Presento, en este post, los materiales para la oración y reflexión que ofrece la web oficial del 50 Congreso Eucarístico internacional, que tendrá lugar en Dublín (10-17 de junio de
2012), y cuyo lema es "Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros".
Estos materiales pueden ayudarnos a preparar alguna "Hora de oración eucarística", o para la oración personal y la preparación del corazón a la fiesta del Cuerpo del Señor que celebraremos el próximo domingo, 10 de junio.
Reunidos para una
Hora Santa
Hay una abundancia de material sobre los orígenes y el propósito de la devoción eucarística fuera de la celebración de la Eucaristía, por lo que aquí se ofrece sólo un pensamiento sobre la dinámica de una Hora Santa y una sugerencia de cómo se podría llevar a cabo. El formato es, generalmente: - Himno Eucarístico - Exposición - Adoración - Bendición - Retirada del Santísimo
Esta dinámica puede incluir: • Un himno adecuado.
• Bienvenida y presentación. Dado que el objetivo de 'Adoración' es volver a revivir y prolongar la experiencia de la comunión eucarística que comenzó en la Misa, la asamblea podría ser invitada a recordar un caso reciente en el que reconoció a Jesús en la fracción del pan.
• Exposición del Santísimo Sacramento.
• El tiempo de la adoración silenciosa. Para enriquecer la experiencia de la asamblea podría incluir una invitación para que Jesús, que es la Verdad, el Camino y la Vida, dirija nuestra oración.
1. Jesús, que es la Verdad, habla: la proclamación de un breve pasaje de la Escritura
- tal vez de la historia de Emaús y la cena de aquella noche, o cualquier otro
pasaje relacionado con la "comunión". Dejemos después suficiente tiempo para la reflexión personal.
2. Jesús, que es el Camino, conduce: una invitación a reflexionar sobre cómo la comunión con el Señor y con la comunidad cristiana es visible y ha sido un apoyo en la camino de la vida hasta este momento.
3. Jesús, que es la Vida, sostiene: podemos invitar a orar en silencio o de forma compartida, por las necesidades de la humanidad…
Hay una abundancia de material sobre los orígenes y el propósito de la devoción eucarística fuera de la celebración de la Eucaristía, por lo que aquí se ofrece sólo un pensamiento sobre la dinámica de una Hora Santa y una sugerencia de cómo se podría llevar a cabo. El formato es, generalmente: - Himno Eucarístico - Exposición - Adoración - Bendición - Retirada del Santísimo
Esta dinámica puede incluir: • Un himno adecuado.
• Bienvenida y presentación. Dado que el objetivo de 'Adoración' es volver a revivir y prolongar la experiencia de la comunión eucarística que comenzó en la Misa, la asamblea podría ser invitada a recordar un caso reciente en el que reconoció a Jesús en la fracción del pan.
• Exposición del Santísimo Sacramento.
• El tiempo de la adoración silenciosa. Para enriquecer la experiencia de la asamblea podría incluir una invitación para que Jesús, que es la Verdad, el Camino y la Vida, dirija nuestra oración.
1. Jesús, que es la Verdad, habla: la proclamación de un breve pasaje de la Escritura
- tal vez de la historia de Emaús y la cena de aquella noche, o cualquier otro
pasaje relacionado con la "comunión". Dejemos después suficiente tiempo para la reflexión personal.
2. Jesús, que es el Camino, conduce: una invitación a reflexionar sobre cómo la comunión con el Señor y con la comunidad cristiana es visible y ha sido un apoyo en la camino de la vida hasta este momento.
3. Jesús, que es la Vida, sostiene: podemos invitar a orar en silencio o de forma compartida, por las necesidades de la humanidad…
Podría ser útil
recordar las palabras de Agustín: “En la comunión, el ministro dice: "El
Cuerpo de Cristo" y tú respondes,"¡ Amén! “ Cuando tú dices "Amén", estás diciendo sí a lo que eres” (Sermón 272). La adoración de la Eucaristía debe llevar a la renovada conciencia de nuestra identidad, de aquello que somos: el Cuerpo de Cristo, vivo y activo cada día, en nuestra parroquia y más allá.
• Bendición de la asamblea.
• El Santísimo vuelve a ser depositado en el sagrario, acompañando el acto con un canto adecuado de adoración.
Cuerpo de Cristo" y tú respondes,"¡ Amén! “ Cuando tú dices "Amén", estás diciendo sí a lo que eres” (Sermón 272). La adoración de la Eucaristía debe llevar a la renovada conciencia de nuestra identidad, de aquello que somos: el Cuerpo de Cristo, vivo y activo cada día, en nuestra parroquia y más allá.
• Bendición de la asamblea.
• El Santísimo vuelve a ser depositado en el sagrario, acompañando el acto con un canto adecuado de adoración.
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Pensamientos para el viaje: Lecturas y reflexiones
Leemos Lucas 24,13-35
13 Aquel mismo día iban dos de ellos a un
pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, 14
y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. 15 Y sucedió
que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió
con ellos; 16 pero sus ojos estaban retenidos para que no le
conocieran.
17 El les dijo: - ¿De qué discutís entre
vosotros mientras vais andando?
Ellos se pararon con aire
entristecido. 18 Uno de ellos llamado Cleofás le respondió:
- ¿Eres tú el único
residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?
19 El les dijo: - ¿Qué cosas?
Ellos le dijeron: - Lo de
Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de
Dios y de todo el pueblo; 20 cómo nuestros sumos sacerdotes y
magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. 21 Nosotros
esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas
cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó.
22 El caso es que algunas mujeres de las
nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, 23
y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una
aparición de ángeles, que decían que él vivía. 24 Fueron también
algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían
dicho, pero a él no le vieron.
El les dijo: - ¡Oh
insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! 26
¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?
27 Y, empezando por Moisés y continuando
por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las
Escrituras.
28 Al acercarse al pueblo a donde iban, él
hizo ademán de seguir adelante. 29 Pero ellos le forzaron
diciéndole: - Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.
Y entró a quedarse con
ellos. 30 Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el
pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 31
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su
lado.
32 Se dijeron uno a otro: - ¿No estaba
ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras?
33 Y, levantándose al momento, se volvieron
a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 34
que decían: - ¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!
35 Ellos, por su parte, contaron lo que les
había pasado en el camino y cómo le había conocido en la fracción del pan.
Reflexión
Esa primera noche con los dos discípulos fue sólo el comienzo. Poco haría pensar que el viaje-huída a la aldea de Emaús, que comenzó con sentimientos de
desesperanza,
sería como una revelación y un inmenso aliento. El reconocimiento
de
Jesús resucitado en la 'fracción del pan" fue sólo el
comienzo.
Durante más de
2000
años,
los cristianos
de
todo el mundo
han
hecho lo mismo.
Al orar juntos esta tarde, las palabras de Jesús nos ayudan a reconocer a Jesús presente en cada uno de nosotros y a ofrecer el mismo respeto y reverencia a cada persona humana que la que reservamos a su Presencia admirable en el Santísimo Sacramento.
Al orar juntos esta tarde, las palabras de Jesús nos ayudan a reconocer a Jesús presente en cada uno de nosotros y a ofrecer el mismo respeto y reverencia a cada persona humana que la que reservamos a su Presencia admirable en el Santísimo Sacramento.
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Leemos Mateo
18:19-20
19 «Os aseguro también que si dos de vosotros
se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo
conseguirán de mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde
están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
Reflexión
Reunidos en tu nombre, Señor, te presentamos a todos los que sufren como resultado de los abusos de cualquier tipo. Guíalos en el
camino de la curación y ayúdales a cada paso.
Oramos para que nuestras palabras de consuelo toquen los corazones de aquellos que han sido traicionados y
maltratados.
El poder de la Eucaristía nos llena de decisión para trabajar de
modo que esto nunca vuelva a suceder, porque nada es imposible para ti.
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Leemos Mateo
14:15-20
15 Al atardecer se le acercaron los discípulos
diciendo: «El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a
la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida.» 16 Mas
Jesús les dijo: «No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer.» 17
Dícenle ellos: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.» 18
El dijo: «Traédmelos acá.» 19 Y ordenó a la gente reclinarse
sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los
discípulos y los discípulos a la gente. 20 Comieron todos y se
saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. 21
Y los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Reflexión
“En la Eucaristía, Jesús nos hace
testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana. Nace así, en torno
al Misterio Eucarístico, el servicio de la caridad para con el próximo, que
consiste justamente en que, en Dios y con Dios, amo también a la persona que no
me agrada o ni siquiera conozco. Esto sólo puede llevarse a cabo a partir del
encuentro íntimo con Dios, un encuentro que se ha convertido en comunión de
voluntad, llegando a implicar el sentimiento. Entonces aprendo a mirar a esta
otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva
de Jesucristo. De ese modo, en las
personas que encuentro reconozco a hermanos y hermanas por los que el Señor ha
dado su vida amándolos “hasta el extremo” (Jn 13,1). Por consiguiente, nuestras
comunidades, cuando celebran la Eucaristía, han de ser cada vez más conscientes
de que el sacrificio de Cristo es para todos y que, por eso, la Eucaristía
impulsa a todo el que cree en Él a hacerse “pan partido” para los demás y, por
tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno. Pensando en la
multiplicación de los panes y los peces, hemos de reconocer que Cristo sigue
exhortando también hoy a sus discípulos a comprometerse en primera persona: “Dadles
vosotros de comer” (Mt 14,16). En verdad, la vocación de cada uno de nosotros
consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo" (Sacramentum
Caritatis, art. 88).
- ¿Cómo podemos ser nosotros "pan partido" para los demás?
- ¿Cómo podemos ser "otro Cristo" en nuestra
familia, para nuestros hijos, para nuestro marido o nuestra mujer, para
nuestros amigos, para los pobres…?
El Papa Benedicto XVI también habla de la paz en relación con la Eucaristía: "Todos los que participamos de la Eucaristía
hemos de empeñarnos en construir la paz en nuestro mundo marcado por tantas violencias y guerras, y hoy en particular el terrorismo, la corrupción
económica y
la explotación sexual. "
- Recemos esta tarde por la paz en el mundo, y por el fin de la guerra, la violencia y la opresión…
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Reflexión
La Beata Teresa de Calcuta
era una mujer con
un gran sentido de la misión.
Ella era impulsada a la
acción por su compromiso con Jesús en la Eucaristía y nos anima hoy a hacer cosas
maravillosas en su nombre: "Lo que yo hago no
lo puedes hacer tú; y lo que tú haces
no lo puedo hacer yo. Las necesidades son
grandes,
y
ninguno de nosotros, incluyéndome a mí, podremos jamás hacer grandes cosas. Pero todos podemos hacer cosas pequeñas con un gran amor, y juntos podemos hacer algo maravilloso. "
Madre Teresa valora el tiempo dedicado a la presencia de Jesús: "La Hora Santa ante la Eucaristía nos debe llevar a una "hora santa" con los pobres, con aquellos que nunca serán un "éxito humano" y cuyo único consuelo es Jesús. Nuestra Eucaristía está incompleta si no nos hace amar y servir a los pobres. Entrando en comunión con los pobres, descubrimos nuestra propia pobreza."
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Reflexión
El Papa Benedicto XVI, en Sacramentum Caritatis
90,
nos
anima a
ser
conscientes de
los
que están en
necesidad:
“No podemos permanecer pasivos ante ciertos
procesos de globalización que con frecuencia hacen crecer desmesuradamente en
todo el mundo la diferencia entre ricos y pobres. Debemos denunciar a quien
derrocha las riquezas de la tierra, provocando desigualdades que claman al
cielo (cf. St 5,4)… El Señor Jesús, Pan de vida eterna, nos apremia y
nos hace estar atentos a las situaciones de pobreza en que se halla todavía
gran parte de la humanidad: son situaciones cuya causa implica a menudo un
clara e inquietante responsabilidad por parte de los hombres… El alimento de la
verdad nos impulsa a denunciar las situaciones indignas del hombre, en las que,
a causa de la injusticia y la explotación, se muere por falta de comida, y nos
da nueva fuerza y ánimo para trabajar sin descanso en la construcción de la civilización
del amor.
Los cristianos han procurado desde el principio compartir sus bienes (cf. Hch 4,32) y ayudar a los pobres (cf. Rm 15,26). La colecta en las asambleas litúrgicas no sólo nos lo recuerda expresamente, sino que es también una necesidad muy actual. Las instituciones eclesiales de beneficencia, en particular Caritas en sus diversos ámbitos, prestan el precioso servicio de ayudar a las personas necesitadas, sobre todo a los más pobres. Estas instituciones, inspirándose en la Eucaristía, que es el sacramento de la caridad, se convierten en su expresión concreta; por ello merecen todo encomio y estímulo por su compromiso solidario en el mundo."
Los cristianos han procurado desde el principio compartir sus bienes (cf. Hch 4,32) y ayudar a los pobres (cf. Rm 15,26). La colecta en las asambleas litúrgicas no sólo nos lo recuerda expresamente, sino que es también una necesidad muy actual. Las instituciones eclesiales de beneficencia, en particular Caritas en sus diversos ámbitos, prestan el precioso servicio de ayudar a las personas necesitadas, sobre todo a los más pobres. Estas instituciones, inspirándose en la Eucaristía, que es el sacramento de la caridad, se convierten en su expresión concreta; por ello merecen todo encomio y estímulo por su compromiso solidario en el mundo."
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Reflection Críost Liom
Críost liom,
Críost romham,
Críost i mo dhiaidh,
Críost istigh ionam,
Críost fúm,
Críost os mo chionn,
Críost ar mo lámh dheas,
Críost ar mo lámh chlé,
Críost i mo lúi dom,
Críost i mo sheasamh dom,
Críost i gcrói gach duine atá ag cuimhneamh orm,
Críost i mbéal gach duine a labhráionn lom,
Críost i ngach súil a fhéachann orm,
Críost i ngach cluas a éisteann liom.
Cristo
conmigo,
Cristo delante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo debajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de toda persona que piensa en mí,
Cristo en la boca de toda persona que habla de mí,
Cristo en todo ojo que me mira,
Cristo en todo oído que me escucha.
Cristo delante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo debajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de toda persona que piensa en mí,
Cristo en la boca de toda persona que habla de mí,
Cristo en todo ojo que me mira,
Cristo en todo oído que me escucha.
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Himno: Though We Are Many -
(Bernard Sexton)
Though we are many, we are one body,
we who come to share this living bread;
Cup of salvation, shared among all nations,
nourishing us now and evermore.
1. We gather in this place
round the table of the Lord.
Christ’s presence is revealed
in our communion and his Living Word.
2. Now our communion recalls
Christ’s death and resurrection.
This living sacrifice
is our salvation now and evermore.
3. And through this shared Eucharist
we are the living Church.
We witness to Christ’s love
His living body active in our world.
4. This bread unites the baptised
who are called to this great feast.
The feast, a sign of God's love,
a great communion with the saints above.
5. And when we leave here today
with hearts renewed in joy,
So nourished, we will embrace
the challenge now to live the Christian call.
6. As Patrick prophet of old
trod the path we tread today,
so we proclaim the Good News
and share the living message with joy.
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Aunque somos muchos - (Bernard Sexton)
Aunque somos muchos, somos un solo cuerpo,
nosotros, que venimos a compartir este pan de vida;
Copa de la salvación, compartida entre todas las naciones,
que nos nutre ahora y siempre.
1 . Nos reunimos en este lugar
alrededor de la mesa del Señor.
La presencia de Cristo se revela
en nuestra comunión y su Palabra Viva.
2 . Ahora nuestra comunión recuerda
la muerte de Cristo y su resurrección.
Este sacrificio vivo
es nuestra salvación ahora y siempre.
3 . Y a través de esta Eucaristía compartida
somos la Iglesia viva.
Somos testigos del amor de Cristo,
su Cuerpo Vivo que actúa en nuestro mundo.
4 . Este pan une a los bautizados
que son llamados a esta gran fiesta.
La fiesta , un signo del amor de Dios,
una gran comunión con los santos que nos han precedido.
5 . Y cuando nos vayamos de aquí hoy
con el corazón renovado en la alegría,
alimentados así , abrazaremos
ahora el reto de vivir la vocación cristiana.
6 . Como Patricio, profeta de tiempos pasados,
recorrió el camino que pisamos hoy,
así nosotros proclamamos la Buena Noticia
y compartimos el vivo mensaje con alegría.
Aunque somos muchos, somos un solo cuerpo,
nosotros, que venimos a compartir este pan de vida;
Copa de la salvación, compartida entre todas las naciones,
que nos nutre ahora y siempre.
1 . Nos reunimos en este lugar
alrededor de la mesa del Señor.
La presencia de Cristo se revela
en nuestra comunión y su Palabra Viva.
2 . Ahora nuestra comunión recuerda
la muerte de Cristo y su resurrección.
Este sacrificio vivo
es nuestra salvación ahora y siempre.
3 . Y a través de esta Eucaristía compartida
somos la Iglesia viva.
Somos testigos del amor de Cristo,
su Cuerpo Vivo que actúa en nuestro mundo.
4 . Este pan une a los bautizados
que son llamados a esta gran fiesta.
La fiesta , un signo del amor de Dios,
una gran comunión con los santos que nos han precedido.
5 . Y cuando nos vayamos de aquí hoy
con el corazón renovado en la alegría,
alimentados así , abrazaremos
ahora el reto de vivir la vocación cristiana.
6 . Como Patricio, profeta de tiempos pasados,
recorrió el camino que pisamos hoy,
así nosotros proclamamos la Buena Noticia
y compartimos el vivo mensaje con alegría.
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Oración eucarística
Padre Dios, creemos que
eres el Creador de todas las cosas
y que te has hecho cercano
a nosotros en el rostro de tu Hijo,
concebido de María Virgen
por obra del Espíritu Santo,
para darnos vida y Vida
abundante.
Creemos, Padre Providente
que, por la fuerza de tu Espíritu,
el pan y el vino se
transforman en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
verdadera comida y
verdadera bebida que aligera el hambre del camino.
Creemos, Señor Jesús, que
tu Encarnación se prolonga
en la simiente de tu
Cuerpo Eucaristía,
para dar de comer a los
hambrientos de luz y de verdad,
de amor y de perdón, de
gracia y salvación.
Creemos que en la Eucaristía
te haces presente en la historia,
para alimentar la
debilidad del peregrino
y el sueño del que anhela
dar fruto en su trabajo.
Sabemos que en Belén, la
"Casa del Pan",
el Padre Bueno nos regaló,
en el vientre de María Virgen,
el pan que ofrece a los
hambrientos de infinito.
Creemos, Jesús Eucaristía,
que estás real y verdaderamente presente
en el pan y el vino
consagrados,
prolongando tu presencia
salvadora
y ofreciendo a tus ovejas,
como Buen Pastor,
comida abundante y
manantiales de agua viva.
Creemos que en la Eucaristía
estás Tú todo entero,
ofrecido en sacrificio y
dando vida al mundo,
siempre hambriento de verdad
y de amor.
Aquella noche del
Cenáculo, al tomar, Señor,
el pan y el vino entre tus
manos,
te estabas ofreciendo a
todos, por los años y siglos infinitos.
Contigo, Cordero de la
Alianza, se elevan en cada altar,
donde te ofreces al Padre,
los frutos de la tierra y
del trabajo del hombre,
la vida del creyente, la
duda del que busca,
la sonrisa de los niños,
los proyectos de los jóvenes,
el dolor de los que sufren
y la ofrenda del que da y
se da a sus hermanos.
Creemos, Señor Jesús, que
tu bondad ha preparado
una mesa para el grande y
el pequeño,
y que, en tu mesa, nos
hacemos hermanos
hasta dar la vida unos por
otros,
como Tú lo hiciste por
todos.
Creemos que en la mesa
preparada para todos,
siempre habrá un lugar
para el que busca,
un espacio para el
marginado de la vida,
superando los signos de la
muerte
e inaugurando unos cielos
nuevos y una tierra nueva.
Creemos, Jesús, que no has
dejado a tus hermanos solos,
permaneces discreto en el
sagrario del corazón
y en el pan y el vino de
tu mesa,
como luz y fuerza del
débil peregrino.
Creemos, en fin, que en
los inicios del tercer milenio,
te haces compañero en el
camino.
Gracias, Jesús Eucaristía,
por impulsarnos a una Nueva Evangelización
llevados y fortalecidos
por Ti.
Gracias por hacernos pan
partido y compartido, como Tú,
para la vida del mundo.
Que tu Madre acompañe a
los que aceptan vivir y anunciar tu Palabra,
y que su intercesión haga
fecunda tu semilla.
Amén.
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