jueves, 4 de febrero de 2010

Ayúdame a mirar

Tres meditaciones al hilo de Lc 4,21-30 y Mc 6, 1-6

1. El evangelio suscita en mí el deseo de recuperar una mirada limpia, nueva, recién estrenada, sin las "cataratas" de los pre-juicios que nos impiden ver la realidad y a los otros tal y como son.
Los paisanos de Jesús se perdieron mucho de Él, de la alegría que Él podía haber sido para ellos, de la sanación y de la salvación que Jesús fue para muchos, justamente porque los suyos "ya lo conocían bien". ¿No es éste el carpintero, el hijo de María?... ¿De dónde saca esa sabiduría y esos milagros que hace con sus manos? Y dice Marcos que Jesús no pudo hacer allí ningún milagro por su falta de fe.
Muchos (si no todos) tenemos la experiencia de ser valorados fuera de casa y de ser menos apreciados justo entre los nuestros (familia, amigos, comunidad). Viviendo cada día juntos, ya sabemos lo que la otra persona "puede dar de sí", y nuestros prejuicios impiden que se pueda revelar, ante nuestros ojos, lo mejor de ella.
Los nazarenos no pudieron ver en el carpintero al Ungido, al Mesías, al Salvador.
- ¿Y si hacemos un verdadero ejercicio de bondad suspendiendo el jucio sobre las otras personas, especialmente, acerca de "las nuestras"? ¿Y si suplicamos a Dios, como aquel niño de Eduardo Galiano a su padre, en El libro de los abrazos: "Ayúdame a mirar"?
2. El destino de los profetas es siempre el mismo: ser echados fuera, morir fuera de las murallas de la ciudad, porque "llevan una vida distinta de los demás y su conducta es diferente", porque incomodan e interpelan, porque a veces tienen que "detruir y arrancar" para poder "edificar y plantar" (Jeremías), porque denuncian las injusticias y opresiones de los poderosos, vengan de donde vengan, sean los tales políticos o religiosos.
A Jesús quieren depeñarlo, pero Él, misteriosamente, "se abrió paso entre ellos y se alejaba", seguramente porque, como dice el evangelista Juan, "aún no había llegado su hora".

- Hay que ser un místico para ser un profeta. Y hay que sentirse muy amado por Dios para no tener miedo de algunos hombres. Jesús fue un "profeta poderoso en obras y palabras... porque Dios estaba con Él". Y sabemos cómo los poderosos se confabularon para quitárselo de en medio... Hubiera sido más cómodo y "saludable" para Jesús permanecer quieto y callado.
¿Tiene mi vida algo de profético? ¿Tiene la Iglesia algo de profético en medio de la gente de este tiempo?

3. Dicen que "del odio al amor hay tan sólo un paso", y algo tiene de verdad ese dicho, porque los paisanos de Jesús pasan, en un instante, de la admiración al intento de homicidio. De lo que sacamos la sabia enseñanza (entre otras) de que nuestra columna vertebral interior no tiene que apoyarse en nada que no esté dentro de nosotros mismos: ni en los otros ni en sus cambiantes opiniones, ni en las adulaciones y adhesiones, ni en "el éxito", el reconocimiento y el poder... Nada de eso hace de mí lo que soy. Mi "columna vertebral" es mi condición de hija amada de Dios y Dios mismo, que me ha creado y me sostiene.
Él es fiel. No cambia. No me ama a cambio de nada (¿qué podría yo darle "a cambio" de su amor?, Cant. 8,7b). Me ama como soy, hoy, mañana y siempre.
Lo cual no quiere decir, claro está, que no me alegre si alguien más también me ama y me reconoce... Pero no pongo mi paz y mi bienestar en ese reconocimiento.

Así de libre era Jesús.

7 comentarios:

Víctor M. Fdez. dijo...

Una vez más, gracias por tus palabras, que me interpelan y me sirven de guión para la oración de hoy.
Ojalá pueda avanzar hacia esa misma libertad de Jesús anteponiendo lo que de verdad vale la pena.

Anónimo dijo...

Ciertamente el Amor de Dios es maravilloso. Te invito bloguero a que veas este vídeo.
http://www.youtube.com/watch?v=yLuv4PygqKA
Un saludo, Conchi.

Víctor M. Fdez. dijo...

Gracias por el link, Conchi. El sábado pasado asistí a un taller de cantos de Taizé y es un estilo orante que me está ayudando mucho últimamente: la canción, los salmos entonados y repetidos hasta el infinito, como un mantra, la belleza de la liturgia bien cuidada; todo ello ayuda al alma a elevarse hacia el Amor de Dios. Un saludo y buena semana.

Víctor M. Fdez. dijo...

Conchi, hace tiempo que no actualizas... ya sé, ya sé... a veces el tiempo se nos va entre los dedos; era una broma.
Espero que te encuentres, no obstante bien, y que todo vaya bien.
Un cordial saludo!

Conchi pddm dijo...

Buenas noches, Víctor.
Sí, tienes razón, pero es que el tiempo… ¿Por qué los días serán tan breves?
Estoy cabeceando ya, mientras termino de leer el segundo libro de Samuel. Hoy he dado una clase sobre David espesa y tremendamente desordenada… No he tenido tiempo de “afinar”, seleccionando con gracia sólo los hilos conductores de su historia, inmensa y prosaica a la vez.
Es lo que intento hacer ahora.

Pero es tiempo de descansar.
Mañana, mejor.

Víctor M. Fdez. dijo...

Buenos días Conchi! ¿Qué tal está tu padre? ¿Va recuperándose? Ojalá sea así. Rezo por él y por ti.
Con afecto,
V

Conchi pddm dijo...

Sí, Victor, ya está mejor y en casita desde ayer (estaba ingresado desde el 7). ¡Gracias!

Ahora, a ver si es posible que cuide "un pelín" la alimentación. ¡Le encantan las migas con chorizo o panceta para cenar y las comidas bien sabrosas! Conseguir que coma soso y algo de verdura y pescado semanal es tarea imposible...
Por lo demás, tiene adjudicado el "sintrón" de por vida. Pero, gracias a Dios, ha salido de ésta.