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domingo, 30 de diciembre de 2012

Como el primer día, te sigo queriendo

Hace tres años, en esta misma fiesta de la Sagrada Familia, les dediqué un post a todos los matrimonios que, como el primer día, se siguen queriendo. E incluso más que el primer día, con un amor a prueba de decepciones, de aburrimientos, de desapasionamientos, de pérdidas, de enfados y desencuentros. Un amor aquilatado por el tiempo y por el firme deseo de seguir eligiendo lo que un día eligieron, totalmente convencidos de que ese amor duraría siempre porque, en realidad, no lo eligieron ellos sino que les fue dado... 
Vuelvo a hacerlo hoy. Vuelvo a dedicaros un post, a vosotras y vosotros, que habéis decidido cuidar vuestro amor como el primer día. Y os dejo la misma canción de Alberto Cortez, para que la escuchéis juntos y renovéis los lazos con los que un día quisisteis atar vuestros corazones y vuestras vidas para caminar juntos y construir algo común.


El poeta y cantante argentino Alberto Cortez cuenta que, tras una discusión con su mujer en la que "pequeñas nubes empañaron por algún momento el límpido cielo del amor", ella dijo: "Pienso que ya no me quieres como antes; seguramente tu amor ha ido perdiendo el ardor de otrora y ya no te gusto".
Entonces él, en su mesa de trabajo, se sintió inspirado para escribir estos versos, como hablándole al oído:

"Te sigo queriendo como el primer día,
con esta alegría con que voy viviendo.
Más que en el relevo de las cosas idas
en la expectativa de los logros nuevos.
Como el primer día de un sentir primero,
como el alfarero de mi fantasía,
con la algarabía de un tamborilero
y el gemir austero de una letanía.
Como el primer día, te sigo queriendo.

Te sigo queriendo, valga la osadía,
con la garantía de mis pobres sueños,
es decir, empeños porque, todavía,
vive el alma mía de seguir creyendo.
Como el primer día, como el primer beso,
y el primer exceso de melancolía.
Como la folía del primer intento,
como el argumento de una profecía.
Como el primer día, te sigo queriendo.

Te sigo queriendo, si no, lo diría,
sé que no podría con mis sentimientos;
lo que llevo adentro se convertiría
en una jauría de remordimientos.
Como el primer día, eres el velero,
la estrella y el viento de mi travesía,
mi filosofía, mi apasionamiento,
mi mejor acento, mi soberanía.
Como el primer día, te sigo queriendo".



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2 comentarios:

  1. Resulta difícil comentar algo que por sí mismo ya expresa perfectamente lo que transmite. Como siempre, tienes la habillidad de tratar el tema adecuado para el día concreto. Si de verdad se quiso alguna vez a una persona, no resulta difícil seguir queriéndola como el primer día, incluso más porque aveces se llega a una compenetración casi insconsciente que podría pensarse en una sóla persona en dos cuerpos.
    Te sigo en tu interesante blog. Sé que no hace falta animarte a no dejarlo pero que sepas que aunque no participe en los comentarios, es una de mis lecturas habiltuales en la web. Feliz Año Nuevo!!!
    José Ignacio

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  2. ¡Feliz año nuevo! Gracias por tus palabras, José Ignacio...

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