viernes, 16 de noviembre de 2007

Yo soy, dice Jesús

SERIE: "Orad constantemente" (1 Tes 5, 17)

Mi blog anda un poco abandonado... Días de actividad intensa por muchos motivos.
Hoy preparo una hora de oración para los adolescentes que se confirmarán mañana en nuestra parroquia. Precioso día en el que el Espíritu desdencerá sobre ellos para convertirlos en servidores y testigos en su Iglesia y en el mundo. Demasiada responsabilidad para unos niños... Muchos, cumplido "el trámite" del sacramento, desaparecerán de la comunidad y no volveremos a verles más, quizá y con suerte, hasta el día de su boda. Otros seguirán entre nosotros buscando cuál es su carisma y su don personal para compartir.
Comienzo esa oración con los nombres de Jesús, los nombres que encuentro, sobre todo, en el evangelio de Juan: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6) ; "Yo soy la luz del mundo..." (Jn 9,5); "Yo soy el buen pastor..." (Jn 10,14); "Vosotros me llamáis el maestro y el señor y decís bien, porque lo soy..." (Jn 13, 13); "Yo soy la resurrección y la vida..." (Jn 11,25); "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo..." (Jn 6,51); "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos..." (Jn 15, 5); "Yo soy el agua viva..." (Jn 4,10); "Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie podrá quitaros vuestra alegría..." (Jn 16,22).
Mi oración está inspirada en una que compuso mi hermana de congregación Mª del Pilar Casarrubios.
Esos nombres y la súplica que sigue son una confesión de fe y la expresión del deseo de un modo de vivir.
Seguimos orando en todo tiempo.
Incluso cuando mis ojos están ciegos, puedo seguir contemplando y susurrando con un íntimo clamor:
- Yo soy tu LUZ. Deja que ilumine tus sombras.
- Tú eres mi Luz. Ilumina todos mis rincones oscuros.
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Lector: Yo soy tu CAMINO. Sígueme.
Todos: Tú eres mi CAMINO. Quiero seguirte.

Lector: Yo soy tu VERDAD. Cree en mí.
Todos: Tú eres mi VERDAD. Creo y me apoyo en ti.

Lector: Yo soy tu VIDA. Ábrete a mí.
Todos: Tú eres mi VIDA. Haz que viva de verdad.

Lector: Yo soy tu LUZ. Deja que ilumine tus sombras.
Todos: Tú eres mi Luz. Ilumina todos mis rincones oscuros.

Lector: Yo soy tu PASTOR. No temas, yo te guío.
Todos: Tú eres mi PASTOR. A veces tengo miedo. Cuídame y guíame.

Lector: Yo soy tu REDENTOR. No tengas miedo, yo te rescato.
Todos: Tú eres mi REDENTOR. Recátame de aquellos o aquello que me oprime. Libérame de mis esclavitudes.

Lector: Yo soy tu CREADOR. Te hago nuevo.
Todos: Tú eres mi CREADOR. Hazme nuevo.

Lector: Yo soy tu FUERZA y tu ESCUDO. No temas ser débil.
Todos: Tú eres mi FUERZA y mi ESCUDO. Tú peleas por mí. No temo ser débil.

Lector: Yo soy tu REFUGIO y tu ALCÁZAR. Ven a mí.
Todos: Tú eres mi REFUGIO y ALCÁZAR. En ti encuentro protección.

Lector: Yo soy tu ROCA. Apóyate en mí.
Todos: Tú eres mi ROCA. Me apoyo en ti.

Lector: Yo soy tu MAESTRO. Escucha mi voz.
Todos: Tú eres mi MAESTRO. De ti aprendo a vivir.

Lector: Yo soy tu SEÑOR. Entrégate a mí.
Todos: Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Me entrego a ti.

Lector: Yo soy tu PAN VIVO y tu alimento. Come de mí.
Todos: Tú eres mi alimento. Dame siempre tu pan de la vida, el pan de tu EUCARISTÍA y de tu AMOR.

Lector: Yo soy tu AGUA VIVA. Sáciate en mi fuente.
Todos: Tú eres mi AGUA VIVA. Dame tu Espíritu, torrente que salta hasta la vida eterna.

Lector: Yo soy la VID y tú el sarmiento. Permanece unido a mí.
Todos: Tú eres la VID y yo el sarmiento. Dame el permanecer unido a ti.

Lector: Yo soy la RESURRECCIÓN y la VIDA. Abandónate en mí.
Todos: Tú eres la RESURRECCIÓN y la VIDA. Me abandono en ti.

Lector: Yo soy tu SANADOR y SALVADOR. ¿Quieres salvarte?
Todos: Tú eres mi SANADOR Y SALVADOR. Cógeme de la mano y tira de mí, en el naufragio, hacia un puerto de salvación.

Lector: Yo soy tu ALEGRÍA, la que nada ni nadie puede quitarte.
Todos: Tú eres mi GOZO Y MI ALEGRÍA. La que ningún contratiempo, ninguna desdicha, ninguna amenaza, ningún pecado, ninguna pérdida... me pueden quitar.

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