miércoles, 15 de octubre de 2008

"Id y anunciad lo que habéis visto y oído"

Ya sé que han pasado algunos días desde la clausura de nuestro curso en Benalúa de las Villas y que, como dice nuestro sabio refranero popular, agua pasada no mueve molino, pero permitidme volver a ello porque, sin duda, en lo pasado también está en germen el futuro.
Conchi, creadora de este blog e infatigable compañera de camino, en diversas ocasiones me ha pedido que escribiera unas líneas y yo, como “novata insegura” que se abruma ante los encargos apresurados y “un poco flojilla” - según la que me dio a luz-, hasta ahora había hecho caso omiso a su invitación de adentrarme en este mágico mundo de los literatos y las musas, donde lo que no existía es creado; mas hoy, después del rotundo éxito y tan laureados comentarios que no cesan, me veo casi en la obligación de ser yo la que le pide un huequito en este espacio.
¡¡Qué rápido se ha pasado la semana!! Y qué penilla...
Creo que éstas no son sólo las palabras que yo le decía a Conchi, bien entrada la noche, mientras ella preparaba su equipaje, para marchar el domingo por la mañana temprano, sino el sentir de todas las asistentes al curso, aun con el fastidio de perderse la telenovela.

Es pena, sí, pero también alegría...
Pena por la vuelta a la monotonía y alegría por el soplo de aire fresco que nos ha dado respiro.
Pena por la soledad y alegría por la comunión.
Pena por las inconsolables horas oscuras y alegría por la luz que enciende la noche.
Pena por el anhelo y alegría por la esperanza derramada.
Pena por la ausencia y alegría por los encuentros venideros.
A ti, Conchi, paisana y tocaya de la discípula, te ha sabido a poco y Dios se te ha hecho más cercano y tú, Enrique, te has quedado admirado de la profundidad tan sencilla, que deja huella. Paquita, mi tía y peluquera de profesión, ansiosa lee la Sagrada Escritura entre permanente y permanente, y Juani, “la chozuela”, insiste en que no encuentra esas historias en su Biblia. Mari da gracias por “tan buena discípula y por las cinco tardes tan maravillosas” mientras José Luis, el párroco, se despide pidiendo oración. Pepi se lamenta ante la ausencia de jóvenes y Paquita no cesa de exclamar: ¡nos habéis dado vida! Toñi, ansiosa, pregunta para cuándo el regreso y Cipri quiere firmar para Semana Santa. Mari, “de la Eulalia”, se despide con los ojos vidriosos como quien ve marchar a una hija y así, una a una, podría mencionar los más de cien nombres de todas las asistentes. Nombres, con historias propias que te buscan, Señor. “Tu pueblo tiene hambre y sed de la Palabra de Dios” (cf. Amós 8,11).
Por supuesto, y como en todos sitios, también las hay –escasas, pero haberlas, haylas- que van a disgusto, como si alguien las obligara, de ésas que "te limpian la chaqueta" tan rápido como se la cambian, cuyo rasgo característico es el ceño fruncido con una mirada que fulmina a todo lo viviente simpatizante que haya a la redonda, a menos que se trate de "don salchichón, el señor serrano o revilla", únicos con poder incuestionable de transformar la murmuración en carantoñas y palmaditas en la espalda. En fin, en esta especie -sin peligro de extinción- no me pienso detener, porque ya se sabe que beneficiar a un ingrato es como perfumar a un muerto.
Males menores y exageración andaluza aparte, yo también estoy contenta porque Dios “nos ha hecho mirarnos”. Estoy convencida de que las amistades no las escogemos nosotros sino que es Dios quien mira a los amigos y les dice: “no os habéis elegido vosotros; os he elegido yo, el uno para el otro”. Hace más de un año que el Señor me dio a Conchi como amiga, hermana y compañera de camino y soy feliz de ver que esta amistad está trayendo mucha fecundidad, no sólo para nosotras sino para muchas personas.
Quiero terminar dándole gracias a Dios y orando nuestra disponibilidad de ser siempre sus discipulas y apóstoles:


Aquí estamos, Señor, como tus discípulos en Galilea.
Aquí estamos, Señor, respondiendo a tu llamada.
Aquí estamos, Señor, porque nuestro gozo eres tú.
Aquí estamos, Señor, queremos ser anunciadores de tu Reino.
Aquí estamos, Señor, con la confianza puesta en ti.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida "novata insegura":

Nadie diría que lo eres. Te has estrenado bien, después de meses de reticencias... Y me has trasportado, de un modo muy plástico, a los días vividos y a los sentires reales de tantos rostros y nombres, ahora conocidos.

¡Gracias! Eres muy buena narradora. Pero, sobre todo, gracias por haber hecho posible ese encuentro precioso de tus paisanas con la Palabra, a través de tu mediación, colaboración y ayuda.
Un abrazo

P.D.: (Si que nadie se entere, ¡GRACIAS por ponerle nombre a las 130 fotos que he colgado de Benalúa! ¡Menudo trabajo de chinos, o de "benaluenses"!)

conchi martin dijo...

Hola LIDIA hola CONCHI,soy vuestra tocalla CONCHI de BENALUA.
Gracias por las fotos y los comentarios, me han venido muy bien.
Estaba un poco depre...el lunes día 13 falleció mi TIA amada EVA en SALAMANCA, cuando llegue al pueblo vi vuestro correo y me sentí mucho mejor. El día 22 le decimos una misa en BENALUA os ruego que recéis por ELLA ese día, vosotras estáis mas cerca de DIOS que yo. cuando estéis en RADIO MARIA hacérmelo saber, me gustaría escucharos. Un beso para las dos.
Conchi Martín

Anónimo dijo...

Mis queridas Conchis&Conchi´s:

Gracias por vuestras palabrillas.

Siento mucho lo de tu tía... Ya me había comentado algo mi madre. ¿Sabes? Ante la muerte de alguien amado nunca sé qué decir... “si no te edifica mi silencio, menos lo hará mi palabra...”. Oraré por ella y por ti, y anímate, ¿eh? ¡Que no me entere yo que estás depre!

Para esas tardes otoñales de nostalgia, puedes sintonizar el programa de Conchi. Pasarás un rato agradable y te recargará las pilas con esas historietas del Antiguo Testamento, que no son otra cosa que nuestra historia. Lo malo o menos bueno es que hay que esperar quince días, ya que la emisión no es semanal. Así que sólo te doy permiso para ponerte un poco depre dos miércoles al mes de 5 a 6 de la tarde, que es cuando se emite el programilla, ¿okis?

Me parece que toca el miércoles próximo, 22 de octubre, pero que nos lo confirme la locutora, que no estoy del todo segura. No sé en tu casa, pero en la mía no se pilla la emisora. Si es tu caso, puedes escucharlo a través de internet, en la página de radio María.

Y a ti, mi “locutora y escritora consagrada”, coincidirás conmigo en que aprender a andar de la mano es mucho más fácil que hacerlo solita... ¿Qué sería de mi gramática y ortografía sin la corrección de “doña puntos y comas”?

Un abrazo fuerte para las dos,
Lidia

Por cierto, Conchi paisana, hay algunas imágenes sin nombre porque no sé cómo se llaman las fotografiadas. Si tú las conoces -son de Campotejar-, dímelo y se lo ponemos. ¡Gracias!

Anónimo dijo...

¡Hola, Conchi!
Siento mucho lo de tu tía amada... Separación dolorosa... Tampoco yo sé qué decir. ¡Y eso que no será por palabras...! Tan sólo te abrazo y pido para que la fuerza de la esperanza venza toda tu tristeza.

Si quieres, nos encontramos este miércoles, de 5 a 6, en RADIO MARÍA. Estamos hablando del libro del Éxodo (la infancia de Moisés y su vocación). El tema es chulillo.

Un abrazo y hasta pronto

Anónimo dijo...

Hola, lidia:
una pasada tu escrito.
la forma de narrar sin desperdicio.
El cómo, el desde dónde y lo que dices, no puede ser más comunicativo de lo que es.
Lo que transmites ensancha el corazón por la transparencia de tu ser y roba una sonrisa a la expresión, que inunda de alegría y esperanza al ser que te lee.
Un abrazo muy fuerte.

pd. ¡qué bueno que escribas, que te expreses y que lo compartas!.

soy laura de alcoy, nos conocimos en buenafuente, en septiempre del año pasado.

Anónimo dijo...

¡Laura! ¡Qué alegría saber de ti!

Con tanto dato que me das para ubicarte, ¿no estarás pensando que no te recuerdo, verdad?

Son muchos los detalles que perduran vivos en mi memoria -como si se tratase de "un ayer que no pasó"- de aquellos entrañables y gozosos días en los que la última tanda de ejercicios espirituales hacía su entrada en tierras del Alto Tajo, bajo el resplandeciente y esperanzador sol de otoño. Tú, y tus imposibles comidas reposadas, expectante; Loli, la gallega, y su mini pantaloncito desafiando el relente; Conchi y su brillo en los ojos. Precisamente, hace unos días recordábamos las dos, entre risas, la tarde del sorprendente “café por la cara” –y nunca mejor dicho- en Huerta Hernando... Después del agua con polvos de días atrás, nos supo rico, ¿ehhh?

Respecto a tus palabras, Laura, no sé que decir... Me ruborizan y me llenan de pudor... Muchas gracias.

Espérame en tu correo, próximamente.

Un abrazo grandote,
Lidia

¡Ah! Y perdona que te haya obviado hasta ahora, pero esta semana tengo por aquí a mi familia mallorquina y, como te podrás imaginar, ando sin parar de la Alhambra a la Sierra pasando por las Alpujarras e ¡internet no pilla de camino!

Ciao