(Anuncio de María Magdalena)
“El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando todavía estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto” (Jn 20,9ss)
Escuchad, no estéis ya con las puertas
cerradas,
sacudid vuestros miedos, alegrad la
mirada:
no ha vencido la muerte a Aquel que es
la Vida.
Ya no está en el sepulcro, ha vencido
el Viviente.
Está aquí con nosotros el Señor que
nos ama.
Ha cesado mi llanto al nacer la
mañana.
Fui de noche a la tumba dando tumbos y
a oscuras
y Él me dejó radiante, sin temores ni
dudas.
-¡María!
- ¡Rabbuni!
-¡María!
- ¡Rabbuni!
¡He
visto al Señor! ¡He escuchado al Señor!
¡He
tocado al Señor! ¡Y me envió a vosotros!
No podía estar muerto, el amor lo
decía.
Y en el huerto mi nombre resonó en
aquel día.
Se me quitó la losa del dolor y la
ausencia
y corrí a abrazarlo, a aferrar su
presencia.
Madrugué para buscarte, mi Señor y
Maestro.
Encontré mi tesoro, a mi Dios y mi
todo.
Quédate con nosotros, camina a nuestro
lado,
Que seamos reflejo de tu amor
entregado.
-¡María!
- ¡Rabbuni!
-¡María!
- ¡Rabbuni!
¡He
visto al Señor! ¡He escuchado al Señor!
¡He
tocado al Señor! ¡Y me envió a vosotros!
¡He
visto al Señor! ¡He escuchado al Señor!
¡He
tocado al Señor!
¡Y me envió a anunciar QUE VI-VE!
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