Ejercicios espirituales de la Familia Paulina
Los próximos tres días tendré la gracia de vivir una parte de los ejercicios espirituales (E.E.) de la Familia Paulina (F.P.), en las Rozas (Madrid).
Habitualmente, suelo realizar mis E.E. anuales en verano. Desde el año 1999 en adelante, la mayor parte de los cursos los he realizado con Emma Martínez, teresiana de Poveda. Por muchas razones, me parece una acompañante y animadora excepcional.
Pero este año, los E.E. de la Familia Paulina tienen, para mí, un atractivo especial: la presencia, como animadora, de Elena Bosetti, hermana de Jesús Buen Pastor (HJBP), profesora de Biblia en la Universidad Gregoriana.
Las HJBP son la cuarta congregación de la Familia Paulina, fundada por el beato Santiago Alberione. Como su nombre sugiere, su carisma es la pastoral. Ellas son "pastoras" que, junto a los "pastores" de la Iglesia, hacen visible el amor y cuidado de Jesucristo, Maestro y Pastor, hacia la humanidad entera.
Conocí a Elena en Roma, en 1997, cuando fui enviada a realizar un curso internacional sobre el carisma paulino. En aquel curso, ella nos explicó, entre otras cosas, la primera carta de Pedro, carta que lleva estudiando y enseñando ya más de treinta años. De Elena me llamó la atención su amor "conmocionado" por la Palabra de Dios, y la capacidad de comunicarla y contagiar su misma "conmoción".
Desde entonces, más de una vez propuse llamarla a España, bien para cursos de formación permanente, bien para ejercicios espirituales. ¡Y por fin llegó!
Aunque estos días, en mitad del curso, lleno de clases y tareas pastorales programadas desde hace meses, me resultan muy inapropiados para detenerme una semana, ¡cómo no aprovechar una ocasión tan extraordinaria! ¡A Elena da gusto escucharla, os lo aseguro!
Anoche comenzó nuestra "aventura espiritual" de seis días. El itinerario vendrá marcado por la carta a los Gálatas y por los Hechos de los Apóstoles.
En el recorrido trazado por Elena, "cada día se distinguirá por una 'confessio' de Pablo... El primer día (es decir, hoy) lo caracterizará la confessio laudis, ya que Pablo es, ante todo, el cantor de la "gracia", de la divina misericordia..."
Este domingo, día del Señor, es, por tanto, un día para cantar "las abundantes riquezas de la gracia de Dios" derramadas sobre nosotras a lo largo de toda nuestra vida y, especialmente, en el último año.
Os invito a hacer lo mismo: a explorar vuestras razones para estar agradecidos/as.
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