El año pasado Dolores Aleixandre me propuso animar con ella un curso de cinco días a las Concepcionistas. Le dije que sí, pero le expresé también mis reservas: "Evidentemente, ellas te buscan a ti. A mí no me conocen y, si yo estuviera en su lugar, no me agradaría que nadie te sustituyera ni un sólo día". Dolores hizo caso omiso de mis reticencias y las hermanas hicieron un verdadero acto de fe aceptando la propuesta de Dolores: el primer día se encargaría ella y los cuatro restantes, yo.
¿Cómo podría describir aquellos días? Divertidos, intensos, sorprendentes, entrañables, fraternos..., en los que pude experimentar a Dios muy cerca. Fue un viaje a través de toda la Biblia con un estilo narrativo. Las hermanas Concepcionistas, realmente amables y acogedoras, nos hicieron sentir como en casa a Lidia (mi "apoyo logístico", hermana, colaboradora y amiga) y a mí.
Este año hemos vuelto a encontrarnos. Algunas de las 49 participantes eran rostros conocidos pero, en su mayoría, las asistentes venían por primera vez. En esta ocasión nos hemos centrado en el A.T., que hemos recorrido a través de sus personajes, como he ido haciendo a lo largo del curso en los distintos grupos bíblicos.
Los relatos bíblicos y los tiempos para la danza, la oración (lectio divina) y la re-creación han sido, básicamente, los ingredientes del curso.
Por una parte, me siento afortunada por haber conocido a estas mujeres tan llenas de entusiasmo, de vitalidad, de Espíritu y de deseo de servir a la Iglesia y al mundo desde su carisma contemplativo.
Y, por otro, siento que es un regalo y un privilegio acercarme, con ellas, a la Palabra llena de Luz y de Vida y a la historia que Dios hace con nosotros a través de hombres y mujeres que, como nosotros, vivieron su vida desde Dios en todos los momentos: juventud y vejez, salud y enfermedad, éxitos y fracasos, noches, "descensos", "aprietos" y "anchuras"...
En todas esas circunstancias, todos deseaban ver al Invisible. Exactamente como nosotras.
¡Gracias a Dios por su Palabra, en la que encuentro tanta Vida!
¡Y gracias a las Concepcionistas Franciscanas por darnos la oportunidad de compartir con ellas nuestros caminos de búsqueda del Rostro de Dios!
¡Qué interesantes los distintos caminos de búsqueda! Enhorabuena por la experiencia vivida.
ResponderEliminar¡Gracias, Víctor! Han sido unos días preciosos. No hay nada con lo que disfrute más que navegando por los textos, viajando de historia en historia, en una lectura orante e intertextual de toda la Biblia. Y relacionar esas historias con las nuestras. Y compartir esas historias con personas que buscan lo mismo.
ResponderEliminarEn este caso, la cercanía, simpatía y deseo de entrar en la Palabra de todas las monjas ha hecho el encuentro más bello y más gozoso.
Realmente interesante. Me encantan las fotos con las hermanas abiertas a cualquier actividad o palabra pronunciada. Es, me parece, el Espíritu revoloteando por la vida. La mayoría parecen mayores (en edad), pero jóvenes en "actitud". Eso lo da la PALABRA leída y comentada, vivida y orada. Me alegra que compartas estas experiencias con nosotros, gracias.
ResponderEliminarEstas mujeres son un encanto. Mayores, como todas las religiosas y monjas de nuestros lares (aunque tienen también muchas jóvencillas). Pero tienen ellas juventud interior suficiente como para aguantar con atención horas y horas de palabras en torno a la Palabra, momentos de todo tipo (incluidos los bailes al solazo...), y querer hacer nueva la vida (la suya y la de otros, con su misión contemplativa).
ResponderEliminarSí, el Espíritu estuvo en nosotras. Te lo digo yo.
Gracias por pasarte por aquí y dejar un comentario, que como dice mi hermana, "un post sin comentarios es esa cita a ciegas en la que te dieron plantón".
Un beso
es una pena que se este perdiendo el habito tradicional tal y como corresponde a una religiosa de clausura, algunas segun he visto por lo menos lo llevan , bendito sea Dios espero que sigan siendo fieles porque no hay cosa mas destartalada y menos decorosa que esos flequillos asomando, y el aspecto de desaliño que dan las nuevas tocas descapotables, y los habitos recortados, un poco de dignidad..
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