jueves, 28 de noviembre de 2013

Primer domingo de Adviento: ¡Estad en vela!

Lectio Divina de Mateo 24,37-44: Estad en vela

* Canto: Ven, Señor, líbranos. Ven tu pueblo a redimir. La esperanza brillará. Ven, Señor Jesús.

Ven y sálvanos de nuestra ceguera para descubrirte presente,
de nuestra pereza para caminar contigo,
de nuestras excusas para alejarnos de ti.
Ven y sálvanos de nuestra dureza para comprender las Escrituras,
de nuestras luchas por los primeros puestos, de nuestra desconfianza en la semilla del Reino.
Ven y sálvanos de nuestra superficialidad,
de nuestra insensibilidad por las cosas de arriba, de nuestra pérdida de sentido.
Ven y sálvanos de los dioses que nos hemos fabricado, de la rutina que nos aprisiona,
de nuestras miras pequeñas.
Ven y sálvanos Dios salvador nuestro,
Dios amigo nuestro, Dios anunciado por Jesús. Amén.

LEEMOS

Isaías 2, 1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:
Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.  No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.

Romanos 13, 11-14a

Hermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni contiendas. Vestíos del Señor Jesucristo.


Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»

PARA MEDITAR

1. Lee atentamente la lectura de Isaías. Es un sueño, una visión para el final de los tiempos. Es un deseo ardiente del profeta: todos los pueblos acudirán al Señor y se dejarán guiar por Él y por su Palabra. Todos los pueblos caminarán a su luz y el Reino de Dios lo será todo en todos. Será un Reino de paz. Habrá justicia y medios económicos para todos. No se invertirá en la guerra y nadie se preparará para ello. No será necesario… ¿Cómo puedes hacer realidad en tu vida y en tu entorno la visión de Isaías?

2. San Pablo, en la carta a los Romanos, nos exhorta a vivir en la luz, despiertos, dejando todo lo viejo, todo lo que son tinieblas para nosotros, y a revestirnos del Señor Jesús. ¿Qué es, para ti, revestirte de Jesús? ¿Qué obras oscuras debes dejar? ¿Cómo puedes vivir despierto/a y vivir en la luz?

3. La Iglesia vive esperando la venida del Señor Jesús. Él llegará el día que menos pensemos y los evangelistas, en sus discursos escatológicos, nos animan a vivir en vela y preparados… ¿Cómo puedes prepararte, durante este Adviento, a acoger la venida de Jesús, que llega a nosotros “en cada hombre y en cada acontecimiento? 
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Oración final

Despiértanos, Señor,
socórrenos con tu fuerza
líbranos de lo que nos frena
y apresura nuestra felicidad.
Enséñanos a construir tu reino,
a inventar una vida compartiendo,
a trabajar aportando lo mejor,
y a complementarnos y apoyarnos.
Abre las puertas de nuestro pueblo
para que sea un lugar de justicia,
para que reine la igualdad entre todos,
tratando al otro como nos gusta que nos traten.
Impúlsanos a construir sobre el amor,
mantennos en comunicación contigo,
que vivamos en verdadera amistad.
No permitas que nos cansemos
y olvidemos tus sueños sobre nosotros.
Que caminemos hacia la felicidad,
que no es otra que vivir contigo. Amén


(Oraciones tomadas de Chuno Chávez Álva, CM)


* Canto final (éste u otro de Adviento)

Ven, ven, Señor no tardes.
Ven, ven, que te esperamos.
Ven, ven, Señor, no tardes.
Ven pronto, Señor.

1. El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor.
Los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.

2. Envuelto en sombría noche,
el mundo, sin paz, no ve;
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.

3. Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz.
Al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas Tú.
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Ideas para la homilía en http://conchipddm.blogspot.com.es/2013/11/ideas-para-la-homilia-i-adviento.html

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