Canto inicial: Rendid honor al Señor (Grupo Hesed)
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Juan 18,33-37
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Juan 18,33-37
33
En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:
-
¿Eres tú el rey de los judíos?
34
Jesús le contestó:
-
¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
35
Pilato replicó:
-
¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí;
¿qué has hecho?
36
Jesús le contestó:
-
Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi
guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
37
Pilato le dijo:
-
Conque, ¿tú eres rey?
Jesús
le contestó:
-
Tú lo dices: soy rey. Yo para esto
he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.
PROPUESTAS DE LECTURA
1. El evangelio está tomado de la pasión según
san Juan. En el cuarto evangelio, el proceso de Jesús ante el procurador romano
Pilato está muy cuidado desde un punto de vista teológico-literario, y todo el
diálogo está encaminado a la proclamación de Jesús como Rey por parte del
representante de Roma.
Los autores distinguen siete escenas en ese diálogo, determinadas por las palabras entrar
y salir. En la cuarta escena (19,1-3) no
se habla de entrada, pero en 19,4 se dice que salió otra vez. Las escenas van
desde 18,28 a 19,16. Ésta es la ordenación propuesta: Presentación de los
protagonistas (18,28): Jesús y Pilato, en el pretorio, de madrugada; primera
escena (18,29-32): acusación y petición de condena; segunda escena (18,33-38a):
realeza; tercera escena (18,38b-40): Barrabás; cuarta escena (19,1-3: coronación
de espinas; quinta escena (19,4-8): Ecce Homo; sexta escena (19,9-12): poder de
Pilato; sétima escena (19,13-15): “Ahí tenéis a vuestro Rey”; conclusión
(19,16a): Jesús condenado a la crucifixión.
Nuestro pasaje corresponde a la segunda de las siete
escenas. A primera hora de la mañana del viernes, en una sala interior del
palacio, Pilato somete a Jesús a un interrogatorio. En él, Jesús declara que su reino no es de este mundo. Su realeza viene de lo alto, es decir,
es espiritual. Su reino no es de aquí abajo, porque no se apoya en un ejército
ni en las potencias del mundo. La realeza de Jesús se manifiesta en dar
testimonio de la Verdad. Y en el cuarto evangelio la Verdad es la revelación
de Dios al mundo realizada por Jesús. Jesús da ese testimonio a lo largo de
toda su vida y su ministerio público, pero este testimonio se concentra ahora
en su pasión y muerte, un auténtico “martirio” de y por la Verdad: Dios es un Dios que ama hasta el extremo.
2. Sobre el Reino/reinado de
Dios (Benedicto XVI):
“[En Jesús, el Reino es] algo
nuevo que se expresa sobre todo en las palabras “está cerca el Reino de Dios” (Mc 1,15), "ha llegado a vosotros” (Mt
12,18), está “dentro de vosotros” (Lc 17,21) (…) La nueva proximidad del
Reino de la que habla Jesús y cuya proclamación es lo distintivo de su
mensaje, esa proximidad del todo nueva reside
en Él mismo. A través de su
presencia y actividad, Dios entra en la historia aquí y ahora de un modo
totalmente nuevo, como Aquel que obra. Por eso ahora “se ha cumplido el
plazo” (Mc 1,15); por eso ahora es, de modo singular, el tiempo de la
conversión y del arrepentimiento, pero también el tiempo del júbilo, pues en
Jesús, Dios viene a nuestro encuentro.
En Él ahora es Dios quien actúa y reina, reina al modo divino, es decir, sin poder terrenal, a través del amor
que “llega hasta el extremo” (Jn 13,1), hasta la cruz”.
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(Notas tomadas de Nuria Calduch Benages, Misa Dominical 2012 (15); Secundino
Castro, Evangelio de Juan. Comprensión
exegético-existencial, UPComillas 20022; Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, La esfera de los
libros, 2007, 83-88).
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PROPUESTAS DE MEDITACIÓN
“Mi
Reino no es de este mundo”
- Jesucristo es un Rey despojado. Su “Reino” no es de
este mundo. No tiene palacio, ni ejército, ni servidores, ni guardaespaldas, ni
riqueza, ni poder político… Su compañía es un grupo de discípulos y discípulas,
gente socialmente irrelevante… Él pasó haciendo el bien a todos, especialmente
a las clases marginales de su tiempo: enfermos, “endemoniados”, mujeres, niños,
pobres, gente de mala vida y de dudosa reputación. ¿Dónde radica su poder? ¿Qué
les hacía a todos preguntarse, con asombro, “¿pero quién es éste?”
Jesucristo
es la transparencia de Dios, el Revelador del Rostro de Dios. Él vino a dar testimonio de la
Verdad. Y la Verdad es que no hay nada más poderoso que el Amor. Y la Verdad es
que Dios es Amor.
- Nos empeñamos en contraponer la
realeza de Dios a la realeza de los poderosos de este mundo. En defenderla, en
resaltarla. Incluso con una fiesta litúrgica. Pero esa comparación y esa
“defensa” no tienen objeto. Dios es
incomparable. La palabra “Rey” no sólo se queda corta. Es que, hoy,
distorsiona el Ser de Dios. Dios es El
que Es. El Creador. El Amor. La Luz. La Vida. El Todo. El Todo inmenso e infinito,
compasión infinita que se ha hecho “nada” para enseñarnos cómo vivir.
- “Quien
dice que cree en Él debe vivir como vivió Él”, dice Juan. Ese es el Reino y el
reinado de Dios: que la humanidad conozca y viva lo que es: hijas e hijos de
Dios, Amor, Luz, Vida y Compasión. Una
humanidad nueva con la misma tarea de su Señor: liberar, sanar, sacar de la
postración, dar vida… transparentando a Dios.
- ¿Cómo podemos vivir esto? La oración es el camino: los
ojos fijos en Jesús. El despojamiento es el camino. La acción compasiva es el
camino. Vivir el evangelio es el camino. Tal como el evangelio es. Escuchándolo
y actuándolo con simplicidad. Creyendo que el evangelio “no está hecho para ser leído, sino para ser recibido en nosotros” (Madeleine
Delbrêl)… ¿Más caminos…?
Cuando vivamos de este modo, no
estaremos lejos del Reino de Dios.
“El
Reino de Dios está dentro de vosotros”
-“Quien pide en la oración la
llegada del Reino de Dios, ora sin duda por el Reino de Dios que lleva en sí mismo, y ora para que este reino dé
fruto y llegue a su plenitud…” (Orígenes)
- ¿A quién o a qué tienes entregada
o rendida tu vida, tus pensamientos, tus acciones, tus proyectos, tu tiempo…?
- ¿Cómo reconoces la presencia del
Reinado de Dios en ti, en la Iglesia y en el mundo?
- ¿Qué pides cuando pides en el Padre nuestro: "Venga a nosotros tu Reino"?
"Todo el que es de la Verdad escucha mi voz"
La expresión "escucha mi voz" conecta la imagen de Jesús Rey con la imagen de Jesús Pastor que aparece en Jn 10,27: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen". Jesús realiza su reinado como un Pastor cuida sus ovejas y da su vida por ellas. Sale en busca de la perdida, venda a la herida, se ocupa de la más débil... De nuevo aparece, como motivo, la entrega de amor, que testimonia la existencia del Dios de la Vida. ¿Cómo escuchas la voz de Jesús? ¿Cómo te sientes cuidado, protegido, acompañado y guiado...? ¿Cómo cuidas y acompañas tú a otros...?
"El Reino de Dios se parece a..."
Haz memoria (o busca en tu Biblia) con qué compara Jesús el Reino. Habitualmente es algo pequeño: una semilla que cae en tierra, un grano de mostaza, un poco de levadura escondida en la masa, un tesoro escondido en un campo... Es algo pequeño que contiene un gran dinamismo de vida en su interior y está llamado al continuo crecimiento de dentro a fuera.
- ¿Con qué compararías tú, hoy, el Reino de Dios?
- ¿Como crece el Reino de Dios en ti?
- ¿Qué pides cuando pides en el Padre nuestro: "Venga a nosotros tu Reino"?
"Todo el que es de la Verdad escucha mi voz"
La expresión "escucha mi voz" conecta la imagen de Jesús Rey con la imagen de Jesús Pastor que aparece en Jn 10,27: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen". Jesús realiza su reinado como un Pastor cuida sus ovejas y da su vida por ellas. Sale en busca de la perdida, venda a la herida, se ocupa de la más débil... De nuevo aparece, como motivo, la entrega de amor, que testimonia la existencia del Dios de la Vida. ¿Cómo escuchas la voz de Jesús? ¿Cómo te sientes cuidado, protegido, acompañado y guiado...? ¿Cómo cuidas y acompañas tú a otros...?
"El Reino de Dios se parece a..."
Haz memoria (o busca en tu Biblia) con qué compara Jesús el Reino. Habitualmente es algo pequeño: una semilla que cae en tierra, un grano de mostaza, un poco de levadura escondida en la masa, un tesoro escondido en un campo... Es algo pequeño que contiene un gran dinamismo de vida en su interior y está llamado al continuo crecimiento de dentro a fuera.
- ¿Con qué compararías tú, hoy, el Reino de Dios?
- ¿Como crece el Reino de Dios en ti?
PROPUESTA DE ORACIÓN
Orando con el Salmo 93 (92) a la luz del Evangelio.
“El Señor reina vestido de majestad…”
Te
contemplamos vestido de bondad.
Tu
majestad es tu bondad para con todos,
en
especial para con los pequeños y los pecadores.
Tu
grandeza es tu humildad,
Señor,
último y servidor de todos.
“…
el Señor, vestido y ceñido de poder”
Te
contemplamos vestido de debilidad,
con
cansancio, hambre y sed en el camino,
necesitado
de compañía amiga,
con
miedo y terror ante lo que se te venía encima,
indefenso
y entregado a la traición de un amigo,
condenado
y asesinado con una muerte vergonzosa,
despojado
y convertido en “uno de tantos”.
“Tu trono está firme desde siempre y tú eres
eterno”
Por toda la eternidad, estabas en el corazón del
Padre,
en sus entrañas, en su intimidad, en su secreto…
Te hiciste carne y pusiste tu tienda humilde entre
nosotros,
sin tronos ni honores, sin un sitio donde reclinar
la cabeza.
Y cuando llegó la hora de pasar de este mundo al
Padre,
habiendo amado a los tuyos, los amaste hasta el
extremo.
Tu amor es firme, fiel y eterno.
No se retira, no se apaga, nunca dice “basta”.
“Tus
mandatos son fieles y seguros”
Sólo
Tú tienes palabras de Vida eterna.
Tu
Evangelio es el Camino, la Verdad que nos hace libres,
la
Vida que nos colma de alegría.
“La
santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término”.
Tu
santidad es tu absoluta misericordia sin fisuras.
Tu casa, el templo de tu Cuerpo, tu Persona entera
resplandecen
con la luz de tu compasión
derramada
por los caminos.
Eres
el más bello de los hombres,
de
tus labios, de tus manos, de tu mirada
se
derrama la gracia, que es amor gratuito,
el
amor del Padre hacia toda la humanidad perdida.
Eres Rey, sí,
lleno de majestad y de poder.
Un
Rey distinto a los reyes de la tierra.
Un
Rey al que la humanidad entera quedaría rendida
si
fuera capaz de comprender y contemplar
la
belleza indescriptible
de
tu humildad desconcertante
y
de tu incansable compasión.
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Canto final: El amor no dice basta
(Ain Karem; C4)
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3 comentarios:
Está visto que esta es la única forma que tengo de contactar contigo. ¿Recibiste mi escrito y las fotos?
¡Felicidades! Hoy es el día de tu fundador. ¡Pasadlo bien!
:D
¡Gracias por la felicitación, Yentl!
Tu escrito y las fotos las he recibido, sí.
Perdóname que no te haya dicho nada de nada... Tengo atasco de "encargos" en la cabeza y no suelo ser muy ordenada con ellos... Así es que lo tuyo se me ha quedado ahí.
¡Gracias por recordármelo!!! :)
Voy a ello.
Un beso
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