lunes, 28 de mayo de 2012

¿Entendemos a Jesús?

Lectio divina de Marcos 8,11-21

“Los despidió 10 y enseguida embarcó con los discípulos y se dirigió al territorio de Dalmanuta. 11Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole, para tentarlo una señal desde el cielo. 12 Suspiró profundamente y dijo:
- “¿Para qué pide una señal esta generación? Os aseguro que no se le dará una señal a esta generación”.
13 Dejándolos, se embarcó de nuevo y pasó a la otra orilla. 14 Se habían olvidado de proveerse de pan y no llevaban en la barca más que uno. 15 Él les daba instrucciones:
- “¡Atención! Absteneos de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”.
16 Discutían entre ellos porque no tenían pan. 17 Cayendo en la cuenta, Jesús les dice:
- “¿Por qué discutís que no tenéis pan?¿Todavía no entendéis ni comprendéis?¿Tenéis la mente embotada? 18 Tenéis ojos, ¿y no veis?; tenéis oídos ¿y no oís? ¿No os acordáis?  19 Cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántos cestos recogisteis?”.
     Le contestan:  - Doce.
20 “Y cuándo repartí los siete entre cuatro mil, ¿cuántos canastos de sobras recogisteis?”
     Responden:  - Siete.
21 Les dijo: “¿Todavía no comprendéis?


CUANDO LEAS

- Dos son los episodios recogidos en este texto: el primero (v. 11-13) está claramente definido por la aparición de los fariseos en Dalmanuta y su exigencia de un signo, ya no se contentan con milagros.  El segundo (v. 14-21) por la advertencia de Jesús a los discípulos en relación a los fariseos (14-18) y el recuerdo a las dos multiplicaciones realizadas con anterioridad. Las escenas transcurren la primera en tierra, al desembarcar; la segunda en la barca. Dos escenarios diferentes.

- Los escenarios son importantes y raramente neutros en  el evangelio de Marcos. Están  relacionados de varias maneras con las acciones y sucesos que narra. Los viajes de Jesús y sus discípulos por Galilea, en esta primera parte, y  en la segunda por Jerusalén, proporcionan un marco estructural a la narración. Señalar los territorios israelí o gentil,  desierto o mar, contribuye al desarrollo temático, sitúa el ambiente y, en cierto modo, fuerza la acción, por ejemplo, la falta de comida en el desierto, la tormenta estando embarcados, etc. Algún comentario señala “cambia de escenario más de cuarenta veces”

- También los viajes dan cohesión a la narración. Los primeros ocho capítulos Jesús, partiendo del Jordán, y sus discípulos viajan por Galilea y el alrededor gentil. Y como subraya Marcos Jesús se mueve deprisa (“inmediatamente”) va de sitio en sitio con rapidez. Y da la razón de los viajes y de la urgencia: “vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para eso he venido”. Es necesario llevar la buena noticia a todos los pueblos.

-  vv. 11-13: El narrador desvela las falsas intenciones de los fariseos al pedir un signo a Jesús: “para tentarlo”. Jesús suspira profundamente, es un suspiro doloroso. Indica lo profundamente que le afecta su total falta de fe. Les contesta con una pregunta retórica y una negativa rotunda. Tras la cual los deja y se vuelve a embarcar. Esta negativa es totalmente coherente con el secreto mesiánico que recorre el evangelio de Marcos. Concederles esa señal iría en contra de todo el mensaje de Jesús Los lectores del evangelio sabemos que se trata de un grupo que se había puesto de acuerdo con escribas y herodianos para matar a Jesús (Mc 3,22-30; 7,1-13). Más adelante sabremos que ésta es la última vez  que los fariseos se acercan a Jesús en Galilea.

 - vv. 14-16: Jesús se encuentra por tercera vez con los discípulos en la barca y en el lago ( 4,35-41; 6.45-52): la tormenta, la supuesta aparición de un fantasma , en ésta nada del exterior les puede inquietar. También por tercera vez se menciona el pan que sacia el hambre (6,30-44; 8,1-10)
Jesús les advierte acerca de guardarse de la levadura de los fariseos y de Herodes : religión y gobierno (14-16), pero no le entendieron. Piensan que se refiere a que habían olvidado llevar pan y el sitio al que iban es la orilla opuesta, quizá un lugar pagano donde sería difícil encontrar “alimentos cultualmente puros”. De ahí su preocupación. Pero no han entendido nada. Seguían ligados a las ceremonias de purificación judías, a las tradiciones de relativas a la discriminación de los alimentos Jesús dice una cosa y ellos entienden otra.

- vv. 17-18: Las preguntas de Jesús, rápidas, sin esperar respuesta. Preguntas duras que apelan a cosas serias que no entienden. No entienden porque “tienen ojos y no ven, oídos y no oyen” , porque tal vez eso signifique que el corazón de los discípulos comienza a “endurecerse”. Si el corazón, núcleo de la persona, está dominado por una “mente embotada”, la conversión y comprensión de la fe se vuelven imposibles.
  Jesús comprueba que no sólo no entiende los fariseos, también los íntimos son ciegos, y no es menor su ceguera que la de aquellos. A estas alturas Jesús debió de sentirse profundamente frustrado.

- vv 19-21: Jesús exhorta a los discípulos a que se acuerden de la multiplicación de los panes: lo que experimentaron entonces debe llevarlos a reconocer a Jesús, a creer y obedecer, a confiar en que él puede instruirlos y alimentarlos.

CUANDO MEDITES

- Repara en la insistencia paciente de Jesús, aunque sus preguntas sean duras. El conflicto entre Jesús y los discípulos no es nuevo. Ellos con lo que hacen revelan su lealtad a Jesús como seguidores y ayudantes. Pero también lo que hacen, igual que lo que dicen, revelan sus dificultades para seguir a Jesús. Se pone de manifiesto su torpeza y falta de fe, su incapacidad para comprender. Ante esta realidad, Jesús redobla el interés y el esfuerzo por hacerles “ver”… y se percibe lo penoso que resulta tirar de unos hombres tan lentos para entender.

- Fíjate en Jesús… El les intenta prevenir de la falsa levadura de fariseos y escribas, que quieren el dominio civil y religioso, el poder. En otro momento anterior les había hablado de la levadura que ayuda a crecer como semejante al reino de los cielos. Reflexiona acerca de que a nosotros también nos habla como a ellos y también somos muy lentos de comprensión… También nosotros necesitamos reconocer la buena levadura de la que no ayuda a levantar la masa.

CUANDO ORES

- Agradece al Señor la infinita paciencia que tiene contigo, que no se rinde, que vuelve una y otra vez, y pídele ayuda para reemprender el camino una y otra vez.
- Piensa ¿cuál es hoy la levadura de los fariseos y de Herodes para mí?
 - ¿Qué significa hoy, para mí, tener el “corazón endurecido”? Y si lo estuviera ¿qué puedo hacer para transformarlo en un corazón nuevo, “limpio, fuerte, dulce y grande como el de María, tu Madre..” (Card. Montini)?

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Autora: Trinidad Brunet; equipo de Lectio Divina de la UPComillas.

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