lunes, 27 de mayo de 2013

El anuncio de María Magdalena y el encargo de Jesús a los discípulos

Lectio divina de Marcos 16,9-20

9Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. 10Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. 11Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
12Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. 13Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco los creyeron.
14Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado.

15Después les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia a toda la creación. 16El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. 17Estos signos que acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; 18podrán coger a las serpientes con sus manos, y aunque beban veneno no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».
 19Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 20Ellos salieron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los signos que la acompañaban. 

CUANDO LEAS

- La segunda conclusión del evangelio de Marcos (Mc 16,9-20) está escrita por un autor distinto al del conjunto de la obra. En muchas Biblias aparece bajo el epígrafe Epílogo. En realidad constituye un resumen de los relatos de aparición más relevantes para la tradición cristiana y una síntesis de lo que es e implica la experiencia de la resurrección y las dificultades para comprenderla.

- El relato comienza con la narración de la aparición a María Magdalena, primera destinataria de las apariciones (9-11). De esa narración destaca la afirmación de que ella transmite la experiencia del encuentro y que quienes habían acompañado a Jesús estaban “afligidos y lloraban”. El dolor por la ausencia del Maestro impide considerar las palabras de María e implica que no la crean.

- La incapacidad para acoger la resurrección se expresa también en el siguiente encuentro con dos discípulos (12). Esta aparición, recreada por Lucas en el pasaje del camino a Emaús (Lc 24,13-35), aporta dos elementos: el primero, que Jesús aparece bajo otra forma y el segundo, que tampoco son creídos.

- La tercera aparición, esta vez al grupo de los once, habla del reproche de Jesús. Aunque nuestra sensibilidad nos lleva habitualmente a quedarnos en él, lo que hay detrás es un importante diálogo y una nueva muestra de la confianza que ha depositado en sus discípulos. Pese a no haber creído a través de los dos anuncios anteriores, Él sigue intentando hacerse ver y reconocer por los suyos.

- Esta confianza se explicita con la renovación de la llamada a anunciar la Buena noticia. Como todo relato de envío va acompañado por los signos de autoridad: arrojar demonios, hablar nuevas lenguas, coger serpientes, ser inmune al veneno y

sanar a los enfermos. Son acciones relacionadas no solo con la actividad sino con la capacidad de discernimiento entre lo bueno y lo malo, de diálogo con los diferentes, de valentía ante la dificultad y de caridad con los más necesitados.

El final de la obra es una síntesis positiva de lo que significa la resurrección: la experiencia de la Buena Noticia, que debe ser anunciada y la certeza de la presencia constante de Jesús: “el Señor los asistía y confirmaba su palabra”. 

CUANDO MEDITES

Toda la primera parte maneja la dicotomía entre la realidad del encuentro con Jesús y la dificultad para acogerlo. También expresa de distintos modos lo difícil que es creer a los mediadores (María Magdalena y los dos discípulos) y cambiar de idea cuando se tiene la certeza de cómo han sucedido los acontecimientos (aunque esta sea errónea).
Esta sección muestra también cómo Jesús tiene múltiples formas de encuentro y modos de comunicarse y ello invita a estar abiertos y a no creer que su mensaje siempre se expresa de la misma manera y con iguales condiciones.

La segunda parte del relato implica la llamada al anuncio y constituye una paradoja con lo anterior. Jesús sigue confiando a sus seguidores la transmisión de su palabra, pese a haberse encontrado con incrédulos, con personas que no perciben su presencia, con tristes y afligidos o con aquellos que no se fían de quienes anuncian la resurrección. Y no solo eso, sino que los capacita para realizar acciones que reflejan valentía, capacidad para transformar las situaciones, lenguajes nuevos y la victoria del bien (arrojarán demonios). El relato invita a acoger la vulnerabilidad y fragilidad del creyente y a entender que Jesús no elige a personas “perfectas” sino plenamente humanas, con sus aciertos, errores y negaciones.

El final del evangelio invita a contemplar con esperanza el futuro, creyendo que la transformación es posible siempre con la participación del ser humano.

CUANDO ORES

- Agradece a Dios todas aquellas personas o situaciones que te han permitido ver que donde sólo parecía haber muerte, dolor, apatía o derrotismo, también resurgía la vida.
- Pide poder descubrir los signos de vida, de resurrección que nos rodean cada día.
- Expresa aquellas situaciones en las que has sentido cómo desde Jesús has podido ofrecer palabras o “lenguas” distintas que han servido para cambiar lo negativo en positivo, el desaliento en esperanza.
- Agradece sentir la presencia y asistencia de Jesús en aquello que realizas y ofrece aquellos hechos que  no habrían sido posibles sin su ayuda o inspiración.

-  Tras dos años orando semanalmente con el Evangelio de Marcos, agradece los momentos de encuentro, las sorpresas que su lectura ha deparado, la constante invitación a la sencillez y la llamada a profundizar en el mensaje de la Buena Noticia.

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Autora: Carmen Yebra, equipo de Lectio Divina de la UPComillas 

jueves, 23 de mayo de 2013

Dios Amante, Amado y Amor

Para orar el día de la Santísima Trinidad


Al comenzar tu oración, adopta una postura cómoda. Date cuenta de la postura y de las sensaciones de tu cuerpo. Respira sosegada y profundamente.

Percibe los latidos de tu corazón, el ritmo de tu respiración, el calor del cuerpo... Eres un ser lleno de vida. Pero no está en ti la FUENTE de la vida. Otro te sostiene en ella.
- Dedica un tiempo a darte cuenta de esta experiencia de ser sostenida…

- Ahora, puedes rezar despacio la siguiente Copla de San Juan de la Cruz:

Entreme donde no supe
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.

Yo no supe dónde entraba
pero cuando allí me vi
sin saber dónde me estaba
grandes cosas entendí
no diré lo que sentí
que me quedé no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.

De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta
era cosa tan secreta
que me quedé balbuciendo
toda ciencia trascendiendo.

Estaba tan embebido
tan absorto y ajenado
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.

El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece
cuanto sabía primero
mucho bajo le parece
y su ciencia tanto crece
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Cuanto más alto se sube
tanto menos se entendía
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer
que no llega su saber
a no entender entendiendo
toda ciencia trascendiendo.

Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber
que no hay facultad ni ciencia
que le puedan emprender
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Y si lo queréis oír
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.

Canto: Ven, Espíritu (Tierra de Bendición)


LEEMOS LA PALABRA

Juan 16,12-15

14 16Yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito para que esté con vosotros para siempre, 17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros (…)
20 Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros.
26 El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.

15 26 Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí.

16 12 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.
14 El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.
15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.
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Romanos 5,5

“… el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”

Romanos 8,14-15.26

14 En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!
26 El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
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Gálatas 4,6-7

6 La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá, Padre!” 7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, también eres heredero por voluntad de Dios.

Gálatas 5, 19-25

19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, 21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.

22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor: alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. 24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. 25 Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu.
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PARA MEDITAR

Misterio de bondad

A lo largo de los siglos, los teólogos se han esforzado por investigar el misterio de Dios ahondando conceptualmente en su naturaleza y exponiendo sus conclusiones con diferentes lenguajes. Pero, con frecuencia, nuestras palabras esconden su misterio más que revelarlo. Jesús no habla mucho de Dios. Nos ofrece sencillamente su experiencia.

A Dios Jesús lo llama “Padre” y lo experimenta como un misterio de bondad. Lo vive como una Presencia buena que bendice la vida y atrae a sus hijos e hijas a luchar contra lo que hace daño al ser humano. Para él, ese misterio último de la realidad que los creyentes llamamos “Dios” es una Presencia cercana y amistosa que está abriéndose camino en el mundo para construir, con nosotros y junto a nosotros, una vida más humana.

Jesús no separa nunca a ese Padre de su proyecto de transformar el mundo. No puede pensar en él como alguien encerrado en su misterio insondable, de espaldas al sufrimiento de sus hijos e hijas. Por eso, pide a sus seguidores abrirse al misterio de ese Dios, creer en la Buena Noticia de su proyecto, unirnos a él para trabajar por un mundo más justo y dichoso para todos, y buscar siempre que su justicia, su verdad y su paz reinen cada vez más en entre nosotros.

Por otra parte, Jesús se experimenta a sí mismo como “Hijo” de ese Dios, nacido para impulsar en la tierra el proyecto humanizador del Padre y para llevarlo a su plenitud definitiva por encima incluso de la muerte. Por eso, busca en todo momento lo que quiere el Padre. Su fidelidad a él lo conduce a buscar siempre el bien de sus hijos e hijas. Su pasión por Dios se traduce en compasión por todos los que sufren.
Por eso, la existencia entera de Jesús, el Hijo de Dios, consiste en curar la vida y aliviar el sufrimiento, defender a las víctimas y reclamar para ellas justicia, sembrar gestos de bondad, y ofrecer a todos la misericordia y el perdón gratuito de Dios: la salvación que viene del Padre.

Por último, Jesús actúa siempre impulsado por el “Espíritu” de Dios. Es el amor del Padre el que lo envía a anunciar a los pobres la Buena Noticia de su proyecto salvador. Es el aliento de Dios el que lo mueve a curar la vida. Es su fuerza salvadora la que se manifiesta en toda su trayectoria profética.
Este Espíritu no se apagará en el mundo cuando Jesús se ausente. Él mismo lo promete así a sus discípulos. La fuerza del Espíritu los hará testigos de Jesús, Hijo de Dios, y colaboradores del proyecto salvador del Padre. Así vivimos los cristianos prácticamente el misterio de la Trinidad.

 (José Antonio Pagola)
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Dios, amante, amado, amor

Dios es amor, pero ese amor no responde a nuestra idea de amor.
Dios es El que ama, el amado y el amor. Los tres a la vez.
Incomprensible para nosotros, porque en nosotros son realidades diferentes.
En nosotros siempre habrá un sujeto que ama,
un objeto amado y el amor mismo.

La creación no es más que la manifestación de ese Dios.
En toda criatura queda reflejada su manera de ser.
En todo ser creado está el amante, el amado y el amor.
El hombre tiene la capacidad de entrar conscientemente en esta dinámica.

No puede haber meta más alta que dejarse arrastrar por ese torbellino.
Es Vida en el sentido más profundo de lo que podemos entender.
Vida que me lleva más allá de mí mismo y colmaría mi ser.
Vida que colmaría mi ansia de felicidad.

(Fray Marcos)

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PARA ORAR

™ Oración: No un Dios solo

‘Sólo Dios basta’,
pero un Dios al que no basta
andar él solo por todo el universo.

Dios se nos acerca
en cada ser del cosmos,
que es para nosotros
hogar, alimento,
tarea y horizonte.

¡Comunión cósmica
que nos une a Dios
en la vida que nos llena
a través de los sentidos,
don y presencia suya
en nosotros sin medida!

Dios libre y único
en el último rincón
de callada intimidad,
donde cada persona
se hace consistente.

‘Sólo Dios basta’, pero un Dios
al que no basta andar él solo
por todo el universo.

(Fragmentos de un poema de Benjamín Glez. Buelta, sj)
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Oración: Dios

Dios, palabra que me quema los labios
y me arde amorosamente en el alma.
Dios, Ser que se me entraña cercano
y me desconcierta distante.
Dios, más íntimo a mí que ninguna otra persona,
incluida yo misma.
Dios, más inaccesible a mí que lo más lejano a mí.
Dios, nube oscura y luminosa
que ilumina la noche de mis días.

Dios, Aquel que no se puede pensar, ni imaginar,
ni contener en palabras,
pero habita mi pensamiento, mi imaginación y mis palabras
en todo tiempo.
Dios, Amor, Amor inmenso, el más grande Amor.
Dios, Amante, Amado y Amor
que me envuelve, se me derrama y se me comparte.
Dios, en Él somos, nos movemos y existimos.
Dios, Aliento, Respiro, Vida y Don.

(Conchi López, pddm)
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Nota: Remito a los artículos de diversos autores, que podremos encontrar en feadulta.com. Entre ellos, los de fray Marcos, sacerdote dominico, sobre la Trinidad.

lunes, 20 de mayo de 2013

Te seguiré callada

"Atenta a lo infinito que en mi vida ya asoma,
con la emoción en alto y la ambición sellada,
te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles, o sobre estrellas blancas".

(Julia de Burgos)


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jueves, 16 de mayo de 2013

Anuncio de la resurrección

Lectio divina de Marcos 16,1-8 

16 1Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron perfumes para  ir a  embalsamar a Jesús. 2El primer día de la semana, muy de madrugada, a la salida del sol, fueron al sepulcro. 3Iban comentando:
- ¿Quién nos correrá la losa de la entrada del sepulcro?
4Pero, al mirar, observaron que la losa había sido ya corrida, y eso que era muy grande. 5Cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas se quedaron completamente desconcertadas. 6Pero el joven les dijo:
- No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado; no está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron. 7Y ahora, marchaos. Id a decir a sus discípulos y a Pedro: “El va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os había dicho”.
8Ellas salieron huyendo del sepulcro, del susto y el temblor que les entró, y no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían. 

CUANDO LEAS

Los misterios de la Pascua de Jesús, centrados en su resurrección, constituyen el centro y el nervio de la fe cristiana. Todos los evangelios terminan con el relato de los acontecimientos pascuales, si bien su  forma de narrarlos es distinta. En Marcos encontramos, como primer evangelio que es, el relato de Pascua  más antiguo de todo el Nuevo Testamento, escrito alrededor de 35-40 años después de los sucesos. Es cierto que San Pablo, que escribe una década antes, se refiere a la resurrección de Jesús, pero no es un relato: la primera narración de Pascua procede del evangelio de Marcos. Pero no hay ningún escrito o tradición neotestamentaria, que no tenga como fundamento la fe pascual: todos desde Pablo al Apocalipsis fueron redactados a la luz de Pascua. “La creencia en la Resurrección, que germinó después del Viernes santo, ejerció una influencia difícil de precisar y extraordinariamente creativa”
 El relato de Marcos sorprende por:
*Ser muy breve, sólo ocho versículos, frente a Mateo con veinte, Lucas con cincuenta y tres y Juan con cincuenta y seis, divididos en dos capítulos.
* NO referir  aparición  alguna de Jesús resucitado. Los otros evangelios, SÍ.
* Concluir de forma abrupta, que los evangelistas posteriores reformarán.
* El importante papel que juegan las mujeres

* PERSONAJES: las mujeres, y el joven (ángel) del sepulcro, y, en cierto modo, el sepulcro vacío.

* Mujeres: Ellas determinan la unidad del relato, son sujeto de numerosas acciones: salen a comprar aromas, van al sepulcro, reflexionan por el camino, constatan que la piedra ha sido corrida, entran en el sepulcro, tienen miedo, escuchan al joven, salen, huyen, se callan: pierden su capacidad de actuar.

Marcos presta a las mujeres una atención particular en su relato, atención  que se materializa en el conjunto de escenas de las que son protagonistas, seis en total: tres en la primera parte en la que  están identificadas por sus acciones, enfermedad, etc. no por su nombre, y  tres en la segunda, en la que sí reciben nombre: Mª Magdalena, Mª la de Cleofás, Mª la madre de Santiago el Menor y de José, Salomé. Y la mujer de Betania que unge a Jesús será recordada precisamente por esa acción y así constará  siempre.

La identificación de personajes es peculiar en Marcos. Hasta el cap. 8 el único “personaje secundario positivo” que identifica por su nombre es Jairo ¿en razón de su importancia social?, mientras  en los episodios de Jerusalén identifica a todos: Bartimeo, Simón el Leproso, Simón el Cirineo, José de Arimatea y las mujeres como hemos visto. Con la identificación de estos personajes, Marcos enfatiza el que la gente adquiere su total identidad en actos de servicio.

* Joven (ángel) del sepulcro: La presencia del mensajero celestial y su anuncio será una segunda sorpresa, la primera fue la piedra corrida. Se trata de una teofanía según el modelo de las teofanías del Antiguo Testamento, y, como en aquellas, el encuentro con la manifestación de lo divino, suscita  temor, asombro, miedo. Las mujeres iban preparadas para llorar al amigo y maestro muerto, no para escuchar que Dios ha intervenido y ha resucitado al crucificado. De ahí su desorientación, su incomprensión invencible. Frente a esta actitud de las mujeres está la confianza del Dios del Resucitado que pone en sus manos, precisamente, su mensaje y su promesa: "Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro … a Galilea… lo verán, como él les dijo”.

* El sepulcro vacío. El relato sobre el sepulcro abierto y vacío, es el único relato de Pascua compartido por los tres sinópticos. En Marcos tenemos la narración que unifica las tradiciones previas e independientes del sepulcro vacío procedentes de Jerusalén, y las apariciones de Jesús procedentes de Jerusalén. El hallazgo del sepulcro vacío no funda la fe en la Resurrección de Jesús, ya que, por sí mismo, tiene un valor ambiguo.

CUANDO MEDITES

*Actualiza dentro de ti: Únicamente la acogida atenta y continua en nuestro interior de la Palabra, leída y releída,  puede conseguir la conversión del corazón. El contacto personal con la Palabra no puede ser sustituido por ningún comentario, aunque éstos ayuden a la comprensión del texto y faciliten su entendimiento.
* La conversión al Dios que resucitó al Crucificado fracasado, nos exige un compromiso a favor de nuestros semejantes en la medida en que sea posible. Sin este compromiso ¿cómo puede ser creíble nuestro discurso sobre la resurrección de Jesús.
* Volver a Galilea. Galilea es el lugar donde comenzó Jesús el camino de la Buena Noticia que culminó en Jerusalén. Nuestro Galilea significa hacer nuestro su camino, o, ¿acaso me despisté en el camino y por eso no hay encuentro con  el Resucitado?
*Comprender y vivir el misterio de vida y muerte de Jesús NO es posible si no estamos abiertos a la fraternidad y al servicio, porque la relación sencilla con la gente, los gestos de fraternidad y el clima de servicio, son lugares especialmente adecuados para captar el asombro de la Pascua de Jesús.

CUANDO ORES

* Da gracias por la resurrección de Jesús, porque desvela la intervención amorosa de un Dios que se sitúa más allá de la muerte, en la vida; la resurrección anuncia que “el amor es más fuerte que la muerte”.
* Da gracias por tu propia resurrección porque es promesa y esperanza.
* Tratemos de aprender de Jesús, crucificado y resucitado, a abandonarnos más allá de nuestras fuerzas en los brazos de un Dios con rostro de Padre, un “Dios que es siempre amor otorgado… desde la lógica del exceso y del don”.

 ORACIÓN:   Salmo 139, 1-14

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Autora: Trinidad Brunet, equipo de Lectio Divina de la UPComillas

lunes, 13 de mayo de 2013

Veinte pasos hacia adelante

Tengo entre manos un libro sencillo y encantador de Jorge Bucay, Veinte pasos hacia adelante, Integral 2007. Lo recomiendo especialmente a un amigo que, alguna vez, me pide lecturas aprovechables y, a ser posible, amenas. Este libro reúne las dos características. Está escrito con gran simpatía y sentido del humor, vertido en los cuentos sabios que ilustran cada capítulo. Está escrito en lenguaje coloquial y sus páginas transparentan amor a la vida y a la realidad, tal como es y en la posibilidad que siempre es.
En palabras del mismo Jorge Bucay, sus libros están escritos como una propuesta y una herramienta para que te ocupes de sentirte cada vez más vivo y para que te trabajes en volverte cada vez más sabio.
Viva y sabia... ¿Quién no quiere sentirse y volverse así?

Los veinte pasos son:
Paso 1: Trabaja en conocerte
Paso 2: Decide tu libertad
Paso 3: Ábrete al amor
Paso 4: Deja fluir la risa
Paso 5: Aumenta tu capacidad de escuchar
Paso 6: Aprende a aprender con humildad
Paso 7: Sé cordial siempre
Paso 8: Ordena lo interno y lo externo
Paso 9: Transfórmate en un buen vendedor
Paso 10: Elige buenas compañías

Paso 11: Actualiza lo que sabes sin prejuicios
Paso 12: Sé creativo
Paso 13: Aprovecha el tiempo
Paso 14: Evita las adicciones y apegos
Paso 15: Corre solamente los riesgos evaluados
Paso 16: Aprende a negociar lo imprescindible
Paso 17: Iguala sin competir
Paso 18: No temas al fracaso
Paso 19: Vuelve a empezar
Paso 20: No dudes del resultado final

Dirás que no son nada nuevo, nada original, y es verdad. Pero siempre viene bien volver sobre lo importante de la vida de un modo estimulante y nada cansado.
Dirás quizá también que le falta la dimensión espiritual religiosa. Es cierto. Pero es que no se trata de un libro de espiritualidad sino de psicología narrativa humanista.
En el libro hay cuentos que ya conocía, muy repetidos. Y otros que me han sorprendido e incluso me han estremecido. En todo caso, es una invitación y un estímulo a una vida fluída, no envarada. A una vida que crece con gozo, no estancada. A una vida simple, quizá no exitosa, pero libre y modestamente feliz.


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jueves, 9 de mayo de 2013

Subió al cielo para llenarlo todo

Lectura orante de Lucas 24,46-53

* Canto: El Espíritu del Señor 

(lam C 2)
- Para escuchar el canto en youtube: Kairoi, El Espíritu del Señor

Lucas 24,46-53

46 Jesús dijo a sus discípulos: “Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día 47 y se predicará en su nombre la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
48 Vosotros sois testigos de esto. 49 Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte, permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza que viene de lo alto.”

50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51 Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran alegría, 53 y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.

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Hechos 1, 1-11

1 El primer libro lo escribí, Teófilo, sobre todo lo que Jesús hizo y enseñó desde un principio 2 hasta el día en que, después de haber dado instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había  elegido, fue llevado al cielo.
3 A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios.
4 Mientras estaba comiendo con ellos, les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre, «que oísteis de mí: 5 Que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días».

6 Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es en este momento cuando vas a restablecer el Reino de Israel?» 7 El les contestó: «A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad, 8 sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.»

9 Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos. 10 Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco 11 que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.»
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Efesios 4,9-10

9 ¿Qué quiere decir «subió» sino que también bajó a las regiones inferiores de la tierra? 10 Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.
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CUANDO LEAS
- Contemplamos, en nuestra oración de hoy, las dos narraciones que Lucas hace de la Ascensión del Señor, al final de su evangelio y en el comienzo del libro de los Hechos.
- El evangelio de Lucas termina con la despedida de Jesús en la que les explica las Escrituras, abriendo sus inteligencias para que pudieran comprender lo referente a Él en Moisés, los profetas y los salmos, es decir, en toda la Escritura hebrea (v.45), y con la promesa del Espíritu Santo, que les dará la fuerza necesaria para ser testigos de su Evangelio hasta los confines del mundo.
- Jesús asciende al Padre al tiempo que bendice a sus discípulos. La bendición es una palabra y un gesto de recreación. Quien te bendice te construye en lo mejor de ti mismo, en tu verdadera identidad.
Sabernos bendecidos nos hace personas que saben bendecir, a Dios, a los otros, y toda la realidad.
- Lucas comienza narrando el descenso del Verbo en la encarnación, en el vientre de María, y termina con el ascenso al Padre. Éste es el itinerario de todo discípulo: descender con Jesús a todos los lugares de su presencia (entre los pobres y necesitados, entre los últimos…) para ascender al Padre, al final de nuestro itinerario en este mundo.
- El libro de los Hechos narra el mismo acontecimiento pascual de la ascensión y añade que los discípulos se quedaron mirando al cielo, mientras que los hombres vestidos de blanco les alientan a bajar a la vida con la esperanza de que Jesús volverá. Invitación a la esperanza y al compromiso con la historia.
- La ascensión no es ausencia sino un nuevo modo de Presencia más plena: subió al cielo para llenarlo todo, dice la carta a los Efesios.

CUANDO MEDITES

- La Ascensión de Jesús supone el triunfo del amor. El que por amor había descendido a la miseria humana ahora, por la fuerza del amor, asciende hasta el corazón del Padre y recibe el nombre de Señor igual al Padre (cf. Filipenses 2, 1ss).
- La categoría de ascensión se puede traducir por “comunión”. No es que Cristo suba muy alto, sino que entra muy dentro. Penetra en el corazón de Dios, de la humanidad, de todas las cosas. Y será fermento de comunión hasta que todo y todos nos unamos en él.
- La ausencia física de Cristo es Presencia resucitada, una presencia viva y transformante. Cristo está presente por el don de su Espíritu, hasta el punto de que, estando habitados por Él, podemos decir “no soy yo quien vive sino que es Cristo quien vive en mí” (Jn 16,15; Gál 2,20). Cristo presente en su Palabra, luz para nuestro camino (Jn 14,23). Está presente en el Pan partido (Jn 6,56-57). Está presente en los hermanos (Mt 18,20; 10,40). Está presente en los pobres, en los pequeños y en quienes nos necesitan (Mt 25,35-45). Está presente en todo y en todos, más íntimamente y sin limitación de espacio y de tiempo…
¿Cómo vivo ese amor, esa comunión, esa Presencia?
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De Teilhard de Chardin sobre la presencia de Cristo en todos

Cristo me agota por completo con su mirada. Con la misma presencia penetra a los que me rodean y a quienes amo. Gracias a Él, como en un Medio divino, me uno a los demás por dentro de ellos mismos; puedo obrar sobre ellos a través de todos los recursos de mi vida.

Cristo nos liga y nos manifiesta los unos a los otros.

Lo que mi boca no es capaz de hacer comprender a mi hermano o a mi hermana, Él se lo dirá mejor que yo. Lo que mi corazón desea para ellos, con inquieto e impotente ardor, Él se lo otorgará, si es bueno. Lo que los hombres no pueden escuchar de mi voz demasiado débil, o a la que cierran sus oídos para no escuchar, tengo yo el recurso de confiárselo a Cristo, que habrá de repetírselo, algún día, a su corazón. Si esto es así, yo puedo morir tranquilo con mi ideal, ser enterrado con la visión que yo quería hacer compartir a los demás.
Cristo recolecta, para la vida por venir, las ambiciones sofocadas, las claridades incompletas, los esfuerzos frustrados, o desafortunados, pero sinceros.

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Una pastoral de la bondad

(José Antonio Pagola)
Son los últimos momentos de Jesús con los suyos. Enseguida los dejará para entrar definitivamente en el misterio del Padre. Ya no los podrá acompañar por los caminos del mundo como lo ha hecho en Galilea. Su presencia no podrá ser sustituida por nadie. Jesús solo piensa en que llegue a todos los pueblos el anuncio del perdón y la misericordia de Dios. Que todos escuchen su llamada a la conversión. Nadie ha de sentirse perdido. Nadie ha de vivir sin esperanza.
Todos han de saber que Dios comprende y ama a sus hijos e hijas sin fin. ¿Quién podrá anunciar esta Buena Noticia?
Según el relato de Lucas, Jesús no piensa en sacerdotes ni obispos. Tampoco en doctores o teólogos. Quiere dejar en la tierra “testigos”. Esto es lo primero: “vosotros sois testigos de estas cosas”. Serán los testigos de Jesús los que comunicarán su experiencia de un Dios bueno y contagiarán su estilo de vida trabajando por un mundo más humano.
Pero Jesús conoce bien a sus discípulos. Son débiles y cobardes. ¿Dónde encontrarán la audacia para ser testigos de alguien que ha sido crucificado por el representante del Imperio y los dirigentes del Templo? Jesús los tranquiliza: “Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido”. No les va a faltar la “fuerza de lo alto”. El Espíritu de Dios los defenderá.
Para expresar gráficamente el deseo de Jesús, el evangelista Lucas describe su partida de este mundo de manera sorprendente: Jesús vuelve al Padre levantando sus manos y bendiciendo a sus discípulos. Es su último gesto. Jesús entra en el misterio insondable de Dios y sobre el mundo desciende su bendición.
A los cristianos se nos ha olvidado que somos portadores de la bendición de Jesús. Nuestra primera tarea es ser testigos de la Bondad de Dios. Mantener viva la esperanza. No rendirnos ante el mal. Este mundo que parece un “infierno maldito” no está perdido. Dios lo mira con ternura y compasión.
También hoy es posible buscar el bien, hacer el bien, difundir el bien. Es posible trabajar por un mundo más humano y un estilo de vida más sano. Podemos ser más solidarios y menos egoístas. Más austeros y menos esclavos del dinero. La misma crisis económica nos puede empujar a buscar una sociedad menos corrupta.
En la Iglesia de Jesús hemos olvidado que lo primero es promover una “pastoral de la bondad”. Nos hemos de sentir testigos y profetas de ese Jesús que pasó su vida sembrando gestos y palabras de bondad. Así despertó en las gentes de Galilea la esperanza en un Dios Salvador. Jesús es una bendición y la gente lo tiene que conocer.

CUANDO ORES

Oración: Como subiendo

Se arranca de los suyos, los bendice,
¡qué fuertes son sus manos protectoras!
Los últimos consejos y promesas,
¡qué riqueza de dones preparados!

La Ascensión del Señor, como subiendo
hasta la meta amada, el Corazón
de su Padre, en las alas del Espíritu;
la entrada en el misterio del Amor,
la comunión con Dios y con el Todo;
la plenitud de Cristo, Alfa y Omega,
la fuerza convergente, centro cósmico,
comunión con el mundo, con las cosas.

Haz que llueva tu Espíritu, Señor,
esa Nube sagrada en que te fuiste;
haznos testigos de tu nombre, Cristo,
encarnando tu amor y tu palabra,
hasta el día en que vuelvas a nosotros.

(Un manantial de amor inagotable. Cuaresma y Pascua, Caritas 1998)

Oración: Sigues aquí

Curiosa forma de quedarte, Señor,
sin imponer tu presencia,
sin apagar la sed,
sin convertir la fe en evidencia.
Y curiosa forma de irte
sin atarnos a la ausencia,
sin dejarnos solos,
sin forjar tristezas.

Y así, de ese modo,
ausencia y presencia
siembran en nosotros
hambre de respuestas.

Tú que eres Plenitud, lléname.
Tú que eres Centro, céntrame en ti.
Rebósame de Ti y muéstrame tu rostro.
Hazme capacidad.
Hazme silencio.
Hazme tú. Y eres espíritu,
aliento, fuerza.

Eres la palabra
que a veces aquieta
y a veces golpea.
Eres el silencio
poblado de historias,
eres la justicia
que llama a la puerta,
eres un profeta
pidiendo justicia,
eres el soldado
sin arma ni guerra.

Por eso te fuiste,
y así te nos quedas.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj
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* Canto: Pequeñas aclaraciones



- Para escuchar el canto en youtube: Laura Yáñez
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lunes, 6 de mayo de 2013

Jesús muere en la cruz

Lectio divina de Mc 15,33-47

33 Al mediodía se oscureció todo el territorio hasta media tarde. 34 A esa hora Jesús gritó con voz potente: ---Eloi, eloi, lema sabactani, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 35 Algunos de los presentes, al oírlo, comentaban: ---Está llamando a Elías. 36 Uno empapó una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le ofreció de beber diciendo: -¡Quietos! A ver si viene Elías a librarlo. 37Pero Jesús, lanzando un grito, expiró. 38 El velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo. 39 El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo expiró, dijo: -Realmente este hombre era Hijo de Dios.
40 Estaban allí mirando a distancia unas mujeres, entre ellas María Magdalena, María, madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, 41 quienes, cuando estaba en Galilea, le habían seguido y servido; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén. 42 Ya anochecía; y como era el día de la preparación, víspera de sábado, 43José de Arimatea, consejero respetado, que esperaba el reinado de Dios, tuvo la osadía de presentarse a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. 44 Pilato se extrañó de que ya hubiera muerto. Llamó al centurión y le preguntó si ya había muerto. 45 Informado por el centurión, le concedió el cuerpo a José. 46 Éste compró una sábana, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. 47 María Magdalena y María de José observaban dónde lo habían puesto.

CUANDO LEAS

1.- Muerte de Jesús:

Tinieblas: A mediodía, cuando el sol está en lo más alto, todo se llena de tinieblas que duran hasta media tarde. Nada ocurre durante este tiempo. Las tinieblas eran uno de los signos que anuncian el día del Señor (Am 5,18-20; Am 8,9).
Sucederá aquel día, oráculo del Señor- que en pleno día yo haré ponerse el sol y cubriré la tierra de tinieblas en la luz del día. Trocaré en duelo vuestras fiestas…; lo haré como duelo de hijo único. (Am 8,9-10)
Oración de Jesús: Marcos pone en labios de Jesús el salmo 22. Aunque sólo cita el primer verso todo el salmo estaría en la boca o el corazón de Jesús. Jesús como el salmista reza a Dios y quiere permanecer unido a Él justo en el momento en que lo siente más lejano. La oración de Jesús viene interpretada por sus enemigos como invocación de ayuda a Elías, gran intercesor para el pueblo de Israel en situaciones imposibles.
Exhala el Espíritu: El Espíritu que ha guiado a Jesús durante toda su vida es entregado en el momento de la muerte. El Espíritu Santo que bajó sobre Él en el Bautismo y le empujó al desierto (Mc 1,10.12) es entregado al Padre. Así concluye el camino de Jesús en la tierra.
Velo del templo:  El velo del templo ha sido desgarrado, acción que se atribuye a Dios. Aquí se confirma la autoridad de Jesús sobre el templo, autoridad por la cual había sido acusado ante el sanedrín:  Le hemos oído decir: destruiré este templo, hecho por manos humanas, y en tres días construiré otro no hecho por manos humanas. (Mc 14,58).
Confesión del centurión:  Un centurión, soldado pagano, confiesa la identidad de Jesús como el Hijo de Dios. Este es el título que el evangelista da a Jesús desde el principio (Mc 1,1: comienzo del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios). Que Dios Padre también da a Jesús en el Bautismo (Mc 1,11: Este es mi Hijo amado, en ti me complazco) y en la Transfiguración (Mc  9,7: Este es mi Hijo amado, escuchadle). Aquí aparece, por primera vez, este título, en boca de un hombre, y además, extranjero.
Mujeres mirando: Este grupo de mujeres, de las cuales sólo se nombra a tres, resumen toda la actividad de Jesús en Galilea (Mc 1, 14-8,26) y el camino hacia Jerusalén (Mc 8,27-10,52). La presencia de las mujeres hace todavía más evidente la no presencia de los discípulos.

2.- Descendimiento y sepultura de Jesús:

José de Arimatea pide el cuerpo de Jesús a Pilato y le da sepultura. Pilato, después de asegurarse por el centurión de que estaba muerto, se lo entrega. El último gesto que Jesús recibe de los hombres no es la tortura y crucifixión sino este servicio de amor al enterrarlo. Las mujeres presentes ante la tumba de Jesús serán un signo de resurrección.

CUANDO MEDITES

- Nos situamos junto a las mujeres,  ¿cómo contemplamos a Jesús?, ¿cómo ha sido nuestro seguimiento y servicio?, ¿qué significaba subir con Jesús a Jerusalén?
¿Con quién te identificas más: con el centurión pagano, con José de Arimatea o con las mujeres?, ¿Por qué?

CUANDO ORES

1-2 ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?, te queda lejos mi clamor, el rugido de mis palabras.3Dios mío, te llamo de día y no respondes, de noche, y no me doy tregua;4aunque tú habitas en el santuario, alabanza de Israel.5En ti confiaban nuestros padres, confiaban y los ponías a salvo; 6a ti gritaban y quedaban libres, en ti confiaban y no los defraudabas. 7Pero yo soy un gusano, no un hombre: afrenta de la gente, despreciado del pueblo; 8al verme se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza: 9Acudió al Señor, que lo ponga a salvo, que lo libre si tanto lo quiere.10Fuiste tú quien me sacó del vientre, me tenías confiado a los pechos de mi madre;11desde el seno me arrojaron a ti desde el vientre materno tú eres mi Dios.12No te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre.  (Salm 22, 1-12).



C.f. K. STOCK, Marco Comento contestuale al secondo Vangelo. Roma 22010. 342-349 .

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Autora: Azucena Fernández, equipo de Lectio Divina de la UPComillas