Hasta que un día, rendida en la lucha y vencida por su persistente amor, dejes caer todas tus resistencias y le digas que tú también le amas, que quieres lo que Él quiere, que eres suya para siempre, que te lleve donde quiera, y que te diga lo que has de hacer…
Ese sí habrá sembrado en ti tu auténtica vida, tu aventura, tu dicha y tu paz.
"Tú me sondeas y me conoces" (Isabel Guerra) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario