Lectio divina de Juan 7,25-36
ESCUCHA-LEE LA
PALABRA
25Decían algunos de los de Jerusalén: “¿No es a ése a
quien quieren matar? 26Mirad cómo habla con toda libertad y no le
dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que este es el Cristo? 27Pero éste
sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde
es”. 28Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: “Me
conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta, sino
que es veraz el que me ha enviado, pero
vosotros no le conocéis. 29Yo le conozco, porque vengo de él y él es
el que me ha enviado”.
30Querían pues detenerle, pero nadie le echó mano,
porque todavía no había llegado su hora. 31Y muchos entre la gente
creyeron en él y decían: “Cuando venga el Cristo, ¿hará más signos de los que
ha hecho éste? 32Se enteraron los fariseos que la gente hacía
estos comentarios acerca de él y
enviaron guardias para detenerle. 33Entonces les dijo: “Todavía un
poco de tiempo estaré con vosotros, y me
voy al que me ha enviado. 34Me buscaréis y no me encontraréis;
y adónde yo esté, vosotros no podéis
venir".
35 Se decían entre sí los judíos: ¿A dónde se irá éste
que nosotros no le podemos encontrar¿ ¿Se irá a los que viven dispersos entre
los griegos para enseñar a los griegos? 36¿Qué es eso que ha dicho: “Me
buscaréis y no me encontraréis, y adonde yo esté vosotros no podéis venir?”
MEDITA LA
PALABRA
Sobre el
origen de Jesús (vv. 25-31)
Los vv- 25-30:
Sobre si Jesús
es el Mesías, ellos mismos rechazan tal posibilidad ya que su aparición sería
una sorpresa y el cambio sería inmediato. Jesús toma la palabra en el Templo y
habla de las dudas que tienen respecto a su origen, aclara que su venida no es
por propia decisión sino que hay uno que le ha enviado.
Jesús reacciona ante las creencias de sus
contemporáneos que les impiden reconocerle. Esas creencias fueron al principio
intentos de entender o explicar el plan de Dios y que ahora se vuelven
inamovibles; en nombre de una doctrina, de una tradición dictan a Dios su modo
de proceder, su modo de actuar, le planean el futuro. Se elimina la
espontaneidad del Espíritu, no se reconoce su voz (3,8). El Espíritu se
presenta como don libre de vida fuera de la red tejida por el hombre.
El verdadero
Moisés según Jesús no ha de ser reconocido por su lugar de procedencia, como
ellos piensan; su autenticidad depende de que sea enviado por Dios, el portador del Espíritu cuya actitud se
reconoce en sus obras: dar libertad al oprimido (5,36; 7,18). Esta es la única
condición que puede requerirse, si ellos no lo reconocen en Jesús es por haber
subordinado la realidad de Dios y de su plan a los propios prejuicios. Jesús le conoce porque procede de él, ese es el
fundamento de su misión y actividad, expresa su propia experiencia de vivir
como el Padre.
vv. 30-31: La multitud está dividida con respecto a Jesús: Unos
dicen “extravía a la gente”. Otros dicen “es una persona buena” y lo reconocen
como Mesías.
Ante esta
doble actitud de la multitud, los sumos sacerdotes y los fariseos mandan
guardias a prenderlo.
La aceptación
de Jesús como Mesías alarma a las personas pues eso derribaría el sistema legal
en que se apoyaban (8,17; 7,19). Tanto los fariseos, como los Sumo Sacerdotes,
se alían contra él ya que pone en peligro las bases del poder de ambos. Envían
guardas a prenderlo, el pueblo debe someterse a su autoridad.
Anuncio de su
partida y llamada a la Sabiduría (Sensatez) (vv. 32-36)
Jesús sabe que no ha llegado su hora; conoce
las intenciones de matarlo que abrigan los dirigentes. Mientras están en el
mundo se puede optar, la salvación está presente, invita a aprovechar la
oportunidad. “Poco tiempo” se opone a “mucho tiempo” que el pueblo lleva
oprimido. Jesús puede curar. Invita a tomar una decisión ya que la salvación
está a su alcance quizá otro día le busquen y no le encuentren.
El lugar donde
está Jesús es la esfera del Padre, ahí estarán también los discípulos (12,26;
14,3; 17,24) con su Muerte y Resurrección reciben el Espíritu Santo. Para estar
donde está Jesús hay que dar un paso que los oyentes no quieren dar. Tendrán
que cambiar de actitud.
Los dirigentes
no han comprendido las palabras de Jesús, Jesús ha hablado del que lo ha
enviado, ellos no prestan fe a su misión.
No tienen conciencia del estado crítico de la situación en la que se
encuentran, no han prestado atención a la Sabiduría, están tan seguros de sus instituciones que no se enteran.
VIVE LA
PALABRA
- Jesús invita a
prestar atención a sus palabras, a ser sensatos… ¿qué valor tiene realmente las
palabras de Jesús en mi vida? …
- ¿Qué es para mí
la fe? Adhesión a la persona de Cristo,
a unos principios, a unas leyes…
- ¿Me aferro a
lo ya sabido, a lo ya conocido? ¿Me siento llamado a romper con antiguas
costumbres, tradiciones y dejó que el Espíritu del Resucitado me lleve por
caminos nuevos, no conocidos?
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Lectio divina preparada por Conchi Alonso (Equipo de animación de San Francisco de Borja, Madrid)
Foto: Javier Barquilla Sánchez
Foto: Javier Barquilla Sánchez
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