jueves, 1 de noviembre de 2012

Amarás al Señor, tu Dios... y al prójimo como a ti mismo

Lectura orante de Marcos 12,28-34

Invitación a escuchar




Marcos 12,28-34

28 Se acercó a Jesús un escriba que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó:
- ¿Qué mandamiento es el primero de todos?
29 Respondió Jesús:
- El primero es: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: 30 amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. 31 El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que éstos.
32 El escriba replicó:
- Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; 33 y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
34 Jesús, viendo, que había respondido sensatamente, le dijo:
- No estás lejos del reino de Dios.
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

PROPUESTAS DE LECTURA

1. El evangelio de hoy forma parte de una amplia controversia entre Jesús y algunos dirigentes del judaísmo oficial (Mc 11,27-12,34, sobre la autoridad de Jesús, el tributo al César, la resurrección y ahora, el mandamiento principal). El escenario es el atrio del templo de Jerusalén, pocos días antes de la pasión.

2. El escriba que se acerca a Jesús ha presenciado la conversación precedente de Jesús con los saduceos y ha quedado impresionado. Los escribas eran maestros o guías religiosos del pueblo. Conocían la ley a la perfección y se dedicaban a enseñarla al pueblo y a aplicarla a situaciones concretas de la vida. Este escriba se acerca a Jesús, con ánimo sincero, sin intención de ponerlo a prueba como indica su paralelo de Mt 22,35. Y lo hace con una pregunta semejante a la que un gentil que quiere hacerse prosélito le plantea a los jefes de escuela rabínicos Shammai y Hillel. La torá está compuesta por 613 mandamientos (248 que mandan y 365 que prohíben  y, aunque los rabinos distinguían entre graves y leves, exigían el cumplimiento de todos ellos. El estricto Shammai rechaza la pregunta, negándose a reducir la ley a un único precepto supremo, mientras que Hillel (procedente de la diáspora) accede a responderla.
El escriba ha preguntado por el mandamiento principal, y Jesús les responde con dos mandamientos, citando Dt 6,4 y Lev 19,18. La primera cita es el texto del “Shema”, “Escucha, Israel”, que proclama la unicidad de Dios y el mandamiento del amor a Él con todo el ser. Todo israelita varón tenía que recitar el Shema dos veces al día, por la mañana y por la tarde y aún hoy constituye el elemento central de la oración judía diaria, junto a las semoné esré (18 bendiciones). Todavía actualmente, se lleva el texto en el estuche atado con cintas de cuero alrededor del brazo izquierdo (del corazón) y de la cabeza, durante la oración de la mañana (junto a Éx 13,1-10 y Dt 11,13-21). Así lo prescribe el Deuteronimio en el capítulo 6: "... Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal..."  Son los tefillim (traducido por filacterias).

3. El segundo mandamiento es el del amor al prójimo, tomado de Lev 19,18. El primer mandamiento sin el segundo está incompleto porque, en realidad, son uno solo: “Si alguno dice ‘Yo amo a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y nosotros hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Jn 4,20-21). “Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano, está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos” (1 Jn 2,9-11).
“Únicamente un pensamiento dualista pudo separar ambas dimensiones, hasta el punto de que parecía posible amar a Dios sin amar a los otros y sin amar la realidad. Para la mente, todo son objetos separados, por lo que no encuentra problema en imaginar relaciones igualmente “separadas”. La realidad, sin embargo, no es dual. No existe un Dios separado que pueda ser objeto de nuestro amor, al margen de todo lo que es. Por eso, en realidad –Jesús mismo lo había afirmado (Mt 7,21)-, ama a Dios quien ama todo lo que existe. Y quien eso hace, dice Jesús, “no está lejos del reino de Dios” (Enrique Martínez Lozano).

4. En el comentario del escriba aparece una crítica del culto en la línea profética del A.T.: “No quiero sacrificios, sino amor; no holocaustos, sino conocimiento de Dios” (Os 6,6; cf. Is 1,11).

5. Jesús alaba la sensatez del escriba y le dice que no está lejos del reino de Dios. La afirmación de Jesús es propia de un maestro con autoridad.
La frase final (nadie se atrevió a hacerle más preguntas) denota el carácter polémico del episodio frente a los otros grupos de judíos, cerrados a Jesús. El escriba ha puesto en evidencia que cualquier judío podría aceptar la enseñanza de Jesús si busca la verdad con sincero corazón.

PROPUESTAS DE MEDITACIÓN

“Escucha, Israel…”
- ¡Escucha!... El Señor habla “en muchas ocasiones y de muchas maneras”… Habla en su Palabra, habla en las cosas que pasan y que nos pasan… Habla a través de mediaciones y también habla al corazón, directamente, en forma de una voz sin voz pero más clara que las palabras… ¿Cómo escuchas tú todos los días la Voz interior del amor?…

“El Señor, nuestro Dios es el Único…”
- En la práctica, a veces, Dios no es nuestro único Dios… Hay muchos dioses y muchos ídolos en nuestro mundo, en nuestra vida: la apariencia…; el dinero…; el buen nombre…; la posición social… ¿Eres consciente de tus ídolos?

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu ser…”
- Pedro escuchó una pregunta de Jesús: “Pedro, ¿me amas?”… El mandamiento de amar a Dios nos remite esa pregunta a cada uno de nosotros: “Tú, ¿me amas realmente?”… ¿Qué es para ti amar a Dios?

 “Amarás a tu prójimo…”
- "¿Quién es mi prójimo, para que lo ame?", preguntó alguien a Jesús. Y Jesús le respondió con la parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,29)… Prójimo es aquel que necesita de nosotros. No es sólo aquel a quien nos resulta fácil amar, porque nos resulta amable. Es, principalmente, aquel que necesita nuestra ayuda efectiva, nuestro cuidado, nuestro tiempo…

 “… como a ti mismo”
- Nosotros somos también objeto de nuestro amor y nuestro cuidado. No podemos amar a nadie si nos odiamos a nosotros mismos. Es deseo de Dios que cuidemos de nosotros mismos, nos estimemos, nos aprobemos y nos amemos, favoreciendo nuestra salud, nuestro crecimiento y nuestro bien.

“… vale más que todos los holocaustos y sacrificios”
- Nuestro culto, las celebraciones litúrgicas, los sacramentos… tienen sentido cuando la fe se vive en la vida cotidiana, cuando se actúa con justicia, se ama con ternura y se camina humildemente con Dios (Miq 6,8).

PROPUESTAS DE ORACIÓN

Tres textos para orar:

1) El salmo 18, correspondiente a este domingo, expresa el amor del orante hacia Dios, al que experimenta como salvación, ayuda, roca…

Te quiero, Señor, mi fortaleza,
Señor, mi roca y mi baluarte,
mi libertador y mi Dios;
la roca en la que me amparo,
mi escudo y mi fuerza salvadora,
mi alcázar y mi refugio.
En mi angustia grité al Señor,
pedí socorro a mi Dios;
desde su templo escuchó mi voz,
resonó mi socorro en sus oídos.

Lanzó su mano de lo alto y me agarró
para sacarme de las aguas caudalosas,
de adversarios más fuertes que yo.
El Señor fue un apoyo para mí,
me sacó a campo abierto,
me quería y me salvó.

Tú, Señor, eres mi lámpara,
mi Dios, que alumbra mis tinieblas.
¿Quién es Dios fuera del Señor?
¿Quién es roca, sino sólo nuestro Dios?
El Dios que hace mis pies como de cierva
en las alturas me sostiene en pie
y multiplica sus cuidados conmigo.


2) ¡Te he dicho que te quiero!
(Oración de Mari Patxi Ayerra)

Te quiero por quererme, Señor.
Te quiero porque me haces la vida más bonita.
Te quiero porque un día decidiste llamarme.
Te quiero porque tu amor me hace amoroso.

Te quiero porque Tú me invitas a aceptarme.
Te quiero porque Tú me enseñas a quererme.
Te quiero porque Tú dinamizas mi crecimiento.
Te quiero porque Tú me impulsas a entregarme.

Te quiero por tantas personas que has puesto en mi camino.
Te quiero porque me enseñas a quererlas.
Te quiero por todo lo ellas me enriquecen.
Te quiero por todo lo que yo puedo entregarles.

Te quiero por el mundo que soñamos juntos.
Te quiero porque cuentas conmigo para construirlo.
Te quiero porque siento tu fuerza en mis entrañas.
Te quiero porque cada mañana me pones en camino.

Te quiero por este corazón que me has dado,
que ama con pasión y necesita ser amado,
y  no descansará hasta que deje brotar todo el amor
que tú has puesto dentro de cada uno de nosotros.


3) Amor es...
(Poema de Dulce María Loynaz)

Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa;
amar la luz del alba
y la de las estrellas que se abren
y la de las sonrisas que se alargan...
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua
y la dulzura de la fruta
y la dulzura de las almas dulces....
Amar lo amable, no es amor:

Amor es ponerse de almohada
para el cansancio de cada día;
es ponerse de sol vivo
en el ansia de la semilla ciega
que perdió el rumbo de la luz,
aprisionada por su tierra,
vencida por su misma tierra...

Amor es desenredar marañas
de caminos en la tiniebla:
¡Amor es ser camino y ser escala!
Amor es este amar lo que nos duele,
lo que nos sangra bien adentro...

Es entrarse en la entraña de la noche
y adivinarle la estrella en germen...
¡La esperanza de la estrella!...

Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...

¡Amor es resucitar!
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