1. Entro en oración...
- Pacificándome:
·
con un momento de silencio;
·
respirando lentamente;
·
pensando que encontraré al Señor;
·
pidiendo perdón por las ofensas cometidas
y perdonando de corazón
las ofensas recibidas.
- Poniéndome en la
presencia de Dios:
·
hago un signo de la cruz;
·
por el
espacio de un Padre nuestro miro como Dios me mira;
·
hago un gesto de reverencia;
·
comienzo la
oración, de rodilla o como más me ayude, pidiendo al Padre, en el nombre de
Jesús, el Espíritu Santo, para que mi deseo, mi voluntad, mi inteligencia y mi
memoria se orienten solo para su alabanza y su servicio.
2. Me recojo
Imaginando el lugar en el que se desarrolla la escena a considerar.
3. Pido al Señor lo que quiero
Será el don de que aquel pasaje del Evangelio me quiere hacer y que
corresponde con lo que Jesús hace o dice en esa narración.
4. Medito y/o contemplo la escena
- Leyendo el texto lentamente, punto por punto;
- Sabiendo que detrás de cada palabra está el Señor que me habla a mí;
- Usando
·
La memoria para recordar;
·
la inteligencia para entender y aplicar a mi vida;
·
la voluntad para desear, pedir, dar gracias, amar, adorar.
No tendré prisa; no hace falta hacerlo todo;
es importante sentir y gustar interiormente;
avanzo hasta y hasta que encuentro fruto, inspiración,
paz y consuelo.
5. Concluyo
- Con un coloquio con el Señor, como si de un amigo se tratara, sobre lo
que he meditado;
- Termino con un Padre nuestro;
- Salgo lentamente de la oración.
Después de haber orado, reflexionaré brevemente sobre cómo ha ido,
preguntándome:
si he seguido el método;
si ha ido mal, ¿por qué?
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