viernes, 12 de noviembre de 2010

"No eres ni frío ni caliente

Lectio divina de Apocalipsis 3,14-22
Carta a la Iglesia de Laodicea


Al Ángel de la Iglesia de Laodicea escribe:
Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la Creación de Dios.
Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.
Tú dices: “soy rico; me he enriquecido; nada me falta”.
Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.
Te aconsejo que compres en lo mío oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas,
vestidos blancos para que te vistas con ellos,
y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez,
y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista.
Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete.
Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
Al que está venciendo le concederé sentarse conmigo en mi trono,
como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


CUANDO LEAS

Destinatario: Al Ángel de la Iglesia.
Ángel se refiere a un ser trascendente, aunque siempre vinculado con la realidad humana. El ángel se convierte en un símbolo que expresa la relación de una realidad humana con Dios.
La trascendencia se expresa de dos maneras:
a) En Ap 1,20 nos dice: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias. Las estrellas (símbolo cósmico) expresan aquí la trascendencia. El ángel de la Iglesia, en cuanto que es equivalente a la estrella, se sitúa en el cielo, zona de la trascendencia.
b) En Ap 2,1 Jesucristo se presenta como: El que tiene las siete estrellas en su mano derecha. La trascendencia de las estrellas en manos de Cristo resucitado está referida a los ángeles de las Iglesias. Cristo comunica la trascendencia que tiene en la mano a las iglesias y la mantiene con firmeza. Los ángeles subordinados a la acción de Cristo ayudan a la Iglesia a alcanzar y realizar su dimensión trascendente.
Laodicea:
Ciudad fundada por Antioco II (261-252 a.C) y dedicada a su mujer Laodice. Contaba con un eficiente centro bancario. Era una ciudad rica y famosa por sus bancos. El cristianismo llegó gracias a la misión paulina en los años 50 d.C.
Autopresentación de Cristo:
Cristo se presenta con tres títulos:
a) El Amén: Cristo al presentarse como el amén concentra en sí, la fidelidad de Dios a sus promesas. La coherencia de Dios consigo mismo.
b) El Testigo fiel y veraz: Cristo es la realización concreta al alcance de los hombres, en el ámbito de su historia, de las promesas de Dios.
c) El principio de la creación de Dios. En Cristo resucitado se inició la nueva creación pero esta acción misteriosa creadora de Dios se está desarrollando hasta que llegue a su plenitud.
Juicio de Cristo sobre la iglesia: conozco tus obras…
El género literario es un río amoroso pues Dios llama a juicio a su Iglesia movido por el amor y para que se corrija. La Iglesia de Laodicea se encuentra en una situación de estancamiento en el amor, ni fría ni caliente, y eso tiene un efecto vomitivo. El lenguaje guiado por la lógica del amor le hace exclamar: ¡Oh, si fueras caliente o frío!
Exhortación particular: Te doy un consejo… ama fuertemente.
Dios ve a la Iglesia
Pobre: No tiene recursos de carácter espiritual o moral.
Ciega: Típico de Juan. A la Iglesia le falta la capacidad de una valoración sapiencial de las cosas, de lectura de la historia, de “discernimiento”.
Desnuda: Las buenas obras no la visten de cara a los demás.
Dios aconseja
Compra en lo de Cristo: La compra no disminuye la gratuidad de Cristo pero aumenta el interés de la Iglesia. Lo que pertenece a Cristo es su amor, su palabra, su vida. La riqueza que la Iglesia encuentra en Cristo es oro.
Colirio: Si en el Ap los ojos son símbolo del Espíritu, el colirio se puede interpretar como el ungüento que permite que penetre el Espíritu. La Iglesia, por medio del Espíritu, tendrá un mayor conocimiento de Cristo.
Vestidos blancos: La Iglesia es invitada a adquirir de Cristo una calificación positiva que la perfección en sí misma y ante los demás. El blanco refleja la participación en la resurrección de Cristo.
Cristo pedagogo:
La Iglesia de Laodicea, objeto de la acción pedagógica de Cristo, ha sido puesta en crisis por el juicio y por la exhortación particular y es “educada” también mediante pruebas, dificultades, etc. La acción pedagógica de Cristo, aun en su crudeza, está siempre inspirada en el amor y así ha de ser aceptado por la Iglesia.
Cristo llama, si alguien le oye…
Expresa felicidad, la intimidad de un amor entre Cristo y el cristiano que trata de ser un amor entre iguales, recíproco. Cristo asimila al cristiano a sí mismo, llevándolo a su nivel.
La promesa al vencedor.
Cristo es el vencedor y el que está ayudando al cristiano a vencer en virtud de una energía que deriva de Cristo resucitado.
La escucha del Espíritu.
El mensaje del Espíritu no es evidente a primera vista, está como expresado en código. Lo podrá comprender sólo quien tenga la capacidad de interpretar, de decodificar, quien “tenga oído”.


CUANDO MEDITES
- Escribe una carta como respuesta a los mensajes que han sido enviados a las siete Iglesias. Exprésate libremente.
- Descubre cómo Dios ha ido corrigiéndote a lo largo de tu vida y qué has aprendido de esas correcciones.
- Interiorizar las imágenes que aparecen en el texto y que conectan más con este momento de tu vida.
- Presenta a Cristo tus pobrezas, tus cegueras, tu desnudez y pídele que te regale su oro, que te cure con su colirio y que te vista con vestidos blancos.


CUANDO ORES
- Escucha el mensaje que tiene el Espíritu para ti ¿coincide con el de la Iglesia de Laodicea?
- Deja que resuenen en ti las frases del texto que más te han impactado y da gracias, pide perdón o alaba.

(Azucena Fernández, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)

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