Espero que esto no vulnere los derechos de los autores y que pueda ayudar a la oración de los que se acercan a esta página. Recomiendo acudir a rezandovoy y descargarse los audios que permiten rezar con el evangelio del día en cualquier tiempo y lugar.
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Para comenzar
De vez en cuando necesitamos detenernos para
alimentar la sed de infinito y descubrir lo que llevamos dentro. Cada momento
de silencio y oración es una oportunidad para comprobar que formamos parte de
un todo con Dios, con lo creado y con los otros.
Me hago consciente de esa unidad con todo lo
existente mientras me dispongo a ese encuentro con Dios en este momento de
oración. Un encuentro que, como me recuerda el canto de Taizé, Da pacem
cordium, trae la paz al corazón a quien se deja encontrar con Dios.
Escuchamos el canto...
La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (17,5-10)
En
aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»
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Para hacer tuyo el evangelio...
1. La
fe, viene a decir Jesús, es una actitud, una vivencia de Dios. No tiene que ver
con la cantidad o el tamaño. Por eso, un grano de mostaza, aunque diminutos,
contiene vida, exactamente igual que la mayor de las semillas. ¿Eres consciente
de que contienes ya en tu interior, esa semilla de Dios capaz de crecer en ti y
dar mucho fruto? ¿Cómo se traduce en tu vida?
2. La
fe es capaz de arrancar de raíz cualquier cosa. Una morera o incluso algo más
fuerte: el pecado. Jesús viene a decir que el mal y el bien no son dos fuerzas
iguales. La fuerza del bien es mucho mayor. ¿Qué situaciones de injusticia en
tu entorno o en el mundo te gustaría arrancar?
3. Somos
siervos, dice Jesús. Cumplimos nuestro deber. El Señor nos recuerda que no es
mérito nuestro sino la obra de Dios. El Espíritu está vivo y es el que puede
obrar maravillas a través de ti. ¿Qué ámbitos te gustaría poner en sus manos
para que actúe en ti?
4. Como
los apóstoles, muchos seguidores de Jesús no terminamos de creer que nuestra
fe, nuestro modo de vivir, puede cambiar el mundo. La semilla de Dios es capaz
de transformar los corazones y la sociedad. Releemos de nuevo el evangelio y nos dejamos transformar por la promesa de esa semilla que sigue viva y presente.
Oración final: En tus ojos
Sólo en tus ojos puedo leer
quién soy y lo que valgo,
mientras las demás miradas
me zarandean en el vértigo
del abismo o de las cumbres.
Solo en tus manos crecer
tiene el ritmo justo
del sol en el oriente
o de la madera en el tronco
bajo la cáscara cómplice,
mientras me quiere absorber
el instante digital
donde el vértigo seduce.
Solo tu presencia,
tus tiempos y tus ritmos,
sin ansia ni porfía,
despiertan mi secreto
de vida interminable,
donde mi futuro
brota de tu misterio
sin deudas y sin ancla.
Benjamín González Buelta, sj
* Señor, auméntanos la fe para creer
que es posible, para no resignarnos a la mediocridad, para aspirar continuamente
a ser más hijos.
Habla con Jesús. Preséntale, como
los apóstoles, tu petición y tus deseos más profundos. Que esta oración te
pueda acompañar a lo largo de la semana, repitiendo, una y otra vez, ese
anhelo: Señor, aumenta mi fe...
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