos a Jesús?

Lectio divina de Marcos 8,11-21

“Los despidió 10 y enseguida embarcó con los discípulos y se dirigió al territorio de Dalmanuta. 11Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole, para tentarlo una señal desde el cielo. 12 Suspiró profundamente y dijo:
- “¿Para qué pide una señal esta generación? Os aseguro que no se le dará una señal a esta generación”.
13 Dejándolos, se embarcó de nuevo y pasó a la otra orilla. 14 Se habían olvidado de proveerse de pan y no llevaban en la barca más que uno. 15 Él les daba instrucciones:
- “¡Atención! Absteneos de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”.
16 Discutían entre ellos porque no tenían pan. 17 Cayendo en la cuenta, Jesús les dice:
- “¿Por qué discutís que no tenéis pan?¿Todavía no entendéis ni comprendéis?¿Tenéis la mente embotada? 18 Tenéis ojos, ¿y no veis?; tenéis oídos ¿y no oís? ¿No os acordáis?  19 Cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántos cestos recogisteis?”.
     Le contestan:  - Doce.
20 “Y cuándo repartí los siete entre cuatro mil, ¿cuántos canastos de sobras recogisteis?”
     Responden:  - Siete.
21 Les dijo: “¿Todavía no comprendéis?


CUANDO LEAS

- Dos son los episodios recogidos en este texto: el primero (v. 11-13) está claramente definido por la aparición de los fariseos en Dalmanuta y su exigencia de un signo, ya no se contentan con milagros.  El segundo (v. 14-21) por la advertencia de Jesús a los discípulos en relación a los fariseos (14-18) y el recuerdo a las dos multiplicaciones realizadas con anterioridad. Las escenas transcurren la primera en tierra, al desembarcar; la segunda en la barca. Dos escenarios diferentes.

- Los escenarios son importantes y raramente neutros en  el evangelio de Marcos. Están  relacionados de varias maneras con las acciones y sucesos que narra. Los viajes de Jesús y sus discípulos por Galilea, en esta primera parte, y  en la segunda por Jerusalén, proporcionan un marco estructural a la narración. Señalar los territorios israelí o gentil,  desierto o mar, contribuye al desarrollo temático, sitúa el ambiente y, en cierto modo, fuerza la acción, por ejemplo, la falta de comida en el desierto, la tormenta estando embarcados, etc. Algún comentario señala “cambia de escenario más de cuarenta veces”

- También los viajes dan cohesión a la narración. Los primeros ocho capítulos Jesús, partiendo del Jordán, y sus discípulos viajan por Galilea y el alrededor gentil. Y como subraya Marcos Jesús se mueve deprisa (“inmediatamente”) va de sitio en sitio con rapidez. Y da la razón de los viajes y de la urgencia: “vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para eso he venido”. Es necesario llevar la buena noticia a todos los pueblos.

-  vv. 11-13: El narrador desvela las falsas intenciones de los fariseos al pedir un signo a Jesús: “para tentarlo”. Jesús suspira profundamente, es un suspiro doloroso. Indica lo profundamente que le afecta su total falta de fe. Les contesta con una pregunta retórica y una negativa rotunda. Tras la cual los deja y se vuelve a embarcar. Esta negativa es totalmente coherente con el secreto mesiánico que recorre el evangelio de Marcos. Concederles esa señal iría en contra de todo el mensaje de Jesús Los lectores del evangelio sabemos que se trata de un grupo que se había puesto de acuerdo con escribas y herodianos para matar a Jesús (Mc 3,22-30; 7,1-13). Más adelante sabremos que ésta es la última vez  que los fariseos se acercan a Jesús en Galilea.

 - vv. 14-16: Jesús se encuentra por tercera vez con los discípulos en la barca y en el lago ( 4,35-41; 6.45-52): la tormenta, la supuesta aparición de un fantasma , en ésta nada del exterior les puede inquietar. También por tercera vez se menciona el pan que sacia el hambre (6,30-44; 8,1-10)
Jesús les advierte acerca de guardarse de la levadura de los fariseos y de Herodes : religión y gobierno (14-16), pero no le entendieron. Piensan que se refiere a que habían olvidado llevar pan y el sitio al que iban es la orilla opuesta, quizá un lugar pagano donde sería difícil encontrar “alimentos cultualmente puros”. De ahí su preocupación. Pero no han entendido nada. Seguían ligados a las ceremonias de purificación judías, a las tradiciones de relativas a la discriminación de los alimentos Jesús dice una cosa y ellos entienden otra.

- vv. 17-18: Las preguntas de Jesús, rápidas, sin esperar respuesta. Preguntas duras que apelan a cosas serias que no entienden. No entienden porque “tienen ojos y no ven, oídos y no oyen” , porque tal vez eso signifique que el corazón de los discípulos comienza a “endurecerse”. Si el corazón, núcleo de la persona, está dominado por una “mente embotada”, la conversión y comprensión de la fe se vuelven imposibles.
  Jesús comprueba que no sólo no entiende los fariseos, también los íntimos son ciegos, y no es menor su ceguera que la de aquellos. A estas alturas Jesús debió de sentirse profundamente frustrado.

- vv 19-21: Jesús exhorta a los discípulos a que se acuerden de la multiplicación de los panes: lo que experimentaron entonces debe llevarlos a reconocer a Jesús, a creer y obedecer, a confiar en que él puede instruirlos y alimentarlos.

CUANDO MEDITES

- Repara en la insistencia paciente de Jesús, aunque sus preguntas sean duras. El conflicto entre Jesús y los discípulos no es nuevo. Ellos con lo que hacen revelan su lealtad a Jesús como seguidores y ayudantes. Pero también lo que hacen, igual que lo que dicen, revelan sus dificultades para seguir a Jesús. Se pone de manifiesto su torpeza y falta de fe, su incapacidad para comprender. Ante esta realidad, Jesús redobla el interés y el esfuerzo por hacerles “ver”… y se percibe lo penoso que resulta tirar de unos hombres tan lentos para entender.

- Fíjate en Jesús… El les intenta prevenir de la falsa levadura de fariseos y escribas, que quieren el dominio civil y religioso, el poder. En otro momento anterior les había hablado de la levadura que ayuda a crecer como semejante al reino de los cielos. Reflexiona acerca de que a nosotros también nos habla como a ellos y también somos muy lentos de comprensión… También nosotros necesitamos reconocer la buena levadura de la que no ayuda a levantar la masa.

CUANDO ORES

- Agradece al Señor la infinita paciencia que tiene contigo, que no se rinde, que vuelve una y otra vez, y pídele ayuda para reemprender el camino una y otra vez.
- Piensa ¿cuál es hoy la levadura de los fariseos y de Herodes para mí?
 - ¿Qué significa hoy, para mí, tener el “corazón endurecido”? Y si lo estuviera ¿qué puedo hacer para transformarlo en un corazón nuevo, “limpio, fuerte, dulce y grande como el de María, tu Madre..” (Card. Montini)?

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Autora: Trinidad Brunet; equipo de Lectio Divina de la UPComillas.

jueves, 24 de mayo de 2012

¡Paz a vosotros! Recibid el Espíritu...

Domingo de Pentecostés, Ciclo B


Hechos 2,1-11: "Se llenaron todos de Espíritu Santo..."
Salmo 103: Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra
1 Cor 12,3b-7.12-13: "Hermanos: Nadie puede decir 'Jesús es Señor' si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común..."

Jn 20,19-23
19 Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
- Paz a vosotros.
20 Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 21 Jesús repitió:
- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
22 Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
- Recibid el Espíritu Santo; 23 a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

CUANDO LEAS
No es extraño que los discípulos estuvieran encerrados en su casa y tuvieran miedo a los judíos. Hacía tan sólo tres días que habían crucificado a su Maestro, a Jesús de Nazaret. Aquel que les había llenado de sueños. Aquel a quien amaban. Aquel con el que habían vivido una vida diferente, un proyecto de vida entusiasmante y hermoso durante, al menos, los tres últimos años de sus vidas. Aquel con el que habían compartido una misión itinerante en Galilea, Judea y alrededores, del que habían aprendido a creer en el Padre, a amar a los enemigos, a privilegiar a los últimos... Su Maestro, su Señor, su Amigo, su Hermano, su Luz, su Pastor, su Fuente de Vida y Alegría... ya no estaba con ellos. Estaba muerto. Lo habían matado.
El que era la Compasión y la Palabra vertidas sobre las heridas del pueblo había sido entregado, y condenado a la muerte de un malhechor, a la tortura y a la cruz. El Bendito murió como un maldito. ¿Cómo no iban a tener miedo sus seguidores?

Estaban escondidos, con las puertas cerradas. Ya María les había anunciado a todos ellos: "He visto al Señor y me ha dicho esto" (Jn 20,18). Pero Marcos, Mateo y Lucas nos informan de que los discípulos no la creyeron ni a ella ni a las demás mujeres, e incluso les parecía que las discípulas estaban desvariando (Lc 24,11).

Sin embargo, en la noche de aquel primer día de la semana, en medio de su tiniebla y de su miedo, Jesús se hizo presente y les dijo: "Paz a vosotros". Y Jesús insiste en ese deseo de paz: "Paz a vosotros". ¡Cómo conocía Él la necesidad profunda de paz en aquellos corazones turbados por el miedo! 
La aparición de Jesús resucitado es, para los discípulos, un soplo de vida que disipa sus temores. Sabemos qué efectos tiene esa experiencia:
- La paz que calma toda preocupación y angustia.
- La alegría plena que borra la desesperanza y la tristeza.
- La valentía y la apertura a la misión, frente al miedo paralizante y el repliegue sin horizontes ni futuro.
- Y, por último, el ministerio de reconciliación y de perdón, encargado a toda la comunidad.

Es el Pentecostés que nos cuenta Juan. El Señor Resucitado nos da el soplo del Espíritu a todos, su aliento de vida, su viento huracanado que mueve montañas, transforma vidas, hace posible lo imposible..., sus llamas de fuego abrasador para encender en nosotros la pasión por el Reino, la pasión por la humanidad...
El Señor Resucitado abre nuestras puertas y ventanas, nos llena de luz y nos empuja a salir de nosotros, de nuestra ansia de seguridad y comodidad, de nuestras pequeñas y mezquinas preocupaciones, de nuestras vidas acostumbradas... Salir para sembrar Reino con otros, en comunión.
Todos nosotros somos el Cuerpo de Cristo. Somos templos de Espíritu.
Vivamos según el Espíritu. "Pronuncien nuestros labios palabras iluminadas en su fuego". Pero, sobre todo, obren nuestras manos la obra de Dios, la obra del Espíritu, trabajando por la paz, por la alegría, por la vida plena de todos.

CUANDO MEDITES

- ¿Qué temores, preocupaciones, inquietudes... me roban la paz y la alegría en este momento de mi vida?
- ¿Cómo es mi confianza en el Señor Resucitado y Viviente en mí?
- ¿A qué personas, lugares, situaciones... siento que soy enviada a llevar una palabra de reconciliación, de perdón, de vida nueva?

CUANDO ORES

- Damos gracias por el don de la fe y del Espíritu dador de Vida y Amor, derramado sobre nosotros y sobre el mundo...
- Suplicamos el don del Espíritu para todas aquellas situaciones de muerte que conocemos... discriminaciones... marginación... paro... hambre... violencia... abusos... injusticia...

"Que tu Espíritu, Señor, haga nuevas todas las cosas"


(Autora: Conchi López, pddm)

miércoles, 23 de mayo de 2012

No andéis agobiados. Confiad

Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina
 "Las pruebas de amor y misericordia 
que el Señor nos ha dado
confirman y consolidan
nuestra fe en el futuro"

(Santiago Alberione)

Santiago tiene razón. Lo he visto docenas de veces. Al final, todo sale bien. Al final, lo bueno, lo razonable, lo luminoso... tiene la última palabra y decide el curso de los acontecimientos. Al final, lo que Dios ha preparado, nadie logra estropearlo, por mal que consiga hacer su parte.
¿Por qué me agobiaré tanto, cada vez?

martes, 15 de mayo de 2012

Eucaristía, vida para todos

Lectio divina de Marcos 8,1-10


1Por aquellos días se reunió otra vez mucha gente. Como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
2- Me da lástima esta gente. Ya hace tres días que están conmigo y no tienen nada que comer. 3Si los despido y los dejo ir a sus casas en ayunas van a desfallecer por el camino. Y algunos han venido de lejos.
4Los discípulos le contestaron:
- Pero ¿de dónde podrá uno sacar pan para dar de comer a todos estos en este lugar apartado?
5Jesús les pregunto:
- ¿Cuántos panes tenéis?
Ellos contestaron:
- Siete.
6Jesús dispuso que la gente se acomodase sobre la tierra. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios, los partió y se los fue dando a sus discípulos para que ellos los distribuyeran. Y los discípulos los distribuyeron entre la gente. 7Tenían además unos cuantos peces; Jesús los bendijo y mando que los repartieran. 8Todos comieron hasta quedar satisfechos, y todavía  se recogieron siete espuertas de los trozos sobrantes de pan. 9Luego Jesús despidió a la multitud, que eran unas cuatro mil personas. 10A continuación subió a la barca con sus discípulos y se dirigió a la región de Dalmanuta.


CUANDO LEAS

Si tuviéramos que poner un título a este pasaje, posiblemente sería el Banquete para la comunidad cristiano-pagana, o también la multiplicación de los panes y los peces para la comunidad cristiano-pagana. Creo que esto es importante que lo tengamos en cuenta y sea, además, el marco de nuestra oración. Desde luego que tiene diferencias notables con respecto a la primera multiplicación: «por aquellos días», no aparece en la primera; «hace ya tres días»; «algunos han venido de lejos»; aquí no se habla de ovejas y pastor; se sientan sobre la tierra; aquí los panes son siete y los peces algunos. En el anterior, sobran doce canastos, aquí siete espuertas; en el primero, nos encontramos en la parte occidental del lago, aquí en la oriental; aquí siente compasión de los paganos.
Nos detenemos un poco en estas diferencias, ya que nos pueden ayudar. «Por aquellos días», los días de la entrada de los gentiles en el pueblo escogido y el cumplimiento pleno de la alianza tal como lo anunciaron los profetas. El número siete normalmente en la Sagrada Escritura nos remite al mundo pagano. Los tres días hace referencia a la resurrección por lo que la entrada de los gentiles en la comunidad es una experiencia pascual. «Algunos han venido de lejos», con esta expresión en algunos textos bíblicos se hace referencia a los gentiles (Jos 9,6-9; Is 60,4). El acomodarse sobre la tierra tiene un sentido más universal. También los paganos quedan satisfechos, pues la comunión con Jesús satisface siempre. La palabra espuerta hace referencia al mundo gentil. También señala universalidad el que no se restrinja el número de comensales a los varones.
Tanto en un relato como en otro, la gente, el pueblo está abandonado. En una situación como esta se confían totalmente a Jesús. Y ante esto, Jesús no puede más que compadecerse y manifestar la misericordia divina. Pero, además quiere que sus discípulos se impliquen, «los discípulos los distribuyeron a la gente».
Al final hemos de reconocer que estamos ante una narración de la eucaristía. Este pan está preparando el pan eucarístico, y, al mismo tiempo simboliza el pan de la Palabra.
A pesar de todo, los discípulos parecen no comprender nada.

CUANDO MEDITES
- Vuelve a pasar por tu corazón este relato e imagínate que eres una de aquellas personas que reciben este don de saciarse de pan que nos regala Jesús. Mantente pasivo/a como la gente del relato. Jesús es el protagonista y el que nos hace el regalo. ¿Qué sientes?
- ¿Has tenido alguna vez la experiencia de «ser alimentado/a por Jesús»? Rememora este momento.
- Los discípulos parecen no entender, ¿me ocurre a mí lo mismo?, ¿qué es lo que me impide entender los gestos y la Palabra de Jesús.
- Cuando estés tranquilo/a en casa, puedes ir al texto de la primera multiplicación (6,33-44) y date cuenta de las diferencias entre los dos relatos.

CUANDO ORES

- Da gracias a Dios por el gran don de alimentarte con el pan de la eucaristía y el pan de la Palabra.
- Pídele perdón por las veces que por tu propia negligencia no eres capaz de reconocer los gestos y palabras de Jesús.
- Pide al Señor ser un instrumento en sus manos que le ayude a repartir el pan de la eucaristía y el pan de la Palabra.

Salmo 90

Señor, durante generaciones
tú has sido nuestro refugio.
Antes que se formasen los montes
y la tierra y el orbe surgieran
desde siempre y para siempre tú eres Dios.
Tú haces que el ser humano vuelva al polvo,
diciendo:¡Regresad hijos de Adán!
Porque mil años ante tus ojos
son como un día, como un ayer que ya pasó,
como una vigilia en la noche.

Cólmanos de tu amor por la mañana
para que cantemos alegres toda la vida.

Que descienda sobre nosotros
la gracia del Señor, nuestro Dios.
Afianza la obra de nuestras manos;
sí, afianza la obra de nuestras manos.


(Autor: Pepe Pedregosa, ssp; Equipo de lectio divina de la UPComillas)

miércoles, 9 de mayo de 2012

Las migajas de los hijos

Lectio divina de Marcos 7,24-37

Y levantándose, partió de allí para los territorios de Tiro y de Sidón. Y entró en una casa y no quería que nadie lo supiese, pero no pudo esconderse. Más bien, en seguida oyó de él una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo, y vino y cayó a sus pies. La mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que echase el demonio fuera de su hija. Pero Jesús le dijo: —Deja primero que se sacien los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos. Ella respondió y le dijo: —Sí, Señor; también los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos. Entonces él le dijo: —Por causa de lo que has dicho, ve; el demonio ha salido de tu hija. Y cuando ella se fue a su casa, halló a su hija acostada en la cama y que el demonio había salido.

Y volviendo á salir de los términos de Tiro, volvió por Sidón al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera las manos encima. Y tomándole aparte de la gente, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y mirando al cielo, gimió, y le dijo: Ephphatha: que quiere decir: Ábrete. Y en seguida se abrieron sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua y hablaba bien.


CUANDO LEAS

La primera protagonista de hoy es una mujer extranjera Cananea, que mendiga por el bien de su hija… ¡como un perrito lo hace en casa de sus dueños!, una mujer que mostró una fe muy grande. Nos encontramos ante una mujer pagana de linaje gentil que manifestó una fe persistente en pedirle algo a Jesús, y recibió un elogio poco común de parte de Él, aunque ella era descendiente de los adoradores del Dios Baal. Ella se presenta a Jesús como una madre que sufre un dolor indecible debido a que su hija padecía una tremenda dolencia. Es una mujer con la voluntad resuelta de buscar alivio para su hija. Esta mujer recibe una respuesta maravillosa a su problema: esta historia nos recuerda que Dios escucha nuestras oraciones aún cuando la respuesta, a veces, parezca ser NO.
El segundo protagonista es un sordo y tartamudo, al que Jesús libera de sus ataduras – le abrió los oídos y le desató la ligadura de la lengua -. Nos recuerda que Jesús es un Jesús que sana y libera, que trae la curación y la libertad, que nos saca del mal y nos abre caminos de comunicación y de apertura a los demás. El relato muestra que la acción sanadora de Jesús está conectada con su intensa relación con el prójimo, el enfermo, y con el Padre... Jesús quiere que la curación suceda “aparte, lejos de la multitud”. La elección de llevar al enfermo aparte, hace que, en el momento de la curación, Jesús y el sordomudo se encuentren solos, cercanos, en una relación particular. Con un gesto, el Señor toca los oídos y la lengua del enfermo, o sea los centros específicos de su enfermedad. La intensidad de la atención de Jesús se manifiesta también en los rasgos insólitos de la curación: Emplea sus propios dedos y su propia saliva. También el hecho de que el evangelista nos traslade la palabra original pronunciada por el Señor: Efatá que quiere decir “¡Ábrete!”, evidencia el carácter singular de la escena.
Pero el punto central de este episodio es que Jesús en el momento de realizar la curación, busca directamente su relación con el Padre. La atención al enfermo, la atención de Jesús hacia él, están vinculados a una actitud profunda de oración dirigida a Dios. Una vez más surge su relación única con el Padre, su identidad de Hijo Unigénito. En Él, a través de su persona, se hace presente la actuación benéfica y sanadora de Dios.
Todo empezó cuando Jesús decidió apartarse del gentío, y que nadie supiese a donde estaba; entonces se fue a una región llamada de Tiro y Sidón, que es un distrito ubicado al norte de Galilea…. ¡Jesús siempre buscando nuevos horizontes, nuevos campos de evangelización!

CUANDO MEDITES

¡EFATA! ¡ÁBRETE! (Marcos 7:31—37)

El hombre del relato no podía comunicarse con la gente. Isaías había profetizado 700 años antes (Isaías 35:5) que el Mesías haría que los sordos oyeran y los mudos hablaran.

1. Piensa por un momento en la clase de sonidos y voces que escuchas durante el día. ¿Qué crees que sería lo más difícil para ti si no pudieras oír absolutamente nada?

2. Imagina la infancia de este hombre. (¿De qué medios dispondrían sus padres para enseñarle, protegerlo del peligro, hacerlo trabajar, etc.? ¿Qué clase de relación habrá tenido con sus iguales? ¿Qué imagen habrá tenido de sí mismo?)

3. Compare la vida cotidiana de esta persona adulta auditivamente discapacitada con la de sus vecinos. Quizás este hombre asistió algunas veces a la sinagoga y al templo. ¿Cuánto entendería acerca del Dios Invisible?

4. ¿Cuáles fueron las motivaciones de las personas que llevaron al sordomudo ante Jesús?

5. ¿Por qué Jesús no sanó al hombre de la forma en que se lo pidieron sus amigos?
¿Por qué el hombre no protestó sino que siguió al desconocido rabí?

6. ¿Cuánto habrá comprendido el hombre de las cuatro acciones que Jesús hizo en su propio lenguaje de señas? (¿Qué quiso transmitirle Jesús al mirar hacia el cielo antes de sanarlo? ¿Y con su profundo suspiro?)

7. Cada milagro de Jesús nos habla algo acerca del cielo. ¿Qué podemos aprender al respecto a través de este suceso?

CUANDO ORES

- Pide al Señor que te de las “migajas” de su gracia, para hacer de ti alguien nuevo.

- Pide al Señor que te abra los oídos del corazón y del entendimiento, para ver y oír más allá de lo superficial, y pueda adentrarme en la hondura de mi propia verdad y de la verdad de Dios.

- Pide al Señor que podamos ser nosotros también agentes liberadoras, personas que sanan, mediaciones que permitan que otros puedan ver y oír.


(Autora: Azucena Hernández, Equipo de Lectio Divina de la UPComillas)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Su corazón está lejos de mí

Lectio divina de Marcos 7,1-23

 1Se reunieron junto a él los fariseos y algunos letrados venidos de Jerusalén. 2Vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavárselas.  3Es de saber que los fariseos y los judíos, en general, no comen sin antes lavarse cuidadosamente las manos, observando la tradición de sus mayores;  4y si vuelven del mercado, no comen si no se lavan totalmente; y observan otras muchas reglas tradicionales, como el lavado de copas, jarras y ollas [y mesas].  5De modo que los fariseos y los letrados le preguntaron: -¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen con manos impuras?.
 6Les respondió: -Qué bien profetizó Isaías de vuestra hipocresía cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí;  7el culto que me dan es inútil, pues la doctrina que enseñan son preceptos humanos. 8Descuidáis el mandato de Dios y mantenéis la tradición de los hombres. 9Y añadió: -¡Qué bien despreciáis el mandato de Dios para observar vuestra tradición! 10Pues Moisés dijo: Sustenta a tu padre y a tu madre, y también: El que abandona a su padre o su madre es reo de muerte. 11Vosotros en cambio decís: Si uno declara a su padre o su madre que la ayuda que debía darles es corbán, es decir, ofrenda sagrada,  12entonces ya no le dejáis hacer nada por su padre o su madre. 13Y así invalidáis el precepto de Dios en nombre de vuestra tradición. Y como ésas hacéis otras muchas.
14Llamando de nuevo a la gente, les dijo: -Escuchad todos y atended.
15No hay nada afuera del hombre que, al entrar en él, pueda contaminarlo.
 Lo que sale del hombre es lo que lo contamina.
16[Quien tenga oídos para oír que escuche.]

 17Cuando se apartó de la gente y entró en casa, le preguntaban los discípulos el sentido de la comparación.
18Y él les dijo: -¿Conque también vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis que lo que entra en el hombre desde afuera no puede contaminarlo,  19porque no le entra en el corazón, sino en el vientre y después se expulsa en el retrete? -así declaraba puros todos los alimentos--. 20Y añadió:-Lo que sale del hombre es lo que contamina al hombre. 21De dentro, del corazón del hombre salen los malos pensamientos, fornicación, robos, asesinatos, 22adulterios, codicia, malicia, fraude, desenfreno, envidia, blasfemia, arrogancia, desatino. 23Todas estas maldades salen de dentro y contaminan al hombre.

CUANDO LEAS

El evangelista narra el primer encuentro de los fariseos con Jesús. Los fariseos, después de examinar el comportamiento de los discípulos de Jesús, le formulan una pregunta: ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras
La pregunta que los fariseos formulan a Jesús introduce el diálogo y Jesús la responde dirigiéndose primero a los fariseos y letrados (Mc 7,6-13), después a la multitud (Mc 7,14-16) y, por último, a los discípulos ( Mc 7,17-23). Fijémonos que, aunque la pregunta es sobre las manos impuras de los discípulos, cuestiona a Jesús mismo pues todo maestro era responsable de sus discípulos.
No conviene olvidar tampoco que la tradición de los mayores, que desobedecen los discípulos de Jesús, era de gran valor para los fariseos pues se remontaba a la revelación del Sinaí (dada por Dios a Moisés) y ésta se transmitía en la tradición oral. La pregunta cuestiona, pues, la relación que Jesús y sus discípulos tienen con Dios pues no acceden a Él a través de las prescripciones que tan celosamente guardan los fariseos y escribas.

La respuesta de Jesús es amplia y detallada:
a) Mc 7,6-13: Jesús responde partiendo de Isaías y el Decálogo (centro de la ley). Desde ahí acusa a sus opositores de hipócritas, pues el mandamiento principal (Dt 6,5) pide amar a Dios con todo el corazón y los fariseos lo honran sólo con los labios, como había dicho el profeta (Is 29, 13). En tres ocasiones (v.8, 9 y 13) Jesús dice a los fariseos que sus preceptos invalidan los mandamientos de Dios. Por ejemplo, en vez de honrar a los padres (Ex 20,12), ellos han creado una institución que les permite entregar el dinero al culto y se libran del compromiso de cuidar a sus padres.
b) Mc 7,14-16: Jesús se dirige a la multitud exhortándoles a la escucha y a la atención pues se trata de algo importante. Con la oposición dentro-fuera, afirma que lo que sale de dentro del hombre es lo que lo contamina y lo hace impuro. No lo que entra en Él.
c) Mc 7, 17-23: A los discípulos se lo explica en privado clarificándoles que la relación con Dios y los hermanos depende de lo que sale del corazón, centro de pensamientos y decisiones para un judío. Es el mal que sale del corazón lo que hace impuro al hombre y lo contamina, no lo que pueda entrar en el cuerpo.

CUANDO MEDITES

- Me pregunto: ¿cuánto hay en mí de lo que el profeta Isaías acusa a su pueblo? (“Así dice el Señor: Este pueblo me da culto de palabra y me honra sólo con sus labios, mientras su corazón está lejos de mí y su piedad hacia mí se reduce a fórmulas humanas rutinarias”, Isaías 29,13).
- ¿Qué hay en mi corazón que hace más auténtica mi relación con Dios y con los hermanos?, ¿qué tengo que purificar en mi corazón para que esa relación sea más sincera?

CUANDO ORES

Orar con Jer 31,33:
Esta es la alianza que voy a pactar con Israel
después de aquellos días –oráculo del Señor-:
Pondré mi ley en su interior,
la escribiré en sus corazones
y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Orar con el Salmo 51 (50)
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me apartes lejos de tu rostro,
no me quites tu Santo Espíritu.

[1] Sigo principalmente a K. STOCK, Marco Comento contestuale al secondo Vangelo. Roma 22010. 126-130.


(Autor: Fernando Gálligo, Equipo de lectio divina de la UPComillas)