viernes, 26 de noviembre de 2010

Llénanos de ojos

Orando al hilo de Ap 4,1-11: Llénanos de ojos...


No quiero olvidar, Señor, que siempre hay una puerta abierta a tu cielo. Que nunca cierras esa puerta y nos dejas encerrados en la inmanencia, en lo terreno, en "lo de aquí abajo", en "lo nuestro", tan superficial, tan hueco, tan cerrado a su verdad más profunda, la que sólo podemos ver cuando nos subes a Ti, nos entras y nos das ojos para reconocernos creaturas llamadas a la vida plena junto a su Creador.

No quiero olvidar qu existe esa puerta que me da anchura en el aprieto y bajo cuya Luz todo lo que acontece bajo el sol tiene un sentido, y los seres vivos, una identidad, un porqué, un proyecto, desde su participación en tu ser divino.
Y quiero suplicarte que me des ojos, que me llenes de ojos como a esos cuatro vivientes, para reconocer quién soy yo y quién eres Tú. Yo, criatura sentada en un trono que me es regalado, con una vestidura blanca y una corona de oro que son dones de mi Dios. Tú, el único Santo, el Santísimo, el lleno de luz, de Bondad y de Vida, el Viviente, el Creador y la fuente misma de la Vida.

Toda mi vida, en todos sus instantes, esté dormida o despierta, quiero que sea un acto de adoración, de alabanza y de gratitud al Único que merece la entrega total de cuanto somos.
Dame tu amor y gracia, que ésta me basta.

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