miércoles, 29 de febrero de 2012

El endemoniado de Gerasa

Lectio divina de Marcos 5, 1-20

1 Llegaron a la otra orilla del lago, a la tierra de Gerasa. 2Al desembarcar, un hombre poseído de un espíritu inmundo le salió al encuentro de entre los sepulcros. 3Habitaba en los sepulcros. Ni con cadenas podía nadie sujetarlo; 4pues muchas veces lo sujetaban con cadenas y grillos y él hacía saltar las cadenas y rompía los grillos, y nadie podía con él. 5Se pasaba las noches y los días en los sepulcros o por los montes dando gritos y golpeándose con piedras. 6Al ver de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él, y, 7 dando un grito estentóreo, dijo:
-¿Qué tienes que ver conmigo, hijo del Dios Altísimo? Por Dios te conjuro que no me atormentes, 8(Pues le decía: Espíritu inmundo, sal de este hombre) 9 Le preguntó:
-¿Cómo te llamas?
Contestó: - Me llamo Legión, porque somos muchos.
10 Y le suplicaba con insistencia que no los echase de la región. 11Había allí, en la ladera, una gran piara de cerdos hozando. 12Le suplicaban:
- Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
13Se lo concedió. Entonces los espíritus inmundos salieron y se metieron en los cerdos. La piara, unos dos mil, se lanzó por el acantilado al lago y se ahogaron en el agua. 14Los pastores huyeron, y lo contaron en la ciudad y en los campos lo sucedido. La gente acudió a ver lo sucedido. 15Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado, que había tenido dentro una legión, sentado, vestido y en sus cabales; y se asustaron. 16Los que lo habían presenciado les explicaban lo sucedido al endemoniado y a los puercos. 17Y empezaron a suplicarle que se marchase de su territorio. 18Cuando se embarcaba, el endemoniado le suplicaba que le permitiese acompañarlo. 19 No se lo permitió, sino que le dijo:
-Vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor, por su misericordia, ha hecho contigo.
20Se fue y se puso a pregonar por la Decápolis lo que había hecho Jesús con él, y todos se maravillaban.
CUANDO LEAS
Este relato es uno de los más extensos de los sinópticos, aunque cada evangelista le imprime su sello particular. Marcos ofrece un gran número de detalles que no recogen las narraciones de Mateo y Lucas, que denotan su estilo y, al mismo tiempo, su objetivo: poner de relieve la fuerza de Jesús al que, desde el principio, coloca en primer plano.   
Han llegado a la otra orilla del lago. Jesús pisa, por primera vez en el relato de Marcos, territorio pagano, Gerasa, región helenizada y ocupada por el ejército romano y dependiente de la provincia romana de Siria. Marcos construye, sobre la tradición recibida, el mundo de miseria, infrahumanidad y enajenación mental utilizando imágenes impactantes. Jesús se encuentra de improviso, nada más pisar tierra, con un personaje nada tranquilizador, presentado de golpe saliendo a su encuentro (v.2) y del que ahora amplía datos (v. 3-5).
Marcos destaca tres hechos que tienen una gran fuerza simbólica: 1) La figura del  endemoniado, extravagante y peligroso por su vinculación con la muerte y la violencia: cementerio, sepulcros, cadenas, piedras, gritos. Símbolo del mal y la destrucción, pero, también prototipo de toda opresión social. 2) Episodio de los cerdos en el lago/mar (v. 11-13). Marcos no habla de los cerdos hasta que son necesarios, como es su costumbre. El v.13 es un modo de describir la liberación y de enviar a los demonios al lugar que, “según la mentalidad semita, es el de las fuerzas malas”. 
3) Reacción de los testigos y los gerasenos que llegan después de haber sido informados de los sucesos (v.14-16). El diálogo resulta esencial, también el imaginar la expresión de los rostros: excitación, susto, enojo, etc. Una piara de 2000 cerdos era un enorme capital para perderlo sin protestar. Los dueños de este capital piden a Jesús que se vaya de allí. Podemos imaginar un velo de tristeza en el rostro de Jesús, que no habla en toda esta escena y que es obligado a volver hacia atrás y salir de allí.
CUANDO MEDITES
* El evangelio de Marcos pone dos cosas claras desde el principio: una, la importancia de conocer a Jesús, y dos, la necesidad de estar con él largamente, aprender de él..., aceptando su llamada, porque él es quien escoge y llama. Preguntémonos: ¿quién y qué es Jesús para mí? ¿Le conozco? ¿Trabajo por conocerlo más? ¿Le presto atención?
* Marcos hace una descripción muy viva de la situación vital del endemoniado, realmente estremecedora… ¿Hay algo en mí vida que me aproxime a una situación de una dependencia inconveniente, de falta de libertad evangélica?
* Los gerasenos le pidieron a Jesús que se marchara. No tienen otra cosa que decirle. Lo único claro para ellos son los dos mil puercos que flotan inflados en el lago: su riqueza perdida. ¿Tenemos alguna “riqueza” que no queramos perder si nos comprometemos con Jesús?
* El poseído, ya curado, desea “quedarse con él” y así se lo pide. La respuesta de Jesús demuestra que el “seguimiento” no es un método de salvación, con el que cada uno puede asegurar su bienaventuranza; sino que se trata siempre, sólo del mejor método de proclamar la buena nueva por todos los lugares. ¿Es así en mi vida… una proclamación de la salvación ofrecida por Jesús?
CUANDO ORES
- Éste es el momento de hablar al Señor a partir del texto. En este momento es cuando la lectura del pasaje bíblico se hace realmente “orante”. ¿Qué le decimos al Señor motivados por su Palabra? Expresémosle los sentimientos, y tal vez resoluciones que han aflorado en esta hora en su compañía.
- Luego hagamos oración de este manojo de deseos:
 TODO ESTO DESEO
 Que mi oído esté
atento a tus susurros.
Que el ruido cotidiano
no tape tu voz.
Que te encuentre,
y te reconozca
y te siga.
Que en mi vida brille tu luz.
Que mis manos estén abiertas para dar y proteger.
Que mi corazón tiemble con cada hombre y mujer que padecen.
Que acierte para encontrar un lugar en tu mundo.
Que mi vida no sea estéril.
Que deje un recuerdo cálido en la gente que encuentre.
Que sepa hablar de paz, imaginar la paz, construir la paz.
Que ame, aunque a veces duela.
Que distinga en el horizonte las señales de tu obra.
Todo esto deseo, todo esto te pido, todo esto te ofrezco, Padre.
(José  M. R. Olaizola)


(Autora: Trinidad Brunet, Equipo de lectio divina de la U.P. Comillas)

jueves, 16 de febrero de 2012

¿Por qué tenéis tanto miedo? ¿Por qué no tenéis fe?

Lectio divina de Marcos 4,35-41

Aquel mismo día, ya caída la tarde, les dijo: "Pasemos a la otra orilla". Y dejando a la gente, lo llevaron con ellos en la barca tal como se encontraba; y le acompañaban otras barcas.
Se levantó entonces una fuerte borrasca, y las olas saltaban por encima de la barca, de suerte que estaba a punto de llenarse.
Jesús estaba durmiendo en un cabezal en popa. Ellos lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa que perezcamos?"
El se levantó, increpó al viento y dijo al mar: "! Calla! ¡Cálmate!".
Y el viento cesó y se hizo una gran calma.
Después les dijo: " ¿Por qué sois tan miedosos? ¿Por qué no tenéis fe?".
Ellos quedaron sumamente atemorizados, y se decían unos a otros: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".

CUANDO LEAS
       
El pasaje que nos presenta Marcos es aparentemente sencillo, un milagro de la naturaleza, además es bastante conocido y nos suenan los acontecimientos relatados. Sin embargo, vais a permitir que avancemos despacio e intentemos desentrañar toda la riqueza del texto. A pesar de ser un capítulo diverso y otros versículos y otra historia, con anterioridad ya nos hemos encontrado con un episodio parecido en la sinagoga de Cafarnaún (1,21-28). Por supuesto, allí se trataba de un exorcismo y aquí de dominar la naturaleza. Pero las palabras utilizadas por Marcos son las mismas, la forma de contarnos ambos actos es la misma. Marcos quiere presentarnos el relato de la tempestad calmada como si de un exorcismo se tratara. ¿Por qué?
En la Sagrada Escritura, el mar y la oscuridad son símbolos del caos inicial que reinaba en el mundo antes de la creación por parte de Dios (Gn 1). El mar es el lugar en el que habitan las fuerzas del mal. Por eso, está destinado a desaparecer cuando aparezca la nueva creación (Ap 21,1). El único que puede vencer a las fuerzas maléficas es Dios. Él es el único que "reduce la tempestad a suave brisa y calma las olas" (cf Sal 107,29). Y Jesús utiliza para calmar la tempestad las mismas palabras usadas para dominar al demonio. Él es el único capaz de salvar al ser humano de todas las fuerzas maléficas. No tiene por qué invocar la asistencia del Padre. Él y el Padre son uno. Él está en el Padre y el Padre en Él. Jesús con su propia fuerza domina el mar y salva. Nos encontramos con una teofanía. Y ante cualquier experiencia de la presencia de Dios frente a nosotros, no cabe otra actitud que el estupor, la turbación, la adoración.
Pero profundicemos un poco más. Ante este relato, es imposible no recordar el episodio de Jonás. El cual dormía tranquilamente en la bodega del barco. Entonces se produjo una fuerte tempestad que no cesó hasta que despertaron a Jonás y lo echaron al mar. A nosotros nos viene la salvación gracias a que Jesús murió y le echaron por tierra. Dios nos salva por la muerte y resurrección de Jesús.
           

CUANDO MEDITES

Trata de recordar tus momentos de tempestad y ponlos a los pies de Jesus.

¿Cómo reaccionamos ante nuestras tempestades?

¿Nos apoyamos en Jesús o en nuestras propias fuerzas?


CUANDO ORES

Salmo 107,17-31

Andaban como locos en sus desvaríos,
abrumados bajo el peso de los pecados;
Tenían asco de cualquier comida
y estaban a las puertas de la muerte.
En su angustia gritaron al Señor,
y los sacó de sus apuros.
Envió su Palabra y los curó,
los libró del sepulcro.
Den gracias al Señor por su amor,
por sus milagros en favor de los humanos;
ofrezcan sacrificios de alabanza
y pregonen sus obras con cantos de alegría.
Los que a la mar se hicieron con sus naves,
buscando su negocio en las aguas inmensas,
vieron las obras del Señor
y sus milagros en el alta mar.
A su palabra se desató una tempestad
que levantó unas grandes olas:
subían a los cielos, bajaban al abismo,
se vinieron abajo ante el peligro;
daban vueltas y se tambaleaban como borrachos,
y de nada le servían todas sus pericias.
En su angustia gritaron al Señor,
y el los libró de sus apuros.
Redujo la tempestad a suave brisa
y las olas se calmaron.
Se llenaron de alegría al verlas ya calmadas,
y Él los llevó al puerto deseado.
Den gracias al Señor por su amor,
por sus milagros en favor de los humanos.


(Autor: Fernando Gálligo, sj. Equipo de lectio divina de la U.P. Comillas)

jueves, 9 de febrero de 2012

Una luz en el candelero

Lectio divina de Marcos 4, 21-34

También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del celemín, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado finalmente; ni nada que esté escondido, que no haya de salir a luz.
Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.
Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

(Podemos comparar esta parte con sus equivalentes en Lucas):

Lucas 8, 16-17: «Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto
Lucas 33: «Nadie enciende una lámpara y la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor. »

 CUANDO LEAS
           
Algunas interpretaciones de la parábola de la lámpara:
1.- La parábola quiere decir que el reino de Dios, encerrado ahora en la persona de Jesús, que es la luz, se mostrará un día patente y claro.
2.- La comparación de la lámpara puede entenderse como conclusión de la parábola del sembrador: lo oculto y lo secreto llegará a ser público y notorio.
3.- Se opone aquí la oscuridad actual y el aparente fracaso de la predicación de Jesús a la fuerza misionera de la predicación posterior eclesial.

Jesús es la luz del mundo. Así se proclama, por ejemplo, en el Evangelio de Juan:
a) En el prologo, Jn 1:4-9; b) Por Jesús en otras ocasiones – Jn 9:5; 12:35,46 -.

Él es la luz, no una luz. Sólo Él provee la luz verdadera  - al igual que sólo Él provee la verdad y el camino a la vida -. Como la luz, Jesús es la fuente de la vida. Debemos ser cautelosos de aquellos que proclaman ofrecer "luz": algunos podrían ser siervos del Mal –2 Cor 11:13-15.

 CUANDO MEDITES

Así como el sol es el centro de nuestro sistema solar, Jesús es el centro del mundo espiritual.
El sol proporciona luz, calor y vida al mundo natural, así como Jesús se las proporciona al espiritual. Sin la luz del sol lo que hay es tinieblas e inseguridad, lo mismo podemos decir de la vida sin Jesús, que es la luz del mundo.
Jesús dice de sí mismo: “yo soy la luz del mundo”

A. La expresión “Yo soy” era familiar para los judíos, (Éxodo 3), Dios es el eterno.
B. El ambiente espiritual que rodeaba al pueblo israelita era de tinieblas. La oscuridad es símbolo de: ignorancia, pecado, maldad, perdición, inmoralidad.
C. “El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” dice también Jesús de sí mismo.
D. Dios en el desierto acompañó al pueblo por medio de una columna de fuego, la cual les brindaba calor y luz. (Éxodo 13: 21-22)
E. La luz material produce: seguridad, dirección, calor, disipa las tinieblas. Del mismo modo la luz de Jesús en nuestra vida trae seguridad, dirección, calor y disipa el pecado.
F. La Palabra de Dios, la Biblia, es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino: en momentos de duda, de inquietud, de oscuridad y desconcierto interior… podemos encontrar luz para nuestra situación concreta al meditar en la Palabra de Dios. Los montañistas, cuando emprenden una larga marcha para conquistar una cima, llevan como parte indispensable de su “kit” una linterna y una lámpara, pues les ayudará a caminar en las horas nocturnas. La Biblia debe ser parte de nuestro “kit” esencial de vida. ¿Tenemos una edición de bolsillo de los evangelios que llevamos a todas partes?

CUANDO ORES

Pensamientos de la Madre Teresa de Calcuta:

“No es lo importante lo que uno hace, sino cómo lo hace, cuánto amor, sinceridad y fe ponemos en lo que realizamos.

Cada trabajo es importante, y lo que yo hago, no lo puedes hacer tú, de la misma manera que yo no puedo hacer lo que tú haces. Pero cada uno de nosotros hace lo que Dios le encomendó.

Sólo siendo sinceros y trabajando con Dios, poniendo en ello toda nuestra alma, podremos llevar la salvación a los demás. Pero para ello es necesario que no perdamos nuestro tiempo mirando y deseando hacer lo que hacen los demás.

No es tanto lo que hacemos cuanto el amor que ponemos en lo que hacemos lo que agrada a Dios.

Mientras el trabajo sea más repugnante, mayor ha de ser nuestra fe y más alegre nuestra devoción.

No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos caudaloso si le faltara una gota”.


(Autor: Fernando Gálligo, sj. Equipo de lectio divina de la U.P.Comillas)