martes, 18 de febrero de 2014

Jesús, uno con el Padre

Lectio divina de Juan 5,19-47

19. Jesús, tomando la palabra, les decía: En verdad,  en verdad os digo, el Hijo no puede  hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer  al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo. 20.Porque el Padre quiere al Hijo y le  muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que éstas, para que  os asombréis.  21.Porque como el Padre  resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere.  22.Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado. 24. En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.

25. En verdad, en verdad os digo, llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. 26.Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo, 27 y le ha dado poder juzgar, porque es Hijo del hombre. 28.No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz 29 y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio,  30 Yo no puedo  hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

31 Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido.  32 Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. 33 Vosotros mandasteis enviados a Juan y él dio testimonio de la verdad. 34 En cuanto a mí, no es de un hombre del que recibo testimonio; pero digo esto para que vosotros seáis salvos.  35 Él era la lámpara que arde y alumbra  y vosotros quisisteis recrearos una  hora con su luz.  36 Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. 37 Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, 38 ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que  él ha enviado.  39 Vosotros investigáis las Escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí;  40 y vosotros no queréis venir a mí para  tener vida. 41 La gloria no la recibo de los hombres. 42 Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. 44 ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del  único Dios? 45 No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. 46 Porque,  si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. 47 Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?

CUANDO LEAS

El texto que vamos a orar pertenece a lo que algunos autores llaman “El libro de las obras”, ya que la actividad de Jesús aparece determinada  como “obra” y no como “signo” (1). Las acciones que Jesús realiza no tienen sentido por sí mismas (curación del paralítico) sino que tienen que ser explicadas por él. La explicación provoca una controversia que apunta a la identidad profunda de Jesús y termina en un monólogo normal sobre el mismo tema: la relación de Jesús con el Padre.
Los interlocutores son a partir de aquí “los judíos” casi siempre. Y la acción, salvo un pequeño momento, se desarrolla preferentemente en Jerusalén y en el contexto de las fiestas judías, en el Templo.
Jesús ha sustituido las purificaciones judías y luego el Templo. Ahora va a sustituir las grandes fiestas, una tras otra. Notamos también la continuación del tema de la vida que alcanza un punto culminante en el discurso del pan de vida del cap 6. Se habla mucho más de la unión entre el Padre y su Enviado.
Probablemente revela también la historia de la comunidad. Se mezclan los dos niveles. El escándalo provocado es un reflejo de la problemática comunidad- sinagoga.
El argumento de Jesús (curación del paralítico) no es humanitario (como a veces en los sinópticos), sino bíblico y judío: imitar a Dios y dice que el Padre trabaja siempre (los judíos lo aceptaban).
Afirma que revela su autoridad suprema; se erige en único juez de la verdadera imitación del Padre (5,19-20).
La implicación clara de que Jesús es igual a Dios no convence a los judíos, que le acusan de arrogarse el poder mismo de Dios; el discurso se centra sobre  en el todo poder que el Padre ha confiado al Hijo en los temas del juicio, vida y resurrección…

La obra de Jesús: 5,19-30 (discurso de Jesús)

v.21-23:  El Hijo aprende del Padre (parábola del padre que enseña el oficio al hijo). Aprende dos actividades:  dar vida, juzgar. Estas obras  que los judíos admiten que Dios sigue haciendo: se las ha confiado también al Hijo.
v.24-25: la fe en él y en su misión  es lo que dará al hombre la vida espiritual, la vida eterna; libra de la muerte del pecado y también del juicio; notamos que el juicio y el don de la vida son presentados como realidades presentes: escatología realizada.
v.26-30: parecen una variante del discurso de los v.19-25, con el acento puesto en el juicio futuro y en la vida concedida en el último día (escatología final). Ambas perspectivas escatológicas pasaron a formar parte de la teología cristiana posterior.

Testimonios de las reivindicaciones de Jesús: 5,31-47

Jesús apela a sus testigos a favor de lo que ha dicho.
v. 33-35: en primer lugar, el Bautista. Era una lámpara, como Elías, pero no era la luz
v.36: en segundo lugar, las obras mismas de Jesús.
v.37-38: en tercer lugar, el Padre también ha dado testimonio, pues preparó su camino en el AT.
v. 39-40: por último, las Escrituras. Notemos el tema de la vida: los judíos creen tenerla en las escrituras, pero el verdadero dador de vida es Jesús.
v.40-44: Jesús conoce que los fariseos no aceptarán estos testimonios. Jn radicaliza aquí la tradición sinóptica contra las autoridades judías: no aman a Dios, sino que únicamente desean la gloria humana.
v. 45-47: como consecuencia, el mismo Moisés  les acusará, ya que Moisés escribió de él y ellos no les hacen caso.

En este texto aparece el tema de la identidad de Jesús con el Padre y el tema de la vida (se recogerá posteriormente en el cap. 6).  Jesús acaba de levantar a un inválido (5,8 Levántate), dándole salud y libertad; y con él levanta al pueblo muerto; detrás se ve el horizonte de vida para toda la humanidad (Ez 37,1-14). La actividad de Dios respecto al hombre es darle vida, suprimir toda clase de muerte (en la Palabra estaba la vida 1,4). Ésta es la misión del Hijo.
Esta vida  que es don (3,16)  que es eterna, “no cesa nunca” la recibe el hombre a través de la fe, de la adhesión a Jesús y de la  aceptación de su mensaje. El hombre que la acepta pertenece al estado de la creación terminada, para quien la posee el juicio es superfluo, ha pasado de la muerte a la vida (éxodo que propone Jesús 13,1 es el paso a la plenitud de vida que él ofrece, saliendo del dominio de las tiniebla-muerte.
Esta vida se halla en las Escrituras en la Palabra estaba la vida porque las Escrituras hablan del Hijo, dan testimonio de él. Los judíos que van a las Escrituras no encuentran vida en ellas ya que no reconocen a Aquel de quien hablan las Escrituras,  y que es el que podría hacerles comprender profundamente lo que en ellas está escrito (Jesús intérprete, hermeneuta del Padre). Es el dador de vida.

CUANDO MEDITES

- Jesús escucha, aprende, habla y dice lo que escucha y aprende del Padre su vida es un constante diálogo con el Padre… ¿mi oración es verdadera escucha del Padre? ¿Trabajo para que mi vida refleja poco a poco que escucho y veo del Padre, de  Jesús?
- La Sagrada Escritura es el alimento de la vida espiritual “vida eterna” ¿por qué y para qué acudo a ella?, ¿para saciar mi curiosidad?, ¿para conocer más cosas?, ¿para justificar mis actitudes? ¿Extraigo de ellas (como de una cantera) la vida que necesito para vivir yo y para dar vida?

CUANDO ORES

Oramos con San Juan de la Cruz

"Si te tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra,
que es mi Hijo, y no tengo otra,
¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso?
Pon los ojos solo en Él, porque en Él te lo tengo dicho todo y revelado,
y hallarás en El aún más de lo que pides y deseas.
Porque tú pides locuciones y revelaciones en parte,
y si pones en Él los ojos, lo hallarás en todo;
porque Él es toda mi palabra y mi respuesta,
y es toda mi visión y toda mi revelación.
Lo cual os he ya hablado, respondido, manifestado y revelado,
dándoosle por Hermano, Compañero y Maestro, Precio y Premio.
Porque desde aquel día  que bajé con mi Espíritu sobre El
en el monte Tabor diciendo:
 "Este es mi amado Hijo, en quien me he complacido; escuchadle",
ya alcé Yo la mano de todas esas maneras
de enseñanzas y respuestas y se la di a Él.
Oídle a Él, porque ya no tengo más fe que revelar,
ni más cosas que manifestar". 
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Lectio divina preparada por Conchi Alonso (Equipo de animación de San Francisco de Borja, Madrid)
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(1) Nota de la autora del blog: Hay autores que denominan a la primera parte del evangelio de Juan "Libro de los signos". Tal es el caso de Brown, que estructura el libro en dos partes: El Libro de los signos (1,19-12,50) y el Libro de la gloria (13,1-20,31). A partir del corte que se da al final del capítulo 12, y basándose en el término “hora” Brown localiza la articulación principal del evangelio. Hasta entonces ha predominado el discurso de Jesús a los de fuera. A partir de ahora Jesús va a volver su actividad hacia los “suyos”.
Juan Manuel Martín Moreno estructura el evangelio siguiendo a R.J. Brown, aunque con algún retoque.

Prólogo: 1,1-18. Himno juánico programático

LIBRO DE LOS SIGNOS (1,19-12,50) 
1ª Parte: Días inaugurales de la revelación de Jesús (1,19-51; 2,1-11) 
    I.      El testimonio del Bautista (1,19-34)
    II.     Los discípulos del Bautista siguen a Jesús (1,35-51)
            Los discípulos creen en Jesús (2,1-11)
                  (Este relato sirve de fin de la primera parte y comienzo de la segunda) 
2ª Parte: De Caná a Caná. Diversas respuestas a Jesús en Galilea, Jerusalén y Samaría 
    I.      El primer signo en Caná de Galilea (2,1-12)
    II.     Purificación del templo en Jerusalén (2,13-22)
    III.    Conversación con Nicodemo en Jerusalén (3,1-21)
    IV.    Testimonio final del Bautista (3,22-36)
    V.     Conversación con la samaritana y reacciones samaritanas (4,1-45)
    VI     Segundo signo en Caná (4,46-54)
                  (Este relato sirve de fin de la segunda parte y comienzo de la tercera) 
3ª Parte: Jesús y las principales fiestas judías (5,1-10,42) 
    I.      El Sábado: El paralítico de la piscina y la obra de dar vida (5,1-47)
    II.     La Pascua: Multiplicación de los panes y discurso sobre el pan (6,1-71)
    III.    Los Tabernáculos: Ceremonias del agua y de la luz. El ciego (7,1-8,59)
    IV.    La Dedicación: Jesús consagrado Mesías e Hijo de Dios (10,22-42) 
4ª Parte:  Jesús avanza hacia su hora (11-12) 
    I.      Jesús da la vida a Lázaro. Los hombres condenan a Jesús (11,1-54)
    II.     Escenas preparatorias: Unción, entrada solemne, los griegos (12,1-50) 

LIBRO DE LA GLORIA (13,1-20,31) 
1ª Parte   La última Cena, el último discurso y la plegaria de Jesús (13-17) 
2ª Parte:  Narración de la Pasión (18-19) 
3ª Parte   Jesús resucitado (20) 

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