- Al
comenzar tu oración, adopta una postura cómoda. Date cuenta de la
postura y de las sensaciones de tu cuerpo. Respira sosegada y
profundamente.
- Percibe los latidos de tu corazón, el ritmo de
tu respiración, el calor del cuerpo... Eres un ser lleno de vida. Pero no está
en ti la FUENTE de la vida. Otro te sostiene en ella.
- Dedica un
tiempo a darte cuenta de esta experiencia de ser sostenida…
- Ahora, puedes
rezar despacio la siguiente Copla de
San Juan de la Cruz:
Entreme
donde no supe
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde entraba
pero cuando allí me vi
sin saber dónde me estaba
grandes cosas entendí
no diré lo que sentí
que me quedé no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta
era cosa tan secreta
que me quedé balbuciendo
toda ciencia trascendiendo.
Estaba tan embebido
tan absorto y ajenado
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece
cuanto sabía primero
mucho bajo le parece
y su ciencia tanto crece
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde entraba
pero cuando allí me vi
sin saber dónde me estaba
grandes cosas entendí
no diré lo que sentí
que me quedé no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta
era cosa tan secreta
que me quedé balbuciendo
toda ciencia trascendiendo.
Estaba tan embebido
tan absorto y ajenado
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece
cuanto sabía primero
mucho bajo le parece
y su ciencia tanto crece
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Cuanto
más alto se sube
tanto menos se entendía
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer
que no llega su saber
a no entender entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber
que no hay facultad ni ciencia
que le puedan emprender
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Y si lo queréis oír
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
tanto menos se entendía
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer
que no llega su saber
a no entender entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber
que no hay facultad ni ciencia
que le puedan emprender
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Y si lo queréis oír
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
Canto: Ven, Espíritu (Tierra de Bendición)
LEEMOS LA PALABRA
Juan
16,12-15
14 16Yo
pediré al Padre y os dará otro Paráclito
para que esté con vosotros para siempre, 17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no
le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros (…)
20 Aquel día comprenderéis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros.
26 El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre,
os lo enseñará todo y os recordará
todo lo que yo os he dicho.
15 26
Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede
del Padre, él dará testimonio de mí.
16 12 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: 12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis
con ello. 13 Cuando venga él, el
Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo
que ha de venir.
14
El me dará gloria, porque recibirá de lo
mío y os lo anunciará a vosotros.
15
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo
anunciará a vosotros.
………………………………………..
Romanos
5,5
“… el
amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que se nos ha dado”
Romanos 8,14-15.26
14 En
efecto, todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Pues no recibisteis un
espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos
hace exclamar: ¡Abbá, Padre!
26 El
Espíritu viene en ayuda de nuestra
debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos
inefables.
………………………………………..
Gálatas 4,6-7
6 La
prueba de que sois hijos es que Dios ha
enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá,
Padre!” 7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo,
también eres heredero por voluntad de Dios.
Gálatas 5, 19-25
19 Ahora
bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,20
idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones,
disensiones, 21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes,
sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas
no heredarán el Reino de Dios.
22 En
cambio, el fruto del Espíritu es amor:
alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23
mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. 24 Pues
los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus
apetencias. 25 Si vivimos según el Espíritu, obremos también según
el Espíritu.
………………………………………….
PARA
MEDITAR
Misterio de bondad
A lo largo de los siglos, los teólogos se
han esforzado por investigar el misterio de Dios ahondando conceptualmente en
su naturaleza y exponiendo sus conclusiones con diferentes lenguajes. Pero, con
frecuencia, nuestras palabras esconden su misterio más que revelarlo. Jesús no
habla mucho de Dios. Nos ofrece sencillamente su experiencia.
A Dios
Jesús lo llama “Padre” y lo experimenta como un
misterio de bondad. Lo vive como una Presencia buena que bendice la vida y
atrae a sus hijos e hijas a luchar contra lo que hace daño al ser humano. Para
él, ese misterio último de la realidad
que los creyentes llamamos “Dios” es una Presencia cercana y
amistosa que está abriéndose camino en el mundo para construir, con
nosotros y junto a nosotros, una vida más humana.
Jesús no
separa nunca a ese Padre de su proyecto de transformar el mundo. No puede pensar en él
como alguien encerrado en su misterio insondable, de espaldas al sufrimiento de
sus hijos e hijas. Por eso, pide a sus seguidores abrirse al misterio de ese Dios, creer en la Buena Noticia de su
proyecto, unirnos a él para trabajar por un mundo más justo y dichoso para
todos, y buscar siempre que su justicia, su verdad y su paz reinen cada vez
más en entre nosotros.
Por otra
parte, Jesús se experimenta a sí mismo como “Hijo” de ese Dios, nacido para impulsar
en la tierra el proyecto humanizador del Padre y para llevarlo a su
plenitud definitiva por encima incluso de la muerte. Por eso, busca en todo
momento lo que quiere el Padre. Su fidelidad a él lo conduce a buscar siempre
el bien de sus hijos e hijas. Su pasión
por Dios se traduce en compasión
por todos los que sufren.
Por eso, la existencia entera de Jesús, el Hijo
de Dios, consiste en curar la vida y aliviar el sufrimiento, defender a
las víctimas y reclamar para ellas justicia, sembrar gestos de bondad, y
ofrecer a todos la misericordia y el perdón gratuito de Dios: la salvación que
viene del Padre.
Por último, Jesús actúa siempre impulsado por el “Espíritu” de Dios.
Es el amor del Padre el que lo envía
a anunciar a los pobres la Buena Noticia de su proyecto salvador. Es el aliento de Dios el que lo mueve a
curar la vida. Es su fuerza salvadora
la que se manifiesta en toda su trayectoria profética.
Este Espíritu no se apagará en el mundo cuando
Jesús se ausente. Él mismo lo promete así a sus discípulos. La fuerza del Espíritu los hará testigos de
Jesús, Hijo de Dios, y colaboradores del proyecto salvador del Padre. Así vivimos los cristianos prácticamente el
misterio de la Trinidad.
(José
Antonio Pagola)
……………………………………………….
Dios, amante, amado, amor
Dios es amor, pero ese amor no responde a
nuestra idea de amor.
Dios es El que ama, el amado y el amor. Los tres
a la vez.
Incomprensible para nosotros, porque en nosotros
son realidades diferentes.
En nosotros siempre habrá un sujeto que ama,
un objeto amado y el amor mismo.
La creación no es más que la manifestación de
ese Dios.
En toda criatura queda reflejada su manera de
ser.
En todo ser creado está el amante, el amado y el
amor.
El hombre tiene la capacidad de entrar
conscientemente en esta dinámica.
No puede haber meta más alta que dejarse
arrastrar por ese torbellino.
Es Vida en el sentido más profundo de lo que
podemos entender.
Vida que me lleva más allá de mí mismo y
colmaría mi ser.
Vida que colmaría mi ansia de felicidad.
(Fray Marcos)
............................................
PARA ORAR
Oración: No un Dios solo
‘Sólo Dios basta’,
pero un Dios al que no basta
andar él solo por todo el
universo.
Dios se nos acerca
en cada ser del cosmos,
que es para nosotros
hogar, alimento,
tarea y horizonte.
¡Comunión cósmica
que nos une a Dios
en la vida que nos llena
a través de los sentidos,
don y presencia suya
en nosotros sin medida!
Dios libre y único
en el último rincón
de callada intimidad,
donde cada persona
se hace consistente.
‘Sólo Dios basta’, pero un
Dios
al que no basta andar él solo
por todo el universo.
(Fragmentos de un poema de Benjamín Glez. Buelta, sj)
............................................
Oración:
Dios
Dios, palabra que me quema
los labios
y me arde amorosamente en el
alma.
Dios, Ser que se me entraña
cercano
y me desconcierta distante.
Dios, más íntimo a mí que
ninguna otra persona,
incluida yo misma.
Dios, más inaccesible a mí
que lo más lejano a mí.
Dios, nube oscura y luminosa
que ilumina la noche de mis
días.
Dios, Aquel que no se puede
pensar, ni imaginar,
ni contener en palabras,
pero habita mi pensamiento,
mi imaginación y mis palabras
en todo tiempo.
Dios, Amor, Amor inmenso, el
más grande Amor.
Dios, Amante, Amado y Amor
que me envuelve, se me derrama y se me comparte.
Dios, en Él somos, nos
movemos y existimos.
Dios, Aliento, Respiro, Vida
y Don.
(Conchi López, pddm)
.........................................................
...................................
Nota: Remito a los artículos de diversos autores, que podremos encontrar en feadulta.com. Entre ellos, los de fray Marcos, sacerdote dominico, sobre la Trinidad.
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