A lo que respondo:
Bendecir es rescatar con las palabras la bondad original del ser bendecido. Es decir bien, tener presente lo mejor de lo que es y lo que puede llegar a ser aquel a quien bendices. Es esperar, incluso a veces contra toda evidencia, que el ser bendecido alcanzará su vocación última al amor. Y en el caso de bendecir a Dios, es simplemente describir lo grande, maravilloso, santo, feliz, compasivo... que es.
Pierre Pradervand dice: "Por bendición entiendo querer todo el bien posible para una persona o una comunidad, su pleno desarrollo, su dicha profunda, y quererlo desde el fondo del corazón, con total sinceridad. Ésta es la dimensión más importante de la bendición: la sinceridad aliada a la energía del corazón" (El arte de bendecir, Sal Terrae , 2000, 19)
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