viernes, 28 de septiembre de 2012

El que quiera ser el primero

Lectio divina de Marcos 9,30-41

30  Salieron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que se supiera, 31 porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y, después de muerto, a los tres días resucitará». 32 Pero ellos no entendían estas palabras y no se atrevían a preguntarle.
33 Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: «¿Qué discutíais por el camino?» 34 Pero ellos callaban, porque en el camino habían discutido sobre quién entre ellos sería el más grande. 35 Jesús se sentó llamó a los doce y les dijo: «El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos». 36 Tomó en sus brazos un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: 37 «El que acoge a uno de estos pequeños en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado a mí».
38 Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba los demonios en tu nombre y no anda con nosotros, y se lo hemos prohibido». 39 Jesús dijo: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede después hablar mal de mí; 40 y el que no está en contra de nosotros está a nuestro favor. 41 El que os dé de beber un vaso de agua por ser del mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. 

CUANDO LEAS

El texto que nos ocupa lo podríamos dividir en tres partes:
a)      Mc 9,30-32 Segundo anuncio de la pasión en Galilea.
b)      Mc 9,33-37 El más grande en el Reino.
c)      Mc 9, 38-41 «El llanero solitario».

Mc 9, 30-32: Jesús se encuentra de nuevo en Galilea; sin embargo, no quiere que nadie se entere. Va camino de Jerusalén. Quiere instruir a sus discípulos. Y no quiere que nadie le desvíe de su propósito. Ha de hacer todo lo posible para que sus discípulos comprendan que Él será entregado. Pero, ¿quién es el sujeto de esta afirmación? Sin duda alguna, el Padre. Será Dios Padre quien entregará su Hijo a los hombres. Por tanto, si es una acción de Dios, resulta que dicha acción va más allá y en ella cabe una esperanza. Es una acción escatológica en la que existe algo más, no sólo la muerte: la resurrección. Los discípulos no entienden, prefieren no entender, callan, Jesús no entra en sus esquemas. Es mejor hacer como que no se ha oído nada.

Mc 9,33-37: Llegan a Cafarnaún, es la tierra de Pedro. ¿Entran en su casa? Es posible. Allí en la tranquilidad del hogar es donde Jesús les pregunta: ¿Qué discutíais por el camino? Mientras Jesús les hablaba de sufrimiento, de pasión, muerte y resurrección, ellos anda preocupados por el rango que cada uno ostenta, ¿quién es el más grande? Jesús, después de llamarlos, se sienta. Así lo hace el maestro. Y Jesús es el Maestro.
Está dispuesto a enseñarles. El primero debe ser el último y el servidor de todos. Para ser el primero hemos de estar dispuestos a hacer algo por los demás. Hemos de comprometernos con el prójimo.
Para dar más énfasis a lo que está diciendo, Jesús llama a un niño y lo pone en medio. Según dice el texto, lo abraza, signo de donación de amor. El niño, sin embargo, en Israel no contaba para nada. Jesús pone de manifiesto qué postura ha de adoptar la comunidad para con los menos considerados de la sociedad. Jesús se identifica con los «pequeños»: Quien acoge a uno de ellos está acogiendo al mismo Dios.

Mc 9,38-41: Juan se hace portavoz de los discípulos. Por ahí hay alguien que está expulsando demonios en nombre de Jesús. Los discípulos han intentando disuadirle. No pertenece a los suyos. No cabe duda de que en el trasfondo se encuentra una problemática de la comunidad marquiana. Alguien que no pertenece a la comunidad, utiliza el nombre de Jesús. Sin embargo, Jesús quiere poner de manifiesto que todo aquel que no se presenta abiertamente como enemigo es de los nuestros. Todo aquel que de alguna manera ayude a la comunidad cristiana pertenece a Cristo. Necesitamos la ayuda de todos en la evangelización.
  
CUANDO MEDITES

- Cuando Jesús «me habla», ¿Cuál es mi actitud?
- ¿Cuál es mi mayor preocupación mi vida cristiana?
- ¿Deseo ser el primero, ser reconocido, según la mentalidad del mundo?
- ¿Estoy dispuesto/a a ponerme al servicio de los demás sin condiciones?
- ¿Cómo acojo a los demás? ¿a los diferentes? ¿a los que no piensan como yo? ¿A los que no pertenecen a mi grupo, aunque estén realizando labores de evangelización?
  
CUANDO ORES

- Da gracias a Jesús por ser uno de los suyos, por haberte elegido, por ser su discípulo/a.
- Pídele que te habrá el entendimiento y sobre todo que sepas escucharle con el corazón.
- Invoca al Espíritu Santo pidiéndole en don de la humildad.
- Ora por los que no son como tú o no pertenecen a tu circulo.
- Pide a Jesús que te ayude a acoger a los diferentes que en su nombre llevan la salvación a nuestros contemporáneos.


 Cf. J. GNILKA, El evangelio según San Marcos,  Vol. II, Salamanca (Sígueme) 2005. 60-70.
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Autor: Pepe Pedregosa, equipo de Lectio Divina de la UPComillas

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