Así concluía el evangelio de Lucas del domingo pasado.
Todos los domingos confieso públicamente, entre otras cosas, la fe en la resurrección.
Creo que el ser humano es algo más que un perfecto amasijo de carne y hueso. Creo que el espíritu es algo más que la mente y el cerebro. Creo que somos algo más que materia corruptible con una fecha de caducidad impresa en ella: "Caduca a los tres años..., a los veinticinco..., a los noventa...". Creo que Dios no deja que sus hijos desaparezcan definitivamente como si nunca hubieran existido. Y creo que, aunque cada instante nuestra vida está amenazada de muerte natural, también está agraciada por una vida superabundante que es la vida de Dios en nosotros.
Cada día que pasa estamos más cerca de la muerte y cada día que pasa estamos más cerca de que Dios viva en nosotros absolutamente si vamos muriendo a lo que no es Él.
No entraré en la vida eterna cuando me muera. La vida eterna ha comenzado aquí y ahora. Y cada vez que venzo las batallas que libro con la muerte, cada vez estoy mucho más viva, aunque esté cada vez más vieja, cansada y deteriorada.
Foto: Conchi L. Fuente el Fresno (Ciudad Real) |
Tengo bastantes más años que hace veinte años... Pero estoy más viva, porque el Dios vivo me habita, me cura, me enseña, me libera y va resucitándome de las muertes que esta vida tan frágil nos trae todos los días.
La foto la tomé en mi pueblo, el 1 de noviembre. Cerro, molino, y cementerio, en un día de bellísimo crepúsculo.
ResponderEliminarJesús mismo nos dice que Abraham, Isaac y Jacob están vivos
ResponderEliminar¿Hay prueba mayor que las palabras de Jesús que afirman que hay vida después de la muerte?
Shalom,
Mónica
Tú tienes una fe como un roble, querida Yentl. A muchísimas personas les cuesta creer en la vida eterna y en las palabras de Jesús. Incluso aunque quieran creer.
ResponderEliminarBendigo a Dios por tu fe.
Ja,ja,ja... No te creas que mi fe es tan fuerte. Ojalá fuese como un roble pero reconozco que hay veces que ese roble se debilita.
ResponderEliminarMónica