jueves, 3 de noviembre de 2011

Unido a tu Raíz, bebiendo de tu Fuente (oración)

En la lectio divina de hoy, me ha brotado esta oración:

Te contemplo unido a tu Raíz,
bebiendo de tu Fuente,
haciéndote, Tú mismo, manantial
y cauce de vida para otros.

Te contemplo siendo todo escucha, todo oídos
para tu Padre.
Te contemplo siendo todo ojos
que miran el trabajo de tu Padre.
Contemplo tu deseo amante y presuroso
de parecerte al que te engendró:
"Mi Padre trabaja
y yo también trabajo".

De Él aprendes, cada noche,
en la cadencia suave y firme
de su Nombre, Abbá,
a ser hermano de todos,
de los últimos, de los pequeños, de los débiles.
"Mi Padre los prefiere
y yo también los prefiero".

Del Dios de los últimos aprendes
a ser humilde
y a compartir mesa y pan,
y casa, y camino, con los últimos
y despreciados de tu tiempo.
Y del Dios liberador y libertad
aprendes a liberar, a romper ataduras,
a poner en pie, a resucitar.

Divino Servidor de todos, levántame,
condúceme a tu lugar secreto y escondido,
para que nazca nueva de la savia del Padre,
servidora del Reino,
hija y cauce, yo también,
de vida para otros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Què bonito!
Asì sea tambièn para mì...
Gracias

Carmen dijo...

Gracias por compartirlo. Un abrazo.

Yentl dijo...

Estás hecha una "hagiógrafa".

Conchi dijo...

Gracias por vuestra visita a las tres.
Querida Yentl, ¿cómo van tus clases de Antiguo Testamento????