Lectio divina de Marcos 16,9-20
9Jesús, que había resucitado a la mañana del primer
día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. 10Ella fue a
contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y
lloraban. 11Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo
había visto, no la creyeron.
12Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que
iban caminando hacia un poblado. 13Y ellos fueron a anunciarlo a los
demás, pero tampoco los creyeron.
14Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les
apareció y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían
creído a quienes lo habían visto resucitado.
15Después les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena
Noticia a toda la creación. 16El que crea y se bautice, se salvará.
El que no crea, se condenará. 17Estos signos que acompañarán a los
que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; 18podrán
coger a las serpientes con sus manos, y aunque beban veneno no les hará ningún
daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».
19Después de decirles esto, el
Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 20Ellos
salieron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su
palabra con los signos que la acompañaban.
CUANDO
LEAS
- La segunda conclusión del evangelio
de Marcos (Mc 16,9-20) está escrita por un autor distinto al del conjunto de la
obra. En muchas Biblias aparece bajo el epígrafe Epílogo. En realidad constituye un resumen de los relatos de
aparición más relevantes para la tradición cristiana y una síntesis de lo que
es e implica la experiencia de la resurrección y las dificultades para comprenderla.
- El relato comienza con la narración
de la aparición a María Magdalena, primera destinataria de las apariciones
(9-11). De esa narración destaca la afirmación de que ella transmite la
experiencia del encuentro y que quienes habían acompañado a Jesús estaban “afligidos
y lloraban”. El dolor por la ausencia del Maestro impide considerar las
palabras de María e implica que no la crean.
- La incapacidad para acoger la
resurrección se expresa también en el siguiente encuentro con dos discípulos
(12). Esta aparición, recreada por Lucas en el pasaje del camino a Emaús (Lc
24,13-35), aporta dos elementos: el primero, que Jesús aparece bajo otra forma
y el segundo, que tampoco son creídos.
- La tercera aparición, esta vez al
grupo de los once, habla del reproche de Jesús. Aunque nuestra sensibilidad nos
lleva habitualmente a quedarnos en él, lo que hay detrás es un importante
diálogo y una nueva muestra de la confianza que ha depositado en sus
discípulos. Pese a no haber creído a través de los dos anuncios anteriores, Él
sigue intentando hacerse ver y reconocer por los suyos.
- Esta confianza se explicita con la
renovación de la llamada a anunciar la Buena noticia. Como todo relato de envío
va acompañado por los signos de autoridad: arrojar demonios, hablar nuevas
lenguas, coger serpientes, ser inmune al veneno y
sanar a los enfermos. Son acciones
relacionadas no solo con la actividad sino con la capacidad de discernimiento
entre lo bueno y lo malo, de diálogo con los diferentes, de valentía ante la
dificultad y de caridad con los más necesitados.
El final de la obra es una síntesis
positiva de lo que significa la resurrección: la experiencia de la Buena
Noticia, que debe ser anunciada y la certeza de la presencia constante de
Jesús: “el Señor los asistía y confirmaba su palabra”.
CUANDO
MEDITES
Toda la primera parte maneja la
dicotomía entre la realidad del encuentro con Jesús y la dificultad para
acogerlo. También expresa de distintos modos lo difícil que es creer a los
mediadores (María Magdalena y los dos discípulos) y cambiar de idea cuando se tiene
la certeza de cómo han sucedido los acontecimientos (aunque esta sea errónea).
Esta sección muestra también cómo
Jesús tiene múltiples formas de encuentro y modos de comunicarse y ello invita
a estar abiertos y a no creer que su mensaje siempre se expresa de la misma manera
y con iguales condiciones.
La segunda parte del relato implica la
llamada al anuncio y constituye una paradoja con lo anterior. Jesús sigue
confiando a sus seguidores la transmisión de su palabra, pese a haberse
encontrado con incrédulos, con personas que no perciben su presencia, con
tristes y afligidos o con aquellos que no se fían de quienes anuncian la
resurrección. Y no solo eso, sino que los capacita para realizar acciones que
reflejan valentía, capacidad para transformar las situaciones, lenguajes nuevos
y la victoria del bien (arrojarán demonios). El relato invita a acoger la
vulnerabilidad y fragilidad del creyente y a entender que Jesús no elige a
personas “perfectas” sino plenamente humanas, con sus aciertos, errores y negaciones.
El final del evangelio invita a
contemplar con esperanza el futuro, creyendo que la transformación es posible
siempre con la participación del ser humano.
CUANDO
ORES
- Agradece a Dios todas aquellas
personas o situaciones que te han permitido ver que donde sólo parecía haber
muerte, dolor, apatía o derrotismo, también resurgía la vida.
- Pide poder descubrir los signos de
vida, de resurrección que nos rodean cada día.
- Expresa aquellas situaciones en las
que has sentido cómo desde Jesús has podido ofrecer palabras o “lenguas”
distintas que han servido para cambiar lo negativo en positivo, el desaliento
en esperanza.
- Agradece sentir la presencia y
asistencia de Jesús en aquello que realizas y ofrece aquellos hechos que no habrían sido posibles sin su ayuda o
inspiración.
-
Tras dos años orando semanalmente con el Evangelio de Marcos, agradece
los momentos de encuentro, las sorpresas que su lectura ha deparado, la
constante invitación a la sencillez y la llamada a profundizar en el mensaje de
la Buena Noticia.
............................
Autora: Carmen Yebra, equipo de Lectio Divina de la UPComillas