Páginas

martes, 15 de mayo de 2012

Eucaristía, vida para todos

Lectio divina de Marcos 8,1-10


1Por aquellos días se reunió otra vez mucha gente. Como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
2- Me da lástima esta gente. Ya hace tres días que están conmigo y no tienen nada que comer. 3Si los despido y los dejo ir a sus casas en ayunas van a desfallecer por el camino. Y algunos han venido de lejos.
4Los discípulos le contestaron:
- Pero ¿de dónde podrá uno sacar pan para dar de comer a todos estos en este lugar apartado?
5Jesús les pregunto:
- ¿Cuántos panes tenéis?
Ellos contestaron:
- Siete.
6Jesús dispuso que la gente se acomodase sobre la tierra. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios, los partió y se los fue dando a sus discípulos para que ellos los distribuyeran. Y los discípulos los distribuyeron entre la gente. 7Tenían además unos cuantos peces; Jesús los bendijo y mando que los repartieran. 8Todos comieron hasta quedar satisfechos, y todavía  se recogieron siete espuertas de los trozos sobrantes de pan. 9Luego Jesús despidió a la multitud, que eran unas cuatro mil personas. 10A continuación subió a la barca con sus discípulos y se dirigió a la región de Dalmanuta.


CUANDO LEAS

Si tuviéramos que poner un título a este pasaje, posiblemente sería el Banquete para la comunidad cristiano-pagana, o también la multiplicación de los panes y los peces para la comunidad cristiano-pagana. Creo que esto es importante que lo tengamos en cuenta y sea, además, el marco de nuestra oración. Desde luego que tiene diferencias notables con respecto a la primera multiplicación: «por aquellos días», no aparece en la primera; «hace ya tres días»; «algunos han venido de lejos»; aquí no se habla de ovejas y pastor; se sientan sobre la tierra; aquí los panes son siete y los peces algunos. En el anterior, sobran doce canastos, aquí siete espuertas; en el primero, nos encontramos en la parte occidental del lago, aquí en la oriental; aquí siente compasión de los paganos.
Nos detenemos un poco en estas diferencias, ya que nos pueden ayudar. «Por aquellos días», los días de la entrada de los gentiles en el pueblo escogido y el cumplimiento pleno de la alianza tal como lo anunciaron los profetas. El número siete normalmente en la Sagrada Escritura nos remite al mundo pagano. Los tres días hace referencia a la resurrección por lo que la entrada de los gentiles en la comunidad es una experiencia pascual. «Algunos han venido de lejos», con esta expresión en algunos textos bíblicos se hace referencia a los gentiles (Jos 9,6-9; Is 60,4). El acomodarse sobre la tierra tiene un sentido más universal. También los paganos quedan satisfechos, pues la comunión con Jesús satisface siempre. La palabra espuerta hace referencia al mundo gentil. También señala universalidad el que no se restrinja el número de comensales a los varones.
Tanto en un relato como en otro, la gente, el pueblo está abandonado. En una situación como esta se confían totalmente a Jesús. Y ante esto, Jesús no puede más que compadecerse y manifestar la misericordia divina. Pero, además quiere que sus discípulos se impliquen, «los discípulos los distribuyeron a la gente».
Al final hemos de reconocer que estamos ante una narración de la eucaristía. Este pan está preparando el pan eucarístico, y, al mismo tiempo simboliza el pan de la Palabra.
A pesar de todo, los discípulos parecen no comprender nada.

CUANDO MEDITES
- Vuelve a pasar por tu corazón este relato e imagínate que eres una de aquellas personas que reciben este don de saciarse de pan que nos regala Jesús. Mantente pasivo/a como la gente del relato. Jesús es el protagonista y el que nos hace el regalo. ¿Qué sientes?
- ¿Has tenido alguna vez la experiencia de «ser alimentado/a por Jesús»? Rememora este momento.
- Los discípulos parecen no entender, ¿me ocurre a mí lo mismo?, ¿qué es lo que me impide entender los gestos y la Palabra de Jesús.
- Cuando estés tranquilo/a en casa, puedes ir al texto de la primera multiplicación (6,33-44) y date cuenta de las diferencias entre los dos relatos.

CUANDO ORES

- Da gracias a Dios por el gran don de alimentarte con el pan de la eucaristía y el pan de la Palabra.
- Pídele perdón por las veces que por tu propia negligencia no eres capaz de reconocer los gestos y palabras de Jesús.
- Pide al Señor ser un instrumento en sus manos que le ayude a repartir el pan de la eucaristía y el pan de la Palabra.

Salmo 90

Señor, durante generaciones
tú has sido nuestro refugio.
Antes que se formasen los montes
y la tierra y el orbe surgieran
desde siempre y para siempre tú eres Dios.
Tú haces que el ser humano vuelva al polvo,
diciendo:¡Regresad hijos de Adán!
Porque mil años ante tus ojos
son como un día, como un ayer que ya pasó,
como una vigilia en la noche.

Cólmanos de tu amor por la mañana
para que cantemos alegres toda la vida.

Que descienda sobre nosotros
la gracia del Señor, nuestro Dios.
Afianza la obra de nuestras manos;
sí, afianza la obra de nuestras manos.


(Autor: Pepe Pedregosa, ssp; Equipo de lectio divina de la UPComillas)

2 comentarios:

  1. muchas gracias, por los ejemplos para aprender a meditar y orar después de esta preciosa lectura.
    Saludos de Pamela, desde Santiago de Chile.

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti, Pamela, por dejar tu comentario que nos pone en comunión en torno a la Palabra.

    ResponderEliminar

¡Bienvenid@ y gracias por detenerte a comentar!
TODOS los comentarios serán publicados, siempre que las opiniones sean expresadas con respeto. Éste es un espacio para el encuentro, el diálogo y la comunicación de experiencias, en la diversidad. No es lugar para la controversia o la propaganda de blogs que nada tienen que ver con los temas que aquí se tratan.