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lunes, 6 de diciembre de 2010

En asamblea con mis hermanas de España

Todos los años, aprovechando el puente de la Inmaculada, todas las hermanas de las cuatro comunidades de la delegación española nos reunimos en Madrid para contarnos la vida, para revisar nuestras programaciones, y para hacer algún cursillo sobre algún tema previamente determinado por todas. Este año hemos llamado a la hermana Celine Cunha, psicóloga y miembro del Gobierno General, para animar nuestro encuentro.

Su llegada estaba prevista para el día 4, pero hasta esta tarde no ha podido llegar a causa de la huelga. ¡Bienvenida sea! Tengo ganas de este curso, que nos ayudará, seguro, a seguir creciendo por dentro, en estas edades que ya tenemos. El crecimiento acontece hasta el final porque "aunque la mujer exterior se va deteriorando, la interior se renueva de día en día" hasta alcanzar la medida de la humanidad plena en Cristo.


Con las hermanas Celine Cunha y Virginia Muñiz, nuestra superiora delegada

5 comentarios:

  1. Espero que nos hagas una reseña de lo que dijo la hermana Celine para ayudarnos a las mujeres a "seguir creciendo por dentro" como tú muy bien dices.

    Shalom,

    Mónica

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  2. Me encanta veros. Le pido a nuestro querido Dios que os ilumine y guarde en todo momento; que Él os descubra el camino a seguir en cada ocasión. Un saludo y, como dice Mónica, a compartir ese don para "crecer por dentro".

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  3. Conchi, con permiso, he estado cotilleando un poco las fotos... me viene a la cabeza lo importante que es "la comunidad" en el cristianismo. Se nota que os queréis "mirad cómo se quieren". Actalmente, por ahí, se ensalza lo que llaman "familia tradicional" pero el concepto de "comunidad" me parece más genuino porque tiene aroma a ¡hechos de los Apósotes!

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  4. Víctor, tus palabras son alentadoras. Gracias. Y seguro que mis hermanas sonreirán con ellas.
    Pero a las comunidades cristianas (y religiosas) les pasa lo que a cualquier grupo humano, incluidas las familias (la tradicional u otros modelos familiares): pueden ser hogar de amor y encarnación del evangelio, o pueden ser, digamos, un espacio de difícil convivencia :)
    Mi fundador decía: "¡Ah, la vita comune!¡Paradiso in terra ma non per tutti!". No para todos los que la abrazan, desafortunadamente.
    Seguramente tú habrás tenido alguna experiencia de este tipo en alguna comunidad cristiana. Incluso en el libro de los Hechos ya había conflictos graves (mira el fraude de Ananías y Safira o la ruptura entre Pablo y Bernabé).

    Lo importante es que las comunidades tendamos a ser escuela de amor y estemos en continua disposición a crecer y mejorar.
    Un abrazo a los tres.

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