lunes, 20 de octubre de 2008

Una carcajada te resucitará

Hoy me voy a la cama con una sonrisa en los labios.
Una amiga que está haciendo el curso de acceso a la universidad para mayores de veinticinco, me pide algún pasaje bíblico para su "profe" de lengua.
-¿Un pasaje bíblico? ¡Qué cosa más rara en los tiempos que corren!
-Sí, es que dice que el único que se rié en la Biblia es el diablo... Yo le he dicho que no lleva razón, porque sé que se ríe Sara... pero, claro, necesito documentación...

¿Documentación a estas horas? ¿A las doce de la noche?
Así es que echo mano de la somerísima documentación que me brinda mi memoria y le escribo:

Si lo que buscamos son risas, tampoco es que hay una multitud partiéndose de risa, pero alguno hay: el primero del que se dice que se ríe es Abrahán, en Gn 17,17. La segunda es Sara, en Gn 18, 12 y 21,6. ¡Y es que Dios tiene unas cosas! ¡Mira que hacer que Sara dé a luz pasados los noventa, cuando una ya está para que la dejen en paz! Pero nunca es tarde, si la dicha es buena, y en este caso Isaac fue motivo de una dicha infinita para sus desesperados padres.

En Job 8,21 de dice que Dios llenará tu boca de risa y tus labios de gritos de júbilo. O sea, que Dios es la causa de nuestra felicidad y alegría. Que puede hacerlo y lo hará, si tienes esperanza en Él.
El salmo 126,2 dice que, cuando Dios cambia nuestra suerte, la boca se nos llena de risa y la lengua, de cánticos de alegría. La gente bíblica era muy exagerada en las expresiones, como los orientales en general, no como nosotros, que parecemos palos tiesos, incluso cuando algo nos causa gran exultación.
En Eclesiastés, se dice que hay tiempo para todo, incluso para reír (3,4). Sin ese ingrediente, la vida sería bastante absurda.
El profeta Sofonías tiene la imagen de un Dios danzarín: "[Dios] danza por ti con gritos de júbilo, como en días de fiesta" (Sof 3, 17). ¿Nos imaginamos a Dios bailando?

¿Qué más se me ocurre? En la biblia hay docenas de proclamaciones de felicidad: ¡dichoso! ¡dichosa! No me imagino que esas proclamaciones estén pronunciadas ni recibidas con caras largas. ¿No os parece?

Y Jesús, ¿se rió Jesús? De Jesús se dice que lloró dos veces, pero no se dice que riera ninguna vez. ¿Se acuerdan de la novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa? Tenía un argumento semejante: la licitud de la risa... ¿Es santo y bueno reír, o es más bien "peligroso"? Extrañamente, en nuestra tradición religiosa, los santos son bastante serios, mientras que la gente alegre pasa por superficial y veleta... ¡Menos mal que está San Felipe Neri para desmentir este estereotipo!
Así es que, aunque no hay ningún pasaje evangélico en donde se diga que Jesús riera, sí se dice algo muy sospechoso de él: que era considerado "comilón y un borracho, amigo de pecadores y prostitutas" (Mt 11,19). Lo cual me permite imaginar que Jesús no estaba en los banquetes con cara de acidez de estómago... Por el contrario, imagino a Jesús como alguien lleno de vitalidad, plenitud, esperanza y alegría. Alguien radiante y luminoso, de semblante sereno y feliz. ¿Cómo, si no, iban a acercarse multitudes para estar con Él?

Aprovecho para recomendar un libro muy sugerente: "La boca se nos llenó de risas. Sentido del humor y fe", Alessandro Pronzato, Sal Terrae.
Y ahora voy a meterme en la cama, con ese libro entre las manos, para dormirme con el preámbulo del autor: "Una carcajada te resucitará".

3 comentarios:

Quique Fernández dijo...

Buenísimo el libro de Pronzato. Y en la misma línea, dos libros publicados por San Pablo:
- "La jirafa tiene ideas muy elevadas", del genio de Jose María Cabodevilla.
- Dios que sonrie. La sonrisa en la Biblia, de Battaglia.
Los dos, o mejor dicho, los tres libros inteligentes y el de Pronzato muy divertido, que lo uno no excluye lo otro.
Y una propuesta: leamos el evangelio,propongo el de Lucas, e imaginemos en algunos momentos ciertas respuestas de Jesús acompañadas de una limpia y sincera sonrisa.(ej: Jesús "escapado" y hallado en el templo responde a sus padres o en la casa de sus amigos de Betania responde a Marta)
Saludos fraternales y hoy, especialmente, una sonrisa.
Ah! y un recuerdo: como reímos con las charlas de Conchi en Barcelona hace un año y medio. En breve más.

Quique Fernández dijo...

Por cierto, y ya que estamos en el Año San Pablo, siempre me ha parecido un golpe de efecto entre lo humorístico y lo irónico el final del capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles. Me explico:
Lucas nos explica después de su conversión que Pablo "Andaba con ellos por Jerusalén, predicando valientemente en el nombre del Señor.
Hablaba también y discutía con los helenistas; pero éstos intentaban matarle.
Los hermanos, al saberlo, le llevaron a Cesarea y le hicieron marchar a Tarso.
(versiculos 28 al 30)
Y ahora viene ese suave toque humorístico:
"Las Iglesias por entonces gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria".
(versiculo 31)
Es decir, Lucas nos coloca inmediatamente después de decir que hubo que alejar a Pablo, que a partir de ese momento llegó y gozaron de la paz.
O sea, que Pablo tenía problemas con:
- Los judíos, que no comprendían ni compartían que dejase el judaísmo, pero además no un judaismo cualquiera sinó el más ferozmente perseguidor por el hacerse cristiano.
- Los cristianos que no se fiaban que quien había consentido incluso la muerte de Esteban ahora se contase entre los suyos
Pero a todo eso hay que sumar a sus hermanos discípulos que sabían que en esos dos colectivos Pablo provocaba ira o miedo, un poco aquello de "Con él llegó el escandalo".
Solución: para que las cosas se enfrien poner tierra de por medio.
Narración: no puede ser casualidad que Lucas diga inmediatamente que reinó la paz. No puede se casualidad...
Yo me imagino a Lucas escribiendo o dictando esto con una sonrisilla que dice: Pablo, Pablo, que paciencia tuvieron que tener contigo...
Y yo completo: de los que fueron auténticas "piezas", de esos que se dice ironicamente "vaya joya" Dios ha sacado lo mejor.
No puede ser casualidad...
Cosas de Lucas...
Saludos fraternales a todos.
Quique (Barcelona)

Anónimo dijo...

¡Hola, Quique!

Realmente muchos libros y episodios de la Biblia están escritos con un gran toque de humor. Yo siempre me divierto mucho contando la noche de bodas de Tobías, hijo y de Sara. Mientras él y su mujer pasaban su noche esperada(se supone que así era en aquel entonces...) arrodillados junto al tálamo nupcial, rezando para escapar ilesos de la aventura, su suegro y el criado del suegro cavaban una fosa para enterrar al yerno sin que nadie se enterara, si acaso le acaecía lo que a los otros siete maridos de su hija...
¡No me digáis que la escena no es cómica!

Y, dentro de lo tragicómico está también, por ejemplo, la mañana siguiente a la boda de Jacob con... "¿Lía? ¿Me he casado con Lía? ¡Pero si yo creía que era Raquel!" Y digo yo que vaya noche más romántica, que ni siquiera se enteró que la susodicha no era su amada Raquel...

Se podrían contar mil historias que nos hacen sonreír o reír..., a veces ingenuamente y otras veces con un pelín de sorna... pero reír al fin.

Y siento mucho la ignorancia, si quiera literaria, de quienes piensan que la Biblia son relatos "para asustar a los niños", o aburridos, o amenazantes, o apocalípticos todos ellos, o irrelevantes...

Es verdad que hay quien me dice: "oye, ¿estás segura de que tu Biblia es la misma que la mía?" ¡Segurísima! Sólo que hay que aprender a leerla... con otros ojos.

Un abrazo