sábado, 11 de octubre de 2008

¡Hasta pronto, Benalúa, y gracias!

Con una Eucaristía final y una merienda preparada por muchas participantes, concluimos ayer el curso bíblico que ha ocupado nuestro tiempo, nuestra atención y gran parte de los comentarios cotidianos de las mujeres, en las tiendas de Benalúa.

Fue una tarde, la última, un tanto "accidentada", con una pequeña pero poco agradable confrontación en torno a la figura de María Magdalena (ya decía yo hace unos días en este mismo blog que María sigue siendo una figura controvertida y que muchos varones de Iglesia se resisten a que pierda su fama de mujer pecadorísima...), con un corte de luz que nos oscureció misa y merienda, y con una inoportuna lipotimia que me dejó "fuera de combate" durante quince minutos... A pesar de estos inconvenientes, nada nos detuvo, y hablamos de los Hechos de los Apóstoles y de las cartas de Pablo, en sus líneas fundamentales, iluminadas por el fuego del Espíritu que, en cierto modo, también a nosotras nos abrasaba y nos urgía, como a los primeros cristianos en Pentecostés.

Hablamos de la extensión del Evangelio desde Jerusalén hasta los confines del mundo... Hablamos de los rasgos de los primeros cristianos: la valentía y la alegría profunda de la fe. Explicamos la dificultad que tuvieron los judeocristianos para aceptar y acoger a los paganos en la Iglesia, y recordamos las tribulaciones que sufrieron los apóstoles y Pablo en su misión.

Hablamos del Evangelio de Pablo: el evangelio de la fe, de la gracia, de la libertad y de la alegría. Y hablamos del resto del N.T. y de su final esperanzado y deseante de la venida del Señor: "¡Ven pronto!¡Ven, Señor Jesús!"

Tras la charla, hubo entrega de diplomas para las y los asistentes al curso (preparados por el concejal de cultura, Enrique), Eucaristía con renovación de promesas bautismales en la oscuridad de una noche alumbrada por el cirio pascual, y merienda a la luz de las velas.

En la Eucaristía, María (conocida en Benalúa como "la Mari, la ramona") leyó una oración de acción de gracias compuesta por ella, que reproduzco aquí, con pudor por lo que a mí me toca, pero uniéndome a su agradecimiento por esta semana hermosa que hemos compartido juntos.

(Mari es la segunda por la derecha)

Acción de gracias

Te damos gracias, Señor, por estas cinco tardes tan maravillosas que hemos pasado.

Han sido nada más diez horas, poquito tiempo, pero muy bien aprovechado.
Ese repaso de la Santa Biblia que con tanta gracia y saber nos ha dado Conchi, nuestra hermana paulina... El recorrido por Tierra Santa... ¡Yo creo que si vamos allí, no lo vemos mejor de lo que lo hemos visto, ni con mejor guía que ella!

Gracias, Señor, por tan buena discípula. Envía muchas discípulas como ella para que sigan llevando tu Evangelio por todo el mundo. Ha sido la primera vez, pero esperamos que no sea la última para poder tener otra convivencia tan bonita como ésta, con todos los pueblos cercanos. Gracias por acompañarnos y compartir con nosotros esta rica experiencia.

Lidia, gracias por acordarte de nosotros. El Señor esté siempre contigo; que sigas los pasos de tan buena “maestra” como tienes.

Gracias a nuestro párroco, D. José Luis, por acompañarnos todas las tardes celebrando la Eucaristía y preparando esas meriendillas para todos.

Virgen Santísima, acompáñanos siempre. Sé nuestro faro, guía e intercede ante tu hijo, Jesús, para que envíe el Espíritu Santo y derrame sus dones sobre todos nosotros. AMÉN

Mari Martínez


(Publicado por Lidia Troya)

1 comentario:

Enrique dijo...

Gracias Conchi. Como sabes no he podido estar presente todas las tardes porque como te dije esta semana me toca cuidad a mi madre que ya está mayorcita va a cumplir pronto 94 años y ella nos cuidó y ahora nos toca a nosotros cuidarla. También me ha llevado mucho tiempo elaborar los diplomas uno a uno. Espero cuando vaya el martes a mi trabajo en el Ayuntamiento ver a Lidia para que me de el peen en el que me has grabado las sesiones. El pueblo de Benalúa te estará siempre agradecido. Viene bien de vez en cuando un "rayito de luz del Evangelio", al margen del que nos aporta nuestro párroco José Luis enla Eucaristía, especialmente la de los domingos. Gracias, cuídate porque el ritmo que llevas necesita una pausa de vez en cuando para reponer fuerzas. Enrique