martes, 9 de octubre de 2007

Una proposición descabellada: ¡leamos juntos la Biblia en un año!

Leemos juntos la Biblia
Diálogos de María y Micaela

POR DÓNDE EMPEZAR
Mateo 1-2



-¿En un año, alhaja? Tenemos mucho más que hacer que leer “cuentos hebreos” todos los días. Las “monjas” tenéis todo el tiempo del mundo, que para eso estáis. Pero nosotras, que trabajamos, tenemos hijos, llevamos adelante una casa… ¿cuándo crees que tenemos un respiro para ponernos a leer?
-Bien, entonces supongo que tampoco ves El diario de Patricia, ni Los hombres de Paco, ni Mira quién baila…
- ¿Y a ti qué te interesa lo que yo veo en la tele! ¡Eso es otra cosa! ¡Es preciso relajarse un poco del ajetreo y del estrés! ¡Con lo bien que se está tirada en el sillón, con una pierna para América y la otra para Francia, sin ruidos, sin voces… imaginándose que una está bailando un tango con el divino “poty”!
- Bueno, tanto como divino… Pero, a ver, Micaela, ¿tú no eres cristiana?
- ¿Y eso qué tiene que ver?
- Pues, sencillamente, que no hay comparación entre “poty” y el Evangelio. ¡Esto sí que te descansaría! ¿No has oído a Jesús, cuando dice que acudas a Él si estás hecha polvo?
- Ya, pero es que con el Evangelio no me río tanto…
- ¡Andas un poco despistadilla, monina! Hay otro tipo de alegría, más honda, más alegre, más “descansadora” que la que provoca el soso de Mariano. Una alegría que ni la pelma de tu jefa puede arrebatarte... Además, todo es cuestión de aprender a leer la Biblia. Hay páginas con un humor muy fino. Todo es echarle imaginación.
- ¡Ojo, qué pesadita te pones, hermana! Entonces, ¿qué me propones?
- ¡Que leas la Biblia al menos una vez en la vida, rica!
Mira: los musulmanes se saben el Corán al dedillo. ¡Y no digamos los judíos, cómo acunan cada versículo de su Torá! ¡Y qué memorión le echan a la cosa! Claro, como dice el Deuteronomio: “Estas palabras estarán grabadas sobre tu corazón; las inculcarás a tus hijos y hablarás de ellas cuando estés sentado en tu casa y yendo de camino, acostado y levantado. Las atarás como señal sobre tu mano y servirán de señal entre tus ojos…” (Dt 6,6-8)… pues se lo toman al pie de la letra.
- ¡Pues a mí eso me parece una exageración!
- Pues a mí no. Dime qué lees, qué piensas, qué hablas… y te diré quién eres. Si rumias todos los días el Evangelio, por dura de mollera que seas al final sucumbirás a su encanto. Créeme. Te recomiendo encarecidamente que lo leas al menos una vez.
-¡Y dale con “al menos una vez”…! ¡Qué conciencia escatológica tienes, hija! ¡Ni que nos fuéramos a morir mañana!
- Tienes razón, pero no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

- Oye, ¿y por dónde empiezo?
- Por donde más te guste.
- Pues… me gusta… Prefiero… Este libro que empieza por… Oye, ¿acaso me estás haciendo un examen? ¡Mira que te lees la Biblia tú solita!
- No. Sólo digo que te será más agradable comenzar por donde tú prefieras, por aquello que te resulte más familiar.
- ¡Mujer, familiar lo que se dice familiar…! Los evangelios no están mal.
- ¡Estupendo! ¡Comencemos por un evangelio! ¿Cuál prefieres?
- Pues no sé. ¡Qué más da! ¿No son todos iguales?
- Mira, vamos a hacer una cosa: abre tu Biblia.
- ¡Puf! No te enfades, María, pero está en un rincón de la biblioteca con tres dedos de polvo. Espera que la sacudo.
- Bien. ¿Aciertas a ver las letras al menos?
-No te pases. ¡Se lee perfectamente!
- No discutamos, que hoy estás que no hay quien te tosa. Abre por el comienzo del Nuevo Testamento. ¿Qué encuentras?
- El evangelio de San Mateo.
- Bueno pues, si te parece, vamos a empezar por ahí. Es el evangelio más largo: nada menos que 28 capítulos.
- ¿Y el más corto?
- ¡Dímelo tú!
- No te pongas repelente que me desapunto de tu proposición. Si te pregunto una cosa es porque no la sé.
- Tienes razón, perdoooona. Marcos. Marcos es el evangelio más breve: tan sólo 16 capitulitos.
- Y ¿a qué se debe esa diferencia? ¿Es que conocía menos cosas de Jesús que Mateo?
- Mira, la que se está poniendo ahora repelente eres tú con tanta preguntita. ¿Pero es que te crees que soy el comentario bíblico San Jerónimo?
De momento, comienza a leer el evangelio de la infancia y ya hablaremos.
- ¿El evangelio de la infancia? No sabía que hubiera un evangelio de la infancia.
- No hay uno. Hay dos. Pero eso lo veremos más adelante. De momento, empieza leyendo a Mateo. Si queremos terminar en un año toda la Biblia, habrá que “meter el turbo” y leer cuatro capítulos diarios ó 28 a la semana. Organízate como quieras, pero haz lo posible por mantener la constancia.- ¡Ay, constancia, constancia! ¿Y mi “poty”, qué?
- ¿Y tu Dios, qué?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Cómo estás? Como te dije me gusta mucho el blog. Esta propuesta me parece genial y la forma en que está encarada.
Me preguntabas si conozco a las hermanas en Argentina. Lo siento, pero no, llegue a la web buscando la lectio divina del domingo y aquí estoy en el blog. En qué pueblo están las Hermanas? Me presento: vivo en Morón argentina, mi parroquia es la de mi barrio claro. Tengo 33, casado, tres varones, abogado. Saludos.

Conchi pddm dijo...

¡Hola, Andrés!
¡Encantada de tenerte por aquí de nuevo! Por lo que nos dices, veo que tienes una vida bendecida...
Te invito a entrar en la web de mis hermanas de Argentina:
http://www.piasdiscipulas.org/

Estamos en Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes y Mar de Plata.

Me alegra que te guste la propuesta de lectura continua de toda la Biblia. ¡Veré si yo misma saco unos minutos diarios para seguir ese ritmo! Si no, "María y Micaela" van a tener que frenar un poco el paso...
Un saludo fraterno

P.S.: Nos faltan muchas semanas por completar la lectio divina. En ese caso, te recomiendo el link de los carmelitas. Está en el índice de textos, en la sección correspondiente.

Quique Fernández dijo...

Pues bien, me apunto! Me apunto a la idea descabellada de leer la Biblia en un año, me sumo a tan maravillosa iniciativa de darle a la Palabra de Dios el sitio que merece en mi vida, me animo a no engancharme en la tele y dejar que sea la Biblia la queme proyecte imagenes de fe y amor. Y las cosas del Señor siempre tienen efecto multiplicador: crees que pierdes una hora y ganas una vida. Saludos a todos (que este blog también tiene efecto multiplicador) Quique (Barcelona)

Anónimo dijo...

Espero, entonces, Quique, que seas un buen interlocutor para María, Micaela y el resto de lectores apasionados... A veces, quizá, tendrás que poner tu contrapunto de sabiduría y conocimiento porque me parece que, al menos Micaela, anda ligeramente despistada.
¡Mira que si me confunde a María Magdalena con la adúltera al borde del apedreamiento! Es inexcusable que digas algo...
Un abrazo y bienvenido a la iniciativa.

Anónimo dijo...

Por cierto, Quique, me ha encantado esta frase tuya:
"CREES QUE PIERDES UNA HORA Y GANAS UNA VIDA".
¡Qué rotunda, qué hermosa y qué verdadera!

Anónimo dijo...

Shalom!

Recuerdo que hace 2 años cuando estuve en Toledo me sugeriste que leyera la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, o sea toda entera,y te hice caso.
La verdad es que no voy muy deprisa porque todavía estoy por el Libro Segundo de los Reyes pero todos los días antes de acostarme (unos días leo más, otros menos depende de lo cansada que esté)me zambullo en las historias bíblicas y sinceramente me encantan. También es cierto que hay que leer la Biblia intentando sacar lecciones para nuestra vida diaria.

Me atrae más leer sobre el Rey David, Rut o Abraham que ver al "Poty" ése en la tele.

Mónica

Anónimo dijo...

Shalom, mi querida Mónica.
Estoy queriendo llamarte, pero estos días ando volada. A ver si puede ser mañana, jueves. Esta noche aún queda una hora de ensayo comunitario de cantos. El día ha sido... larguísimoooo.

No sé si has oído hoy que tu regalo te llegará pronto... Además estoy empeñada en mandarte un reportaje fotográfico de Toledo y he de organizar el material. Disculpa la tardanza. En ocasiones, soy un desastre para la organización.

Sé que prefieres el A.T., pero aún conservo tus preguntas sobre Marcos, de las que no pudimos hablar cuando estuve en Alicante.
Lo dejamos para cuando vengas este año, o para el camino de Santiago que haremos juntas (¿OK?). O para el blog, en la lectura que "María" y "Micaela" han comenzado.

Un abrazo.
¡Boker Tob!