miércoles, 23 de febrero de 2011

Y no dejaron de adorar a los ídolos...

Lectio divina de Apocalipsis 9, 1-21


La quinta trompeta
La plaga de las langostas


1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella caída del cielo a la tierra. Y le fue dada la llave del pozo del abismo, 2 y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscurecieron el sol y el aire por el humo del pozo. 3 Del humo salieron langostas hacia la tierra, y les fue dado poder como el poder que tienen los escorpiones de la tierra. 4 Se les dijo que no hicieran daño a la hierba ni a nada verde ni a ningún árbol, sino solo a las personas que no llevan el sello de Dios en la frente. 5 Y les fue dado poder no para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. Y su tormento es como el tormento de escorpión cuando pica a un hombre. 6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán; desearán morir, y la muerte huirá de ellos. 7 Y el aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; llevan en la cabeza una especie de coronas que parecen de oro y sus rostros eran como rostros humanos.
8 Y tenían cabellos como cabellos de mujer y sus dientes eran como de león. 9 Y, tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como el ruido de carros con muchos caballos que corren al combate. 10 Tienen colas como de escorpiones, y aguijones y en sus colas reside su poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11 Tienen como rey sobre ellos al ángel del abismo; en hebreo su nombre es Abaddón, y en griego, Apolíon.
12 El primer ¡ay! ha pasado; mira que vienen todavía dos después de esto.


La sexta trompeta.
La caballería infernal


13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios. 14 Y le decía al sexto ángel, al que tenía la trompeta: “Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río, el Eufrates”. 15 Quedaron sueltos los cuatro ángeles que estaban preparados para aquella hora y día y mes y año, para matar a la tercera parte de los hombres.16 Y el número de las tropas de caballería era doscientos millones; yo oí su número. 17 En la visión vi así a los caballos y a sus jinetes: tenían corazas de fuego, jacinto y azufre; las cabezas de los caballos eran como cabezas de león, y de sus bocas sale fuego, humo y azufre. 18 Por estas tres plagas que salían de su boca, fuego, humo y azufre, murió la tercera parte de los hombres. 19 Pues el poder de los caballos está en su boca y también en sus colas, ya que sus colas parecen serpientes con cabezas, y con ellas hacen daño. 20 El resto de los hombres, los que no murieron por estas plagas, tampoco se arrepintieron de las obras de sus manos, no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro y plata, bronce, piedra y madera, que no ven ni oyen ni andan. 21 No se arrepintieron tampoco de sus homicidios ni de sus hechicerías ni de su fornicación ni de sus robos.


CUANDO LEAS


Recuerda que los capítulos 6-9 forman un todo. A medida que el Cordero abre los sellos del Libro (caps. 6-8,1) y resuenan las trompetas (cap. 8,2-9), se desarrolla la visión de los acontecimientos que anuncian y preparan el desastre del Imperio Romano, prototipo de los enemigos de Dios. Hay una nueva liturgia celeste caracterizada por siete toques de trompeta, capítulos 8-9; cap. 11, 15-18. Con la apertura del séptimo sello, comienza el desarrollo de un nuevo simbolismo numérico de catástrofes anunciadas por 7 trompetas, y el surgimiento de una primera Bestia que guerreará con dos Testigos. En el cp. 8 leíamos el efecto negativo del toque de las cuatro primeras trompetas: se despliegan una serie de plagas, una evocación de las plagas de Egipto.


En el capítulo que hoy oramos el autor del Apocalipsis muestra una imaginación desbordante. Toma la descripción del profeta Joel (Jl 1-2) de una plaga de langosta y la reinventa resaltando la deformidad terrorífica: del pozo sale humo, del humo saltamontes, los saltamontes semejan caballos deformes con colas como escorpiones…


El autor compone el texto con alusiones bíblicas: el astro caído es un ángel (Is 14,12: Lc 10,18), humareda como la de Sodoma (Gn 19,28; Is 34, 9-10); los saltamontes actúan de forma selectiva (dañan a los incrédulos; pero se les prohíbe hacer daño a los ciento cuarenta y cuatro mil (Ex 10, 12-15), las calamidades son tan terribles que la vida se convierte en nausea, es más grave que la muerte (Job 3,21), el rey de este ejército maligno es “Perdición” o “Destrucción” (“Exterminador”)… Se trata de la eclosión del mal como una vorágine in crescendo, la tremenda potencia del mal en la historia.


Los cuatro ángeles, las fuerzas naturales desencadenan su fuerza destructiva. El gran río Eufrates de unos 2800 km de largo; es el más largo de Asia occidental y marca la frontera oriental de la tierra prometida (Gn 15,18). La sexta trompeta intensifica la plaga de la quinta trompeta al dar a los ejércitos el poder no sólo de causar dolor, sino de matar. Fuego sugiere el color rojo, jacinto azul oscuro y azufre amarillo. Las corazas pudieran haber sido multicolores: rojo, azul, amarillo; o, de un solo color.


A pesar de la matanza los hombres no se convierten (Sal 115, 4-7): homicidios, hechicerías, inmoralidad, robos. Los términos describen corrupción y adoración de tipo demoníaco y violación de los diez mandamientos. Hechicerías (gr. farmakeín) significa brujería y tal vez se refiere a drogas para adivinación, o curación por medio de actividades demoníacas.


Todo se orienta hacia la conversión vertical: adorar al único Dios y tenerlo sólo a Él como Señor y horizontal: no practicar la injusticia, robo, homicidio y la opresión al prójimo.


CUANDO MEDITES


• ¿Cómo leemos este texto hoy día? ¿Nos dejamos llevar de las calamidades, de los agobios, o vamos más allá? Reflexión sobre la potencia del mal en nuestra historia. Mal que tiene un origen: es el destructor.
• Nos dice el comentario de “La Casa de la Biblia”: “No proviene de Dios, sino que es algo consustancialmente demoníaco; tan enorme es su fuerza que no puede provenir de un hombre, sino de una instancia más potente y antihumana… el Gran Dragón… Diablo” (pg. 713).
• Todo sucede bajo el control de Dios y el tiempo de la calamidad será limitado. Por ello el relato no pretende acrecentar la desesperación de la comunidad cristiana, sí invitar a una profunda conversión…



CUANDO ORES


Pide al Señor que te conceda el deseo de conversión profunda, para contribuir con tu vida, tu acción, tu palabra a que su proyecto sobre el mundo se haga realidad. Desea recibir el Espíritu de discernimiento que te oriente para encontrar el camino en la oscuridad del mal. Da gracias por tantas personas que se comprometen en este proyecto en el mundo. Por tantos que saben dar incluso la vida por aquello en lo que creen, por los que están dispuestos a una verdadera conversión. Alaba a Dios porque su salvación es para todos, porque su venida es la salvación de todo mortal y eso es Buena Noticia.


(Quique Climent, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)

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