miércoles, 10 de septiembre de 2008

Hoy he visto un milagro (II)

La vivencia con que el Señor nos agració el día de la Natividad de María ha suscitado en mí una reflexión y una oración continua durante estos dos días. Oración de acción de gracias y de petición, que hoy se ha plasmado en el salmo que sigue, con sabor a la experiencia religiosa de Israel y de muchos creyentes que confían en Dios:

Ya lo sabía,
me lo habían contado desde niña,
lo conocía de oídas,
pero hoy han visto mis ojos
que los que esperan en Ti
no quedan nunca defraudados,
y que lo que parece difícil para nosotros
no es imposible para Ti.

A Ti llega el clamor de los pobres,
y miras con compasión sus lágrimas.
Sientes con ellos,
sufres con ellos,
y haces todo lo que está en tu mano
para librarles de sus angustias.
Así lo dicen los salmos:
"El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos",
"como siente una madre ternura por sus hijos,
así Tú sientes ternura
por cuantos confían en tu Bondad".

Tú eres Bueno y Fuente de la Vida,
tu Nombre es Amor.

Si alguien me lo preguntara,
no sabría decir cómo actúas.
Pero cuando los increyentes
me preguntan burlonamente
"¿dónde está tu Dios?",
yo sé dónde estás, Dios mío,
y les respondo que estás
donde estaba Jesús:
del lado de la vida.
Allí te he encontrado hoy.

Hoy te he visto rescatar
a una hija tuya de la desesperación
y limpiar las lágrimas de sus ojos.
Hoy te he visto cambiar
su luto en danza
y su tristeza en alegría.
Hoy te he visto Compañero de camino,
Emmanuel y Salvador.

Llena de estremecimiento, asombro y gratitud,
me pongo ante ti
para suplicarte confianza.
Que, cuando dude, recuerde
lo que han visto mis ojos,
y sepa esperar contra toda esperanza,
con la serena certeza de que, para tu Amor,
nada hay imposible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Qué bonita y emocionante experiencia, hermana!!

A mí también, me estremece el cuidado continuo e incesante de Dios... “Duerma o vele, de noche o de día, el grano germina y crece, sin que se sepa cómo...”

Y sí, yo también lo creo: no existe la casualidad, todo es PROVIDENCIA. Todo, absolutamente todo, tiene una razón y un sentido siempre para nuestro bien. Ya lo decía el monje benedictino:

"En tu vida, mantente abierto a todo.
Déjate interpelar por todo lo que sale a tu encuentro.
Entra en el misterio de la vida.
Búscalo con todos los sentidos...

Mantente abierto, en especial, a los numerosos encuentros
que puedes vivir cada día.
Déjate transformar por cada uno de ellos.
No dejes de crecer interiormente,
gracias a cada persona
que te acompaña en tu camino..."

Gracias, Conchi, por dejarnos gustar, diariamente, tan deliciosos y exquisitos sabores de Dios.

Un abrazo,
Junia

Conchi pddm dijo...

Gracias también a ti, Junia, por tus palabras.

En este momento me encuentro en Madrid, preparando el programa de radio de esta tarde (Antiguo Testamento, en Radio María, a las 17 h.) y voy a contar allí todo esto. Me parece que puede hacer bien a alguna persona conocer estas pequeñas-grandes cosas que hace Dios.

Aún no he podido responder a tu e-mail. No lo olvido...

Un abrazo