lunes, 3 de febrero de 2014

Curación del hijo de un funcionario real

Lectio divina de Juan 4,43-54

43 Pasados los dos días se trasladó de allí a Galilea. 44Jesús mismo había declarado que un profeta no recibe honores en su patria.  45Cuando llegó a Galilea, lo recibieron los galileos que habían visto todo lo que hizo en Jerusalén durante las fiestas; pues también ellos habían acudido a las fiestas. 46Fue de nuevo a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
 Había allí un funcionario real cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaún. 47Al oír que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a visitarlo y le suplicaba que bajase a sanar a su hijo, que estaba a punto de morir.  48Jesús le dijo: Mientras no veáis señales y prodigios, no creéis.  49Le dice el funcionario real: Señor, baja antes de que muera mi niño.  50Jesús le dice: Ve, que tu hijo sigue vivo. El hombre creyó lo que le decía Jesús y se puso en camino.  51Iba ya bajando, cuando sus sirvientes le salieron al encuentro para anunciarle: tu hijo vive. 52Les preguntó a qué hora se había puesto bien, y le dijeron que el día anterior a la una se le había pasado la fiebre. 53Comprobó el padre que era la hora en que Jesús le había dicho que su hijo seguía vivo. Y creyó en él con toda su familia. 54Ésta fue la segunda señal que hizo Jesús cuando se trasladó de Judea a Galilea.

CUANDO LEAS

El relato nos sitúa en Galilea. Galilea es para Juan un lugar donde Jesús realiza signos importantes (en Caná: convirtiendo el agua en vino realiza su primer signo; en Cafarnaúm va a realizar el segundo, es donde tendrá lugar la crisis de Galilea (Jn 6), etc…). Galilea es, pues, un lugar extranjero donde Jesús es acogido frente a Judea que es el lugar por excelencia donde Jesús es rechazado. Se nos avisa: ningún profeta es bien recibido en su patria.
Esta fe en Jesús se demuestra con la curación del hijo del funcionario real. Jesús está en Caná de Galilea y el funcionario ha oído en Cafarnaún que Jesús desde Judea ha retornado a Galilea (4,47). El funcionario quiere que Jesús baje a Cafarnaún a curar a su hijo pero Jesús lo hará desde la distancia. La curación del hijo del funcionario nos la sitúa el evangelista en relación con la historia de Caná (4,46) cuando Jesús convirtió el agua en vino. Pero, ¿qué relación hay entre ambas?

Relato de la boda
La madre pide por los anfitriones
Lo portentoso se da en ese lugar y en ese momento
Se refiere a una realidad material
Los afectados no llegan a creer ni a saber del cómo y desde dónde

Relato de la curación
El padre pide por su hijo
Lo portentoso tiene lugar a distancia
Se refiere a una necesidad de salud
El afectado cree en la sola palabra de Jesús

El segundo relato de Caná debe ser comprendido como una potenciación, intensificación, confirmación y perfeccionamiento del primer relato de Caná.
Jesús se presenta en el relato como Señor de la vida. Tres veces se repite en el texto la frase: tu hijo vive. Como si de un estribillo se tratara va dando significado a la narración.
Primero lo dice Jesús (4,50) y el funcionario ha de creerle. La segunda lo dicen los esclavos que han salido al encuentro del Señor para comunicarle que su hijo vive (4,51) y, por último, el mismo funcionario recuerda la hora en que Jesús le había dicho que su hijo vivía (4,53). Jesús está a favor de la vida y no de la muerte. Además pertenece a sus posibilidades determinar quién vive y quién muere.

CUANDO MEDITES

- Mi fe en Jesús, ¿es acogedora a todo lo que Dios va haciendo en mi vida o hay alguna situación que me produce rechazo?
- Mi relación con Jesús, ¿en qué sentido me da vida?, ¿qué vivifica en mí?
- Mi testimonio de Jesús, ¿cómo ayuda a otros a creer?, ¿qué signos acompañan a mis palabras creyentes?

CUANDO ORES

- Agradecemos, pedimos, presentamos a Dios nuestra oración según nos inspire el Espíritu de Jesús.
- El funcionario real cree en el poder de la palabra de Jesús. Podemos decir con María: Hágase en mí según tu palabra.

Hágase la luz en la tiniebla, y la paz en la batalla.
Hágase la risa en el sollozo y la cura en el desgarro.
Hágase poema el grito amargo,
que se abran senderos donde hay llanto,
donde hay muros que impiden tender manos,
donde el miedo nos vuelve descuidados.
Hágase tu voz en este ruido
tu mensaje se adueñe de los campos,
de las calles, las casas, los espacios,
las palabras, las vidas que soñamos.
He aquí tus hijos, fieles, esperamos
un respiro, más fe, algún que otro abrazo.
Hágase, Señor, tu sueño eterno.
Hágase tu Vida en nuestro barro.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj
.................................................


Sigo a VAN TILBORG, S. Comentario al evangelio de Juan. Estella (Navarra), Verbo Divino, 2005. 96-103.
...
Lectio divina preparada por Azucena Fernández (Equipo de animación de San Francisco de Borja, Madrid)

No hay comentarios: