viernes, 28 de enero de 2011

Dios enjugará las lágrimas de sus ojos

Lectio divina de Apocalipsis 7,1-17


(1) Después de esto, vi a cuatro Ángeles de pie en los cuatro ángulos de la tierra, que sujetaban los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara el viento ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.
(2) Luego vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar: (3) «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»
(4) Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel.
(5) De la tribu de Judá 12.000 sellados; de la tribu de Rubén 12.000; de la tribu de Gad 12.000; (6) de la tribu de Aser 12.000; de la tribu de Neftalí 12.000; de la tribu de Manasés 12.000; (7) de la tribu de Simeón 12.000; de la tribu de Leví 12.000; de la tribu de Isacar 12.000; (8) de la tribu de Zabulón 12.000; de la tribu de José 12.000; de la tribu de Benjamín 12.000 sellados.

(9) Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
(10) Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» (11) Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios (12) diciendo: «Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.»
(13) Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?» (14) Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.» Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. (15) Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. (16) Ya no tendrán hambre ni sed; ya nos les molestará el sol ni bochorno alguno. (17) Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.»


CUANDO LEAS


Nos encontramos con lo que podríamos llamar un intermedio o un entre acto. Lo lógico sería la apertura del séptimo sello. Sin embargo, el autor nos sorprende con este relato de dos visiones relacionadas con el destino de la Iglesia. La primera visión (7,1-8) la que ciento cuarenta y cuatro mil siervos de Dios reciben una señal y, la segunda visión (7,9-17) en la que aparece una incontable multitud que han sido preservados en la gran tribulación. Esto nos puede servir también para estructurar el pasaje en dos partes.

Es un pasaje lleno de simbolismos por lo que creo útil que hagamos un repaso por los distintos símbolos que en él aparecen:
- Los cuatro rincones de la tierra, representan los cuatro puntos cardinales. O si lo preferimos, el mundo entero.
- Los ángeles son los servidores de Dios y en este caso cuatro de ellos son los encargados de retener a los cuatro vientos. Estos ángeles han recibido la orden de no permitir a los vientos que inicien su obra nefasta. Los vientos son símbolos del poder devastador y destructor.
- El ángel que sube del oriente tiene en su mano el sello del Dios vivo. Es el sello en el que está sobreimpresionado el nombre de Dios y con él serán marcados los elegidos como propiedad de Dios, aquellos a quienes Él protegerá (cf. Ez 9,1ss).
- La tierra, el mar y los árboles. La tierra para los judíos es símbolo de Israel, el mar es usado para referirse a naciones paganas, y los árboles simbolizan a personas (recordemos el Salmo 1).
- La cifra 144.000 es el producto de 12 por 12 por mil. Aunque esta cifra no tiene por qué representar a la comunidad judeocristiana, sino a todo el pueblo de Dios disperso sobre la tierra. Representan aquí el nuevo Pueblo de Dios.
- Una muchedumbre inmensa e incontable, como inmenso e incontable es el Pueblo Dios, los cuales habitan en su presencia y por ello llevan túnicas blancas; y porque han vencido al mal llevan palmas en las manos. Son los que superaron con éxito la gran tribulación y poseen la felicidad plena.
- La gran tribulación representa los duros y sangrientos momentos de persecución que ha sufrido la Iglesia.
- La salvación no se ha producido por el esfuerzo de los humanos, sino gracias a la sangre del Cordero, en la que los salvados lavaron y purificaron sus vestiduras.
- Las necesidades terrenas han dejado de tener importancia, Cristo los apacentará y guiará las fuentes de la salvación


CUANDO MEDITES


- Teniendo en cuenta que la salvación es un regalo, un don de Dios y no lo merezco en ningún momento, ¿me comporto como uno de los que han sido sellados con el nombre de Dios?
- También a ti te vienen momentos de tribulación, duros momentos, incluso, tal vez de persecución, ¿cómo afrontas estos momentos? ¿te agarras a la mano de Dios, a la sangre del Cordero?
- ¿Han dejado de tener importancia para ti las necesidades terrenas y confías en que Cristo te apacentará y llevará a fuentes de agua viva?


CUANDO ORES


- Da gracias a Dios por haberte sellado con su sello.
- Pide a Dios que te ayude en los momentos de tribulación.
- Da gloria Dios porque te protege siempre, te apacienta y te conduce hacia fuentes tranquilas.


(Pepe Pedregosa, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Shalom

Quizá las preguntas sean un poco tontas pero me llama la atención ¿Por qué el autor de Juan no menciona la tribu de Dan? ¿Por qué menciona la de Manasés y no la de Efraím, ambos hijos de José?

Ya me pasarás tu "minuta de honorarios" por hacerte tanta consulta.

Un beso

Yentl dijo...

Bueno Conchi, ya sabes quien soy ¿no? Con las prisas se me olvidó poner el nombre.

Conchi dijo...

Tu shalom y tus preguntas son inconfundibles, preguntona.

Tengo que investigar yo también las respuestas...

A ver si encuentro algo convincente. Los comentarios que tengo son un poco superficiales.

¡Buen día!