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lunes, 6 de mayo de 2013

Jesús muere en la cruz

Lectio divina de Mc 15,33-47

33 Al mediodía se oscureció todo el territorio hasta media tarde. 34 A esa hora Jesús gritó con voz potente: ---Eloi, eloi, lema sabactani, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 35 Algunos de los presentes, al oírlo, comentaban: ---Está llamando a Elías. 36 Uno empapó una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le ofreció de beber diciendo: -¡Quietos! A ver si viene Elías a librarlo. 37Pero Jesús, lanzando un grito, expiró. 38 El velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo. 39 El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo expiró, dijo: -Realmente este hombre era Hijo de Dios.
40 Estaban allí mirando a distancia unas mujeres, entre ellas María Magdalena, María, madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, 41 quienes, cuando estaba en Galilea, le habían seguido y servido; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén. 42 Ya anochecía; y como era el día de la preparación, víspera de sábado, 43José de Arimatea, consejero respetado, que esperaba el reinado de Dios, tuvo la osadía de presentarse a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. 44 Pilato se extrañó de que ya hubiera muerto. Llamó al centurión y le preguntó si ya había muerto. 45 Informado por el centurión, le concedió el cuerpo a José. 46 Éste compró una sábana, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. 47 María Magdalena y María de José observaban dónde lo habían puesto.

CUANDO LEAS

1.- Muerte de Jesús:

Tinieblas: A mediodía, cuando el sol está en lo más alto, todo se llena de tinieblas que duran hasta media tarde. Nada ocurre durante este tiempo. Las tinieblas eran uno de los signos que anuncian el día del Señor (Am 5,18-20; Am 8,9).
Sucederá aquel día, oráculo del Señor- que en pleno día yo haré ponerse el sol y cubriré la tierra de tinieblas en la luz del día. Trocaré en duelo vuestras fiestas…; lo haré como duelo de hijo único. (Am 8,9-10)
Oración de Jesús: Marcos pone en labios de Jesús el salmo 22. Aunque sólo cita el primer verso todo el salmo estaría en la boca o el corazón de Jesús. Jesús como el salmista reza a Dios y quiere permanecer unido a Él justo en el momento en que lo siente más lejano. La oración de Jesús viene interpretada por sus enemigos como invocación de ayuda a Elías, gran intercesor para el pueblo de Israel en situaciones imposibles.
Exhala el Espíritu: El Espíritu que ha guiado a Jesús durante toda su vida es entregado en el momento de la muerte. El Espíritu Santo que bajó sobre Él en el Bautismo y le empujó al desierto (Mc 1,10.12) es entregado al Padre. Así concluye el camino de Jesús en la tierra.
Velo del templo:  El velo del templo ha sido desgarrado, acción que se atribuye a Dios. Aquí se confirma la autoridad de Jesús sobre el templo, autoridad por la cual había sido acusado ante el sanedrín:  Le hemos oído decir: destruiré este templo, hecho por manos humanas, y en tres días construiré otro no hecho por manos humanas. (Mc 14,58).
Confesión del centurión:  Un centurión, soldado pagano, confiesa la identidad de Jesús como el Hijo de Dios. Este es el título que el evangelista da a Jesús desde el principio (Mc 1,1: comienzo del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios). Que Dios Padre también da a Jesús en el Bautismo (Mc 1,11: Este es mi Hijo amado, en ti me complazco) y en la Transfiguración (Mc  9,7: Este es mi Hijo amado, escuchadle). Aquí aparece, por primera vez, este título, en boca de un hombre, y además, extranjero.
Mujeres mirando: Este grupo de mujeres, de las cuales sólo se nombra a tres, resumen toda la actividad de Jesús en Galilea (Mc 1, 14-8,26) y el camino hacia Jerusalén (Mc 8,27-10,52). La presencia de las mujeres hace todavía más evidente la no presencia de los discípulos.

2.- Descendimiento y sepultura de Jesús:

José de Arimatea pide el cuerpo de Jesús a Pilato y le da sepultura. Pilato, después de asegurarse por el centurión de que estaba muerto, se lo entrega. El último gesto que Jesús recibe de los hombres no es la tortura y crucifixión sino este servicio de amor al enterrarlo. Las mujeres presentes ante la tumba de Jesús serán un signo de resurrección.

CUANDO MEDITES

- Nos situamos junto a las mujeres,  ¿cómo contemplamos a Jesús?, ¿cómo ha sido nuestro seguimiento y servicio?, ¿qué significaba subir con Jesús a Jerusalén?
¿Con quién te identificas más: con el centurión pagano, con José de Arimatea o con las mujeres?, ¿Por qué?

CUANDO ORES

1-2 ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?, te queda lejos mi clamor, el rugido de mis palabras.3Dios mío, te llamo de día y no respondes, de noche, y no me doy tregua;4aunque tú habitas en el santuario, alabanza de Israel.5En ti confiaban nuestros padres, confiaban y los ponías a salvo; 6a ti gritaban y quedaban libres, en ti confiaban y no los defraudabas. 7Pero yo soy un gusano, no un hombre: afrenta de la gente, despreciado del pueblo; 8al verme se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza: 9Acudió al Señor, que lo ponga a salvo, que lo libre si tanto lo quiere.10Fuiste tú quien me sacó del vientre, me tenías confiado a los pechos de mi madre;11desde el seno me arrojaron a ti desde el vientre materno tú eres mi Dios.12No te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre.  (Salm 22, 1-12).



C.f. K. STOCK, Marco Comento contestuale al secondo Vangelo. Roma 22010. 342-349 .

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Autora: Azucena Fernández, equipo de Lectio Divina de la UPComillas

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