* Canto: El Espíritu del Señor
(lam C 2)
- Para escuchar el canto en youtube: Kairoi, El Espíritu del Señor
Lucas
24,46-53
46 Jesús dijo a sus discípulos: “Así está escrito:
el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día 47
y se predicará en su nombre la conversión para el perdón de los pecados a todos
los pueblos, comenzando por Jerusalén.
48 Vosotros sois
testigos de esto. 49 Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la
Promesa de mi
Padre. Por vuestra parte, permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza que viene de lo
alto.”
50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus
manos, los bendijo. 51 Y
sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52
Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran alegría, 53 y
estaban siempre en el Templo bendiciendo
a Dios.
………………………………………..
Hechos 1, 1-11
1 El primer libro lo
escribí, Teófilo, sobre todo lo que Jesús hizo y enseñó desde
un principio 2 hasta el día en que, después de haber dado
instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido, fue llevado al cielo.
4 Mientras estaba comiendo
con ellos, les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre,
«que oísteis de mí: 5 Que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu
Santo dentro de pocos días».
6 Los que estaban reunidos
le preguntaron: «Señor, ¿es en este momento cuando vas a restablecer el Reino
de Israel?» 7 El les contestó: «A vosotros no os toca conocer el
tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad, 8 sino
que recibiréis la fuerza del Espíritu
Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis
mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de
la tierra.»
9 Y dicho esto, fue
levantado en presencia de ellos, y una
nube le ocultó a sus ojos. 10 Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos
hombres vestidos de blanco 11 que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este
que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá
así tal como le habéis visto subir al cielo.»
..................................
Efesios 4,9-10
..................................
Efesios 4,9-10
9
¿Qué quiere decir «subió» sino que también bajó
a las regiones inferiores de la tierra? 10 Este que bajó es el mismo
que subió por encima de todos los
cielos, para llenarlo todo.
..................................
CUANDO LEAS
- Contemplamos, en nuestra oración de hoy, las dos
narraciones que Lucas hace de la Ascensión del Señor, al final de su evangelio
y en el comienzo del libro de los Hechos.
- El evangelio de Lucas termina con la despedida de
Jesús en la que les explica las Escrituras, abriendo sus inteligencias para que
pudieran comprender lo referente a Él en Moisés, los profetas y los salmos, es decir, en toda la Escritura hebrea (v.45), y con la promesa del Espíritu Santo, que les dará la fuerza necesaria
para ser testigos de su Evangelio hasta los confines del mundo.
- Jesús asciende al Padre al tiempo que bendice a
sus discípulos. La bendición es una palabra y un gesto de recreación. Quien te
bendice te construye en lo mejor de ti mismo, en tu verdadera identidad.
Sabernos bendecidos nos hace personas que saben
bendecir, a Dios, a los otros, y toda la realidad.
- Lucas comienza narrando el descenso del Verbo en
la encarnación, en el vientre de María, y termina con el ascenso al Padre. Éste
es el itinerario de todo discípulo: descender con Jesús a todos los lugares de
su presencia (entre los pobres y necesitados, entre los últimos…) para ascender
al Padre, al final de nuestro itinerario en este mundo.
- El libro de los Hechos narra el mismo
acontecimiento pascual de la ascensión y añade que los discípulos se quedaron
mirando al cielo, mientras que los hombres vestidos de blanco les alientan a
bajar a la vida con la esperanza de que Jesús volverá. Invitación a la esperanza y al compromiso con la historia.
- La ascensión no es ausencia sino un nuevo modo de Presencia
más plena: subió al cielo para llenarlo todo, dice la carta a los Efesios.
CUANDO
MEDITES
- La Ascensión
de Jesús supone el triunfo del amor. El que por amor había descendido a la
miseria humana ahora, por la fuerza del amor, asciende hasta el corazón del
Padre y recibe el nombre de Señor igual al Padre (cf. Filipenses 2, 1ss).
- La categoría
de ascensión se puede traducir por “comunión”. No es que Cristo suba muy alto,
sino que entra muy dentro. Penetra en el corazón de Dios, de la humanidad, de
todas las cosas. Y será fermento de comunión hasta que todo y todos nos unamos
en él.
- La ausencia física de
Cristo es Presencia resucitada, una presencia viva y transformante. Cristo está presente
por el don de su Espíritu, hasta el punto de que, estando habitados por Él,
podemos decir “no soy yo quien vive sino
que es Cristo quien vive en mí” (Jn 16,15; Gál 2,20). Cristo presente en su
Palabra, luz para nuestro camino (Jn 14,23). Está presente en el Pan partido
(Jn 6,56-57). Está presente en los hermanos (Mt 18,20; 10,40). Está presente en
los pobres, en los pequeños y en quienes nos necesitan (Mt 25,35-45). Está
presente en todo y en todos, más íntimamente y sin limitación de espacio y de
tiempo…
¿Cómo vivo ese
amor, esa comunión, esa Presencia?
……………………………..
De Teilhard de Chardin sobre la presencia de Cristo en todos
Cristo me agota por completo
con su mirada. Con la misma presencia penetra a los
que me rodean y a quienes amo. Gracias a Él, como en un Medio divino, me uno a
los demás por dentro de ellos mismos; puedo obrar sobre ellos a través de todos
los recursos de mi vida.
Cristo nos liga y nos manifiesta los unos a los otros.
Lo que mi boca no es capaz de hacer comprender a mi hermano o a mi hermana, Él se lo dirá mejor que yo. Lo que mi corazón desea para ellos, con inquieto e impotente ardor, Él se lo otorgará, si es bueno. Lo que los hombres no pueden escuchar de mi voz demasiado débil, o a la que cierran sus oídos para no escuchar, tengo yo el recurso de confiárselo a Cristo, que habrá de repetírselo, algún día, a su corazón. Si esto es así, yo puedo morir tranquilo con mi ideal, ser enterrado con la visión que yo quería hacer compartir a los demás.
Cristo recolecta, para la vida por venir, las ambiciones sofocadas, las claridades incompletas, los esfuerzos frustrados, o desafortunados, pero sinceros.
Lo que mi boca no es capaz de hacer comprender a mi hermano o a mi hermana, Él se lo dirá mejor que yo. Lo que mi corazón desea para ellos, con inquieto e impotente ardor, Él se lo otorgará, si es bueno. Lo que los hombres no pueden escuchar de mi voz demasiado débil, o a la que cierran sus oídos para no escuchar, tengo yo el recurso de confiárselo a Cristo, que habrá de repetírselo, algún día, a su corazón. Si esto es así, yo puedo morir tranquilo con mi ideal, ser enterrado con la visión que yo quería hacer compartir a los demás.
Cristo recolecta, para la vida por venir, las ambiciones sofocadas, las claridades incompletas, los esfuerzos frustrados, o desafortunados, pero sinceros.
…………………………….
Una pastoral de la bondad
(José Antonio Pagola)
Son los últimos
momentos de Jesús con los suyos. Enseguida los dejará para entrar
definitivamente en el misterio del Padre. Ya no los podrá acompañar por los
caminos del mundo como lo ha hecho en Galilea. Su presencia no podrá ser
sustituida por nadie. Jesús solo piensa en que llegue a todos los pueblos
el anuncio del perdón y la misericordia de Dios. Que todos escuchen su llamada
a la conversión. Nadie ha de sentirse perdido. Nadie ha de vivir sin esperanza.
Todos han de
saber que Dios comprende y ama a sus hijos e hijas sin fin. ¿Quién podrá anunciar esta Buena Noticia?
Según el relato de Lucas, Jesús
no piensa en sacerdotes ni obispos. Tampoco en doctores o teólogos. Quiere dejar en la tierra “testigos”. Esto
es lo primero: “vosotros sois testigos
de estas cosas”. Serán los testigos de Jesús los que comunicarán su experiencia de un Dios bueno y contagiarán su estilo de vida trabajando por un mundo más humano.
Pero Jesús conoce bien a sus
discípulos. Son débiles y cobardes. ¿Dónde encontrarán la audacia para ser
testigos de alguien que ha sido crucificado por el representante del Imperio y
los dirigentes del Templo? Jesús los tranquiliza: “Yo os enviaré lo que mi Padre ha
prometido”. No les va a faltar la “fuerza de lo alto”. El Espíritu de Dios los defenderá.
Para expresar
gráficamente el deseo de Jesús, el evangelista Lucas describe su partida de
este mundo de manera sorprendente: Jesús vuelve al Padre levantando sus
manos y bendiciendo a sus discípulos.
Es su último gesto. Jesús entra en el misterio insondable de Dios y sobre el
mundo desciende su bendición.
A los cristianos se nos ha
olvidado que somos portadores de la
bendición de Jesús. Nuestra primera tarea es ser testigos de la Bondad de Dios. Mantener viva la esperanza. No
rendirnos ante el mal. Este mundo que parece un “infierno maldito” no está
perdido. Dios lo mira con ternura y compasión.
También hoy es
posible buscar el bien, hacer el bien, difundir el bien. Es posible trabajar
por un mundo más humano y un estilo de vida más sano. Podemos ser más
solidarios y menos egoístas. Más austeros y menos esclavos del dinero. La
misma crisis económica nos puede empujar a buscar una sociedad menos corrupta.
En la Iglesia de Jesús hemos
olvidado que lo primero es promover una
“pastoral de la bondad”. Nos hemos de sentir testigos y profetas de ese Jesús que pasó su vida sembrando gestos
y palabras de bondad. Así despertó en las gentes de Galilea la esperanza en un
Dios Salvador. Jesús es una bendición y la gente lo tiene que conocer.
CUANDO ORES
Oración: Como
subiendo
Se arranca de los suyos, los
bendice,
¡qué fuertes son sus manos
protectoras!
Los últimos consejos y promesas,
Los últimos consejos y promesas,
¡qué riqueza de dones
preparados!
La Ascensión del Señor, como
subiendo
hasta la meta amada, el Corazón
de su Padre, en las alas del Espíritu;
la entrada en el misterio del Amor,
la comunión con Dios y con el Todo;
hasta la meta amada, el Corazón
de su Padre, en las alas del Espíritu;
la entrada en el misterio del Amor,
la comunión con Dios y con el Todo;
la plenitud de Cristo, Alfa y
Omega,
la fuerza convergente, centro cósmico,
la fuerza convergente, centro cósmico,
comunión con el mundo, con
las cosas.
Haz que llueva tu Espíritu,
Señor,
esa Nube sagrada en que te fuiste;
esa Nube sagrada en que te fuiste;
haznos testigos de tu nombre,
Cristo,
encarnando tu amor y tu palabra,
hasta el día en que vuelvas a nosotros.
encarnando tu amor y tu palabra,
hasta el día en que vuelvas a nosotros.
(Un manantial de amor inagotable. Cuaresma y Pascua,
Caritas 1998)
Oración: Sigues aquí
Curiosa forma de
quedarte, Señor,
sin imponer tu
presencia,
sin apagar la
sed,
sin convertir la
fe en evidencia.
Y curiosa forma
de irte
sin atarnos a la
ausencia,
sin dejarnos
solos,
sin forjar
tristezas.
Y así, de ese
modo,
ausencia y
presencia
siembran en
nosotros
hambre de
respuestas.
Tú que eres Plenitud, lléname.
Tú que eres Centro, céntrame en ti.
Rebósame de Ti y muéstrame tu rostro.
Hazme capacidad.
Hazme silencio.
Hazme tú. Y eres
espíritu,
aliento, fuerza.
Eres la palabra
que a veces
aquieta
y a veces
golpea.
Eres el silencio
poblado de
historias,
eres la justicia
que llama a la
puerta,
eres un profeta
pidiendo
justicia,
eres el soldado
sin arma ni
guerra.
Por eso te
fuiste,
y así te nos
quedas.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
.............................................................................
.............................................................................
* Canto: Pequeñas
aclaraciones
- Para escuchar el canto en youtube: Laura Yáñez
......................
No hay comentarios:
Publicar un comentario