viernes, 19 de septiembre de 2008

María Magdalena

El evangelio de ayer (Lc 8,1-3) nos decía que Jesús iba por pueblos y aldeas anunciando ese nuevo modo de vivir que llamamos "Reino", y con él iban discípulos y discípulas. Hecho, éste último, totalmente insólito en aquel tiempo.
Estas discípulas son las mismas que acompañaron a Jesús hasta Jerusalén y que, cuando todos huyeron, se mantuvieron resistentes hasta la cruz.
Entre ellas estaba María Magdalena, la que obstinadamente se sigue identificando con la pecadora, mujer de mala vida o prostituta, para más detalles.

Son ya docenas las veces que he intentado clarificar, en los cursos bíblicos, las identidades de las mujeres del evangelio, que habitualmente todo el mundo confunde (incluidos nuestros sacerdotes en sus predicaciones...). Docenas las veces que he dicho que nada hay, en los evangelios, que identifique a María Magdalena con la prostituta de Lucas 7, ni con la adúltera de Jn 8. De María Magdalena sólo se dice que Jesús la había liberado de siete demonios y que fue la primera testigo de la resurrección. Nada más. Pero, no es la primera vez que, a la vuelta de curso, los alumnos me siguen diciendo lo mismo: María Magdalena, la que ungió los pies a Jesús en casa del fariseo...
Eso, por no hablar de libros como El Código Da Vinci, que inventa una tórrida relación entre la discípula y su Maestro.

¿A qué se debe que tanto "en casa" como fuera, es decir, tanto en el ámbito eclesial como extra y antieclesial, se haya tergiversado tanto la identidad de esta mujer?
Quiero recomendar dos libros que pueden clarificar mucho cómo y por qué esta desfiguración de la identidad de María, que llegó a considerarse, en los primeros siglos, "apóstol de los apóstoles" y que pasó a ser, después, el prototipo de pecadora y penitente que conocemos.

El primer libro es el de nuestro amigo Quique Fernández, María Magdalena, de la colección Mujeres en la historica, ed. Edimat.
Y el segundo es el editado por Isabel Gómez Acebo en DDB, María Magdalena, de apóstol a prostituta y amante. Este volumen pertenece a la colección En clave de mujer.

Y, ya que estamos, vamos a recomendar esa colección: se trata de una serie de "libros religiosos y teológicos que pretende divulgar el pensamiento femenino sobre estas materias. Un pensamiento que se ha presentado con fuerza a partir de los años 70 y que se inició, fundamentalmente, en el mundo americano y alemán. Las mujeres españolas han entrado tarde, lo que no puede extrañar a nadie, ya que nuestra cultura mediterránea ha supuesto un mayor freno a la incorporación de las mujeres a la vida pública, cualquiera que fuese su campo. La colección pretende recuperar silencios, corregir interpretaciones, ofrecer espiritualidad,... con la convicción de que también las mujeres pueden y deben acceder a alguna parcela de la verdad sobre Dios"

(http://www.edesclee.com/Formularios/Colecciones.asp?idColeccion=16&inicio=1).

2 comentarios:

Quique Fernández dijo...

Querida Conchi, muchas gracias por acordarte de mí y de mi libro al hablar de María Magdalena. Es todo un honor el que lo situes junto al editado por Isabel Gómez Acebo. Ese libro es una de las mejores aportaciones sobre María Magdalena. Tanto ella como Carmen Bernabé hacen una labor encomiable de investigación teológico-bíblica, muy importante en el caso que nos ocupa. Mi libro es más de andar por casa, una sencilla introducción al tema. No, no se trata de falsa modestia. A veces para entender obras de mayor empaque hay que pasar por otras que nos introducen en el tema. De este último tipo creo yo que es mi libro. En todo caso, reitero mi gratitud. Un fuerte y fraternal abrazo.

Conchi pddm dijo...

Gracias a ti, Quique, por haberlo escrito. Son necesarias obras como la tuya, "sencilla introducción", como tú la llamas. La inmensa mayoría de los cristianos necesitan, a mi modo de ver, obras de difusión claras y atractivas, que les acerquen la vida a la Palabra y la Palabra a la vida.

Un abrazo